Jimin no perdía la esperanza de encontrar a Isaiah, las instalaciones eran enormes, pero por la forma en que pudo percibir que se movilizaban los alfas supo que ellos estaban al tanto del funcionamiento interno.
Y eso lo asustó.
¿Cómo aquello era posible?
Juraría incluso que alcanzó a percibir a más de uno con armas diseñadas experimentalmente en los laboratorios de los domos, no comprendía cómo aquellos alfas habían conseguido tanto poder en tan poco tiempo.
No, no era eso.
No comprendía cómo demonios no se había percatado de lo que estaba sucediendo en aquel domo, el gobernante muerto en su centro de operaciones, múltiples cadáveres de los empleados con quienes compartió horas de trabajo.
Todos muertos.
Era su culpa, él debió cumplir mejor su trabajo como líder.
Se suponía que él debía proteger la vida de los omegas, que ellos jamás volverían a sufrir a consecuencia de los alfas, pero la realidad era tan diferente de lo que esperó que fuera su vida.
— ¿Lo hallaron? — Jimin se hallaba escondido en una de las salas de recreación para los infantes.
Al principio sintió temor de entrar y toparse con algún cadáver de algún niño ya que los muros exteriores estaban llenos de manchas de sangre fresca.
— No, seguimos buscándolo — respondió el otro alfa.
— Es mejor que lo encuentren rápido, el salvador está comenzando a perder su paciencia.
— Lo sabemos, pero el maldito líder es astuto, se ha escondido.
— No importa, conocemos el lugar de rincón a rincón, no podrá esconderse por mucho tiempo.
Jimin evitó inhalar con fuerza para no hacer ruido alguno, sus pensamientos eran correctos, los alfas conocían las instalaciones de alguna forma, dedujo que ellos lograron tener acceso a los planos de las edificaciones gracias a la ayuda del gobernante.
Tragando saliva con fuerza echó un vistazo a su alrededor, había juguetes en el suelo, colores quebrados por la mitad y uno que otro zapato de talla pequeña.
No quiso imaginar lo que había sucedido anteriormente donde se hallaba, ya no podía seguir escuchando los gritos de los niños y estaba asumiendo lo peor.
Pero no podía hacer mucho desde su posición, cuando intentó dirigirse hacia la zona de armamento, se encontró al menos una docena de alfas con las manos cargadas de armas listas para disparar.
Desechó la idea de tratar de conseguir alguna, solo lograría que le dispararan.
Los minutos transcurrieron mientras llevaba su cuerpo al pequeño cuarto de aseo de aquella sala, utilizó lo que halló para poder sellar la puerta desde el interior y evitar que intentaran ingresar.
Su cuerpo cayó de rodillas con sus manos contra su rostro en señal de frustración, el miedo seguía latente en su cuerpo haciéndolo sentirse indefenso, no recordaba en el tiempo que llevaba de vida haberse sentido tan necesitado de protección como lo hacía ahora.
En su mente solo podía aparecer la imagen de Jungkook como refuerzo a su situación, pero si los alfas ya habían llegado a la planta baja todo estaba acabado.
Y, ¿Si Jungkook estaba de acuerdo con ellos? Con su plan de venganza.
Porque razones para estarlo las tenía, pensó Jimin con tristeza.
— Por favor no — se murmuró así mismo al imaginar a Jungkook aceptando ser parte de la revolución de los alfas.
De ser así, lo más probable es que Isaac siguiera los pasos de su padre.
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Poder Omega KOOKMIN (HISTORIA COMISION RESUBIDA)
FanfictionDonde el mundo está dominado por los Omegas, los Betas son sus esclavos y los Alfas son sus prisioneros. Una historia distinta, donde los Omegas demuestran que tienen el poder, y no necesitan de un Alfa para sobrevivir. Pero, ¿realmente es así? * Ko...