Capítulo 12

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Kara

Cuando llego a las oficinas de la empresa de mi padre veo a mi madre algo alterada, entro al despacho de mi padre que es donde está y veo a mi madre sacudiendo un papel con la mano mientras grita.

Así que ahora soy una simple empleada, ya me habías comentado la intención de despedirme, aunque no pensé que fuera real Jeremiah, pero esto de comunicarme por email que me presente en las oficinas y ocupe mi puesto en cuarenta y ocho horas o seré despedida por incumplimiento de contrato, esto ya es otro nivel, Jeremiah—dice muy alterada.

Estoy expectante mirando a mi madre que parece fuera de sí, y mi padre que parece totalmente inmune a lo que ella dice, ya que no mueve ni un músculo de su anatomía cuando mi madre le está recriminando todo lo que ha hecho.

Faltas al trabajo, no puedo pagar a alguien por que sí—contesta mi padre.

—Te vi en mi casa, en mi cama con otra, y encima ahora la mala soy yo, hay que tener mucho valor para atacarme como lo haces Jeremiah. A ver quien te va a firmar los proyectos a partir de ahora—amenaza.

Veo como a mi padre ahora se le dibuja una sonrisa en la cara, no lo reconozco, ese señor que está sentado en esa silla y sonríe a las cosas que le dice mi madre, ese no es mi padre. Y mira que yo las he tenido con él, pero siempre pensé que era por mi bien.

Tranquila, tengo a la persona indicada para ello—responde con arrogancia.

— Jeremiah Danvers, no te reconozco, menos mal que ya sabía de tus intenciones y me puse en contacto con J'onn J'onzz. Recibirás noticias mías. Y estoy de vacaciones, a ver si vas a creer que soy una idiota y abandono mi puesto de trabajo. Deberías preguntarle a Kelly antes de hacer estas tonterías—responde con una sonrisa en los labios.

Mi padre se levanta alterado de la silla, veo en su cara rabia porque la jugada no le ha salido, por suerte, mi madre tiene mucha gente que la quiere en la empresa y por eso Kelly no debía de decirle nada.
Paro a mi padre y le pido a mi madre que salga.

La has cagado muy bien papá, se te va a ir la mejor arquitecta de la ciudad, ¿pero qué mierda te pasa? Ya no te reconozco—le digo.

Por suerte tengo otra que la puede sustituir—dice mirándome fijamente.

No voy a seguir con esto, voy a salir de la oficina de mi padre cuando noto que me agarra del brazo, miro su mano y lo miro a él.

Suéltame, ya no tengo diecisiete años para que me manipules.

—A ver cómo te digo esto cariño…—me dice soltando mi brazo y frotando sus manos—tú vas a ser quien sustituya a tu madre.

Ni lo sueñes, si piensas que voy a seguir aquí después de lo que le has hecho a mamá estás muy equivocado.

— Kara cariño, tengo un contrato firmado por ti.

—Sí, y solicito la baja voluntaria.

—No cariño, ese contrato no. El que firmaste por el apartamento.

—Era por estudiar la carrera y a cambio recibiría el apartamento.

— Kara hija, mira que siempre te digo que leas las cosas antes de firmar, y tú no me haces caso. Fue demasiado fácil que firmaras sin leer nada.

Mi padre me sigue hablando, pero la cabeza me da vueltas, tengo que buscar ese contrato y leerlo cuanto antes.

En ese contrato pone bien claro que trabajarás para mí durante cinco años después de terminar la carrera y hacer las prácticas, que ya las hiciste en Londres.

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