Capítulo 24

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Lena

Sobre las nueve y media de la mañana recibo un WhatsApp de Nia.

Nia: Ya estamos en las oficinas.

Yo: Gracias.

Voy a la oficina de J'onn, toco antes de entrar y él me hace pasar.

Solo era para decirte que ya están en las oficinas. Así que recibiré o recibirás una llamada de Jeremiah.

—Vale, a ver que dice ese imbécil.
Cierro la puerta y me voy a la sala de descanso, allí me encuentro a Andrea.

Hola—le digo al entrar.

Hola, ¿Qué tal Kara?

—Mejor, espero que hoy todo acabe y por fin su padre le dé lo que le corresponde. Y también firme el divorcio y te sea sencilla la separación.

—Ojalá y solo sea ratificar ante el juez y ya está.

—Por cierto, ¿qué tal ayer?

—¿Ayer con qué? — pregunta entornando los ojos.

Oh vamos Andrea, la mujer que entraba a tu despacho cuando yo salía.

Andrea no puede esconder la sonrisa que se dibuja en sus labios, se sienta en una silla y se deja caer hacia atrás, apoyando la espalda en el respaldo.

Se está separando. Tenía una relación bastante complicada con su esposa por lo poco que me contó. 

—Vaya.

—Por cierto, se llama Lena—dice elevando las cejas.

—¿En serio? —pregunto sorprendida—parece que al final puede haber una Lena en tu vida.

Andrea se levanta de la silla y se acerca hasta donde yo estoy.

Bueno, la Lena que yo quería está con otra—me dice acercándose a mí peligrosamente.

Andrea, por favor—le digo poniendo una mano en su pecho.

Sí, ya sé que no tengo nada que hacer contigo. Pero ver tu cara cada vez que me acerco, joder, esa cara me da vida—me dice riendo.

Eres…—digo negando con la cabeza.

La verdad es que me ha caído bastante bien, pero no quiero precipitar las cosas, además se está separando—insiste.

Vamos Andrea, mira tu cara al hablar de ella.

—Joder—dice poniéndose las manos en la cabeza y comenzando a dar vueltas—a ver, eso de flechazos creía que era la mayor locura, pero esa mujer, es…

— Andrea Rojas se ha quedado sin palabras, una mujer que conoces desde hace apenas unas horas te deja muda, vaya—le digo con una sonrisa.

—¡Cállate! —Me ordena mientras se apoya en la pared y me vuelve a mirar—esa mujer es increíble, al menos por lo poco que he hablado con ella. Joder Len, he tenido que concentrarme mucho para que no se me cayera la baba cuando me hablaba.

Yo solo puedo reírme ante lo mal que lo tuvo que pasar Andrea ante semejante mujer.

Pues no le veo la gracia—dice Andrea enfadada—tengo que tramitar su divorcio.

Plantéatelo como un reto—le digo intentando no volver a reírme al ver la cara de Andrea.

Un reto va a ser volver a verla y no tirarme a su boca para besarla. ¿Pero tú vistes esos labios? ¿Y ese cuerpo?

Pequeña Moscosa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora