Capítulo 13

579 50 1
                                    

Lena

Por suerte hoy no he tenido ningún encuentro con Andrea, sigo evitándola. Pero no tengo tanta suerte cuando veo llegar a J'onn y me dice:

Lena no te vayas todavía, necesito hablar contigo. Ve a mi despacho.

Hago caso y me dirijo a su despacho, solo quería llegar a casa y poder descansar, ya es viernes y llega el fin de semana.
Cuando se abre la puerta veo que la que entra primero es Andrea y detrás lo hace J'onn.

Chicas, ayer me llamo Eliza y quedé con ella—nos dice J'onn.

En mi cabeza solo pienso, ayer quedo con ella y hoy viene a última hora con esto. Lo miro con los ojos pequeños y sé que pilla mi mensaje.

Sí, ya sé que debí venir antes, ayer al final salí tarde de esa reunión y hoy he tenido otras, perdonadme chicas, ya sé que es viernes.

— J'onn al grano—le digo.

Siento que Andrea me da un golpe en el brazo con disimulo, llevo trabajando con J'onn casi desde que salí de la universidad, sabe que los viernes para mí son sagrados y que tengo que salir a la hora, es la única condición que le he puesto.

Bueno, el esposo ya le ha enviado un email, que le indica que si no se presenta en cuarenta y ocho horas en su puesto de trabajo será despedida.

Es lo normal J'onn—ya me está impacientando tanta tontería.

Déjalo terminar—me insiste Andrea.

El caso es que Eliza ya sabía cómo se las ingenia Jeremiah y ella antes de salir, solicitó unas vacaciones sin que este se enterara, así que el email no tiene validez.

J'onn sigue poniéndome más y más nerviosa, para decir esto se podría haber esperado al lunes.

Chicas, el lunes vendrá Eliza, hay que redactar la demanda de divorcio y después intentar llegar a un acuerdo en lo laboral con Jeremiah.

— J'onn, eso ya lo habíamos hablado. ¿Quieres tranquilizarte de una vez?, todo saldrá bien—le aseguro impaciente.

Lena, Andrea, es muy importante que esto salga bien, siempre he querido tener el mejor equipo y con ustedes lo he conseguido—dice J'onn.

Ay madre, que este se ha enamorado de Eliza. Tanto halago y tanta urgencia. Veo como Andrea se acerca a J'onn y le dice:

No se preocupe por nada, tanto Lena como yo trabajaremos codo con codo para que esto salga bien y Eliza tenga el mejor acuerdo posible, tanto para su despido como para el divorcio.

Veo que Andrea me mira y me guiña un ojo, mierda, esta mujer ya me ha puesto nerviosa.
Salimos del despacho, yo voy directa al ascensor para ir a mi coche e irme a casa cuando siento que Andrea me sigue.
Toco el botón para que el ascensor llegue a nuestro piso y pueda subir cuando Andrea se acerca y me dice:

¿Sigues huyendo de mí?

—Yo no huyo de nadie—contesto nerviosa.

Pues a mí me parece que huyes y que evitas que nos quedemos a solas.

El ascensor abre sus puertas y yo rezo para que J'onn, Jess o algún compañero, entre con nosotras, pero no es así. Estoy en un ascensor a solas con Andrea.

Si no me evitas, ¿por qué te pones tan nerviosa siempre que estoy a tu lado? —me pregunta.

No estoy nerviosa—digo tragando saliva. 

Lena, ¿a quién pretendes engañar? —pregunta poniendo una mano en mi cintura y atrayéndome a ella.
Miro sus labios y ella los míos, pero el ascensor se detiene, las puertas se abren y un chico pregunta:

¿Bajan?

—Sí, claro—respondemos al mismo tiempo. 

Salvada—me dice Andrea pegando su boca a mi oído.

El chico es el primero en salir del ascensor y cuando voy a salir tras él, Andrea tira de mí, pulsa el botón para que las puertas se cierren y después bloquea el ascensor.

—¿Qué haces? —le pregunto.

Andrea no contesta, se pega a mí y me besa, respondo a su beso y nuestras lenguas danzan en nuestras bocas como si ya se conocieran de toda la vida. Andrea mete su mano entre mi blusa y siento como sube por mi costado, yo suelto el maletín que todavía llevaba en la mano y la atraigo más a hacia mí, provocando que su pierna roce con mi pubis.

¿Ves como sí que me evitabas? —me dice separando sus labios de los míos y pasando un dedo por ellos.

Si te evitaba era precisamente para que esto no pasara, somos compañeras Andrea. Si esto sale mal…

Mi voz es puro deseo al decirle eso.

Somos adultas Lena, seguro que puedo vivir con ello. Pero ahora te quiero a ti entre mis sábanas.

Pues sí que es directa la muchacha. Vuelve hacer que las puertas del ascensor se abran y me dice:

No quiero que si tenemos que hacer algo sea en un ascensor, ¿qué te parece si te invito a comer y después ya vemos cómo termina el día?

Yo no hablo, me ha dejado con las piernas temblando y muerta de deseo porque haga lo que tenga que hacer. Solo puedo asentir con la cabeza y esperar a que mis piernas respondan. 

Pequeña Moscosa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora