Capítulo 22

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El líder desistió de intentar calcular el tiempo que llevaba amordazado en un rincón de la sala de operaciones, solo podía ver a los alfas moverse a través de la habitación como si les perteneciera, como si la conocieran a la perfección.

Los vio intentar acceder al sistema operativo de Axio en muchas ocasiones, pero parecía que aquello no era su campo.

— No interesa — escuchó al que consideraban salvador — necesito el resto de los accesos a los expedientes de los centros científicos — su voz se tornó aterradoramente más grave — quiero saber cuáles fueron todas las acciones médicas que tomaron contra los alfas.

Jimin jadeó contra la venda que estaba fuertemente amarrada alrededor de su boca abierta, las comisuras de sus labios estaban ardiendo para ese punto, su cuerpo estaba doliendo demasiado, las articulaciones se sentían en llamas a fuego vivo.

— ¿Cuánto tardará en llegar nuestro paquete sorpresa? — cuestionó el salvador.

— Debería abordar en alrededor de cuatro horas jefe — respondió un alfa desconocido a su lado.

— Bien, quiero ser el encargado de recibirlo, no quiero llegar tarde al encuentro.

Gimiendo por lo bajo al intentar buscar una nueva posición, Jimin llevó la vista al salvador quien continuaba intentando acceder a los archivos protegidos, no comprendía su interés por ello, pero supuso que en realidad se trataba de que quería tener el acceso a todo.

— Jefe — fue llamado.

El salvador giró parte de su cuerpo para encarar a un nuevo alfa que ingresó a la sala.

— No hemos hallado al niño.

La sola mención de un infante captó la atención mezclada con la preocupación del líder quien elevó la vista para verlos charlar, su corazón tronó con fuerza al saber que no lo habían hallado, sin embargó, eso no aseguraba que no ocurriría en el futuro.

Era probable, habían demasiados alfas en búsqueda de lo que consideraban fugitivos de la revolución, todos eran considerados automáticamente como prisioneros que debían atrapar y encerrar.

— Debe estar escondido como lo estuvo el grandioso líder presente — el sarcasmo en el adjetivo fue notorio — si el pequeño es demasiado escurridizo, tienen el permiso de lastimarlo lo suficiente como para traérmelo.

Jimin emitió sonidos molestos y desesperados al escucharlos reírse luego de aquel permiso.

— Relájate líder — dijo el salvador — solo lo lastimarán un poco — giró a verlo — pero se mantendrá con vida, no hay nada satisfactorio en no verlo morir con mis propios ojos.

El omega se movió bruscamente a pesar de estar totalmente amordazado, los cables continuaron lastimando sus muñecas, sus tobillos estaban hinchándose debido a la presión ejercida en las ataduras.

— Lo traeré para ti líder — dijo acercándose para tomar de la camiseta por sobre el pecho del omega — estarás en primera fila cuando mis garras atraviesen y corten su garganta.

Inhalando bruscamente Jimin continuó gimoteando furioso, sus bramidos formaron eco en la sala.

— Te daré buenos privilegios — agregó el salvador — todos y cada uno de los habitantes omegas morirán frente a ti mientras piden clemencia — el tono nuevamente volviéndose aterrador — ellos te observarán en medio de lágrimas, gritarán por tu ayuda, una que no podrás brindarles, ¿Sabes por qué?

El alfa inclinó su rostro un poco más hacia el contrario.

— Porque su líder solo es un omega inútil igual que los demás — dijo — uno que no sabe cómo defenderse por sí solo.

Poder Omega  KOOKMIN (HISTORIA COMISION RESUBIDA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora