Capítulo 9

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Lena

El lunes me siento con una energía increíble, pasar el fin de semana con Kara me ha servido para despejarme y recargar fuerzas. Bueno, también para tener unos cuantos orgasmos.

He quedado con Samantha para comer, está preocupada por lo de Jack y su insistencia en volver conmigo y el acoso por teléfono. Sigo recibiendo WhatsApp, pensaba que se cansaría, pero no cesan.

Salgo de mi despacho para ir a la salita que tenemos de descanso con máquinas expendedoras. Tomo un café y al girarme me doy de frente con Andrea Rojas, mi compañera de trabajo y la que me quitó mi lugar de estacionamiento.

Joder, me has tirado el café encima—me recrimina.

Lo siento, no te he visto, ha sido al girar—intento disculparme por mi torpeza.

Podrías tener más cuidado la próxima vez—me dice limpiándose lo que le ha caído por encima.

Intento controlarme, pero con Andrea es imposible, a veces me saca de quicio.

Ya te he pedido disculpas, ¿qué más quieres?, a parte, ¿para qué mierda te pegas a mí? —pregunto.

Yo no me he pegado a ti.

Ya claro—digo con desgana.

No sé en qué momento se ha acercado tanto a mí, pero estamos casi pegadas, frente a frente, y mis ojos se van hacía su escote de forma inevitable. Joder ¿qué me está pasando últimamente?

Créeme, si quisiera pegarme a ti te darías cuenta Lena Luthor—me dice de forma sensual.

Trago saliva e intento mirarla a los ojos, pero no puedo. Andrea se acerca, y sujetándome la barbilla de forma muy segura me dice:

Me ha quedado claro que estas dos—dice señalándose los pechos— te gustan mucho.

—¿Qué? no, claro que no, pero ¿qué estás diciendo? —digo desviando la mirada.

Me aparto de ella rápido y salgo de la sala. Ya ni el café quiero, solo quiero que sea la hora de comer y ver a Sam, no sé lo que me está pasando.

Mierda—digo dirigiéndome a mi despacho.

—¿Decía algo señorita Luthor? —me pregunta Jess.

No nada, cosas mías, disculpa.

Por fin llega la hora en que he quedado con Sam para comer. Me dirijo caminando al restaurante que no está muy lejos de las oficinas y cuando llego ella está a un lado de la puerta esperando.

Menos mal que llegas—dice señalando la hora.

Quedamos a las dos y media y son las—miro el reloj—dos y treinta dos. ¿En serio Samantha? —le digo poniendo casi los ojos en blanco.

Mi amiga se ríe y niega con la cabeza. Entramos en el restaurante y pedimos las bebidas y algo para comer.

—¿Me vas a contar qué pasó con tu vecina este fin de semana? Bueno, mejor empieza por el principio. ¿Qué pasó con Jack?

Me pongo a contarle todo lo ocurrido con Jack y como Kara llegó e intervino en la discusión, también le cuento que el viernes me puse malísima de la migraña y lo que sucedió después, le he contado hasta lo que me pasa con Andrea Rojas.

Así que tu vecina, te propuso ir a una cabaña en el campo y tú aceptaste.

—Así es. Bueno, ya lo sabías, te lo dije.

Samantha no dice nada, veo que está moviendo la comida de su plato, pensativa.

A ver si me aclaro, dejas a Jack, sigues acostandote con tu vecina y ahora te intentas ligar a una de tu trabajo. Joder Len, no pierdes el tiempo.

Joder Sam, no me intento ligar a nadie, solo hemos tenido un par de situaciones incómodas, nada más.

  —A mí no me miras mis tetas y mira que están muy bien—bromea.

En serio Sam. A mí no me gustan las chicas—aseguro con desesperación.

Veo como Samantha ríe a carcajadas, lo hace tan alto que hasta de las otras mesas nos miran y yo le hago señas para que se calle.

Joder, para.

Querida, que tú no quieras reconocer que te gustan las chicas es una cosa, pero a ti te gustan, y más desde que Kara te ha abierto las puertas a lo desconocido.

—Quizás sea solo curiosidad Sam—digo encogiendo los hombros. 

—¡Ja! una mierda curiosidad. ¿Te recuerdo lo que paso con Sarah en el instituto?

Éramos unas niña y solo tonteábamos—intento justificarme. 

Len, tonteabas tú con ella. Yo no tonteaba con chicas.

Me apoyo en la mesa y me pongo las manos en la cara.

Tengo la cabeza echa un caos Sam ¿qué me está pasando?

Sam agarra mis manos y me mira a los ojos.

Lo que te pasa es que tienes miedo, has intentado ocultar que realmente también te gustan las chicas Len. En el fondo nunca te ha funcionado ninguna relación con ningún chico, para ti siempre tenían algo que no te llegaba a gustar, hasta que llegó Jack y todos nos extrañamos, porque Jack era de lejos el tipo de chico que tú nos decía que te gustaba, creo que estabas con él porque no había un compromiso real.

Aguanto la charla que me está dando Samantha y sé que en el fondo tiene razón. Sé que toda la culpa de que la relación fuese lo que era, también era porque yo me sentía cómoda, hasta que llegó esa mocosa y cuestionó mi relación y hasta mi existencia.
Sigo exhorta en mis pensamientos y en todo lo que me ha dicho Sam hasta que llama mi atención.

Oye que sigo aquí ¿has escuchado lo que te he dicho?

—Sí—digo bajando la cabeza—estoy echa un caos Sam.

—Len, el paso más importante ya lo has dado, y es dejar a Jack. Ahora tienes que aclarar tus sentimientos. ¿Qué es lo que verdaderamente quieres?

—Ni que fuera tan fácil.

—Al menos ya casi puedes reconocer que te van las chicas. ¿No?

Suelto un bufido y vuelvo a taparme la cara, con casi cuarenta años saliendo del armario, pero nunca me he sentido metida en ningún armario realmente, simplemente estoy aceptando que me puedo sentir atraída por una mujer.

Sí, vale, me siento atraída por Kara y por Andrea.

Samantha se pone a dar palmas, joder, y la gente vuelve a mirarnos.

—¿Quieres parar? me haces pasar vergüenza.

—Bueno, ahora tienes que aclarar las cosas con Kara y con Andrea, solo has tonteado o eso me has contado.

Sí, solo ha sido tonteo. Pero me conviene Andrea.

Sam se ríe y me dice:

Lena, no se trata de lo que te convenga, se trata de lo que realmente quieres y te haga feliz, no hagas lo mismo que hiciste con Jack, no estés con nadie por conveniencia o comodidad, por favor Lena, que ya estás grandecita.

En el fondo sé que tiene razón, pero la diferencia de edad que existe con Kara es un muro casi infranqueable para mí, y sí, ya sé que me acuesto con ella, pero es solo sexo.
Pedimos la cuenta y la trae una chica que me mira y me guiña un ojo, a lo que Sam se ríe y me dice:

Joder cariño, estás que ardes—me dice riendo.

Eres tonta.

Salimos del restaurante, nos despedimos y nos prometemos no dejar tanto tiempo para vernos como hacíamos antes, cuando yo casi pierdo el contacto con ella por culpa de mi relación con Jack.
He llegado a perder el contacto con casi todo el grupo con el que salíamos, solo sigo hablando con Sam y ahora mismo es mi salvavidas.

Pequeña Moscosa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora