Capítulo 18

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Lena

Llego a la oficina el martes, me pongo a terminar de redactar los acuerdos de la señora Danvers. Sé que se pasará durante la mañana a recogerlos, que los leerá y me dirá una respuesta, haremos las modificaciones pertinentes antes de mandárselo a Jeremiah Danvers.
Andrea presentará la demanda de divorcio esta semana, así que yo tengo que agilizar lo del acuerdo antes de que Jeremiah entre en rabia cuando reciba la demanda, sabiendo cómo se las trae Andrea, le intentará sacar todo lo posible a ese miserable.

Siento que tocan en la puerta y miro hacia ella, veo entrar a J'onn, Eliza y Kara.
Me levanto y digo:

Señora Danvers, ya he terminado de redactar los acuerdos, si me deja imprimirlos los tendrá enseguida.

— Lena, no han venido a eso, la consulta es algo de su hija—me indica J'onn entrando a la oficina con Kara y Eliza.

Miro ahora a Kara y a su madre, J'onn pone unos papeles encima de mi mesa.

Léelo y ya me dices después que piensas, voy a hablar con Andrea para saber si tiene redactado lo de la señora Danvers.

J'onn se va, no sé cómo puede pensar que Andrea ya tiene redactado el documento, ni que fuera tan sencillo, pero bueno, que se las entienda Andrea con él.
Tomo los papeles y les pido que tomen asiento, yo también me siento y me pongo a leer el documento que ha dejado en mi mesa. Estoy leyendo y no puedo creer todo lo que ha sacrificado Kara para poder conseguir esa casa, cuando llego al final, veo como que han añadido unas cláusulas y en ellas obliga a Kara a trabajar con su padre. Bajo los documentos y las miro con cara seria.

Bueno, lo primero, parece que este documento se haya añadido después.

—Cuando yo leí el contrato eso no estaba, así que seguro que lo añadió cuando Kara fue a firmar—dice Eliza claramente nerviosa.

—¿Tú no leíste lo que firmabas? —le pregunto dirigiendo mi mirada hacía Kara.

Es mi padre, no pensé que…, confiaba en él. Pensaba que si al final estudiaba lo que me pedía podría conseguir la casa.

—¿Se puede hacer algo? —pregunta Eliza.

Pues poder, lo que se puede es que ella renuncie al contrato y que pierda la casa, pero no trabajará con su padre. Veo que está firmado por un abogado ¿Leyó el contrato el abogado? —le pregunto.

Sí, aunque veo que tampoco presté demasiada atención por lo que se ve. Aunque para mí eso no estaba—vuelve a recalcar señalándome la última hoja. 

Kara está aquí todo junto. Tuvo que leerlo y está firmado por ti.

—¿Qué solución tiene? —pregunta su madre.

Que renuncie a la casa—digo encogiéndome de hombros.

Ni de broma—dice Kara, y se levanta de la silla.

Kara por favor, no puedes seguir dejando que tu padre maneje tu vida—Eliza intenta que entre en razón.

Mamá, esa no es una opción, no voy a dejar el apartamento —Kara habla claramente enfadada por la situación. 

Ellas siguen discutiendo, yo al principio lo leí muy por encima, necesito saber dónde está esa casa y cuando busco la dirección me doy cuenta de que es el apartamento donde vive.

Has hipotecado tu vida por esa casa, por Dios Kara. Y todo por culpa…

—Ya basta mamá—intenta zanjar Kara.

Pequeña Moscosa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora