Capítulo 10 - Advertencia

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Disculpen el retraso en el capítulo. ¡Gracias por su paciencia y aquí lo tienen! ¡Y que hayan pasado felices fiestas!

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Un grito sacó forzadamente a Noah de su sueño, el brusco despertar activo todas sus alarmas internas y se levantó con rapidez de la silla, la cual cayó al suelo de costado, y empezó a apuntar con su mano a cualquier cosa en movimiento. Dando un vistazo rápido a la habitación, una pequeña Riolu se abalanza sobre él, abrazándolo entre saltos de alergia. Él aun en estado de shock se decidió entre atacar o calmarse, no fue segundos después que logró reaccionar con cordura al notar que existía amenaza alguna.

—¡Un Lucario! ¡Es un Lucario! ¿Eres mi nuevo pokémon?—Gritaba emocionada la pequeña, con una sonrisa eufórica miraba a los ojos de este como si esperase le respondiera.

—¿Ana?—respondió confundido él, pero entre más la observaba,

—¡Increíble! ¡Puedes hablar! ¡Y sabes mi nombre!—no cabía ella del gusto, tanto orejas como cola se agitaban de pura felicidad.

Noah no pudo evitar abrazarla con fuerza, lágrimas de alivio brotaban de sus ojos, buscando creer la realidad que pasaba frente a él. Su hermana había despertado al fin y se encontraba bien. Sentía como un peso de encima le desaparecía, una naciente esperanza que le pareció jamás haber tenido desde hace eones. Ella no sabía cómo reaccionar ante el aparente extraño, pero no se quejaba del cariño que recibía, solo se contentaba más.

La puerta se abrió de un golpe en lo que entraban un Umbreon junto a Leafeon y Zangoose, listos para el combate. Al ver la escena, cada uno se relajó totalmente y bajaron su guardia. Noir resopló, revoleando los ojos en un gesto de disgusto y se fue por donde vino. Diana y Nahira en cambio compartían la emoción que persistía en el lugar y corrieron a abrazar a la pequeña, quien fue bombardeada por caras sonrientes y elogios.

—¡Hacen cosquillas! ¿Esto es una fiesta sorpresa?

—¡Que buena noticia, no despertabas! ¿Estás bien? ¿Te duele algo?—se separó la tipo planta, examinando de pies a cabeza con cierto instinto maternal a la joven.

—¡Diana! ¡Hablaste!— gritó sorprendida, más en su rostro estaba maravillada por el acontecimiento.

—Ana, ¿no recuerdas nada de lo que pasó?—se acercó el Lucario, arrodillándose frente a ella para estar a su altura, la observaba con seriedad. Mas ella ladeó la cabeza sin saber a qué se refería— Soy yo, ¿no me reconoces? Soy Noah.

—¡Por Arceus! ¿Eres mi hermano?¿de verdad?—asintió él a su pregunta con lentitud, acto seguido, por primera vez se revisó a sí misma, sus ojos se iluminaron—¡Soy una pokémon! ¡Qué genial! ¡Ahora podré hablar con todos ustedes! ¡Los entiendo ahora!

La pequeña parecía brillar con luz propia, en su propio mundo mágico, liberándose de la oleada de abrazos y caricias, salió de la habitación a toda prisa. —¡Mamá, Mamá, soy una pokémon, ven a ver!—se escuchaba por los pasillos, alejándose. Nuevos chillidos de asombro podían escucharse a medida que se encontraba con los demás. Pero en donde se quedaron los tres, la felicidad fue empañada por un sentimiento amargo.

—¿Le diremos la verdad?—fue Nahira quién preguntó, mirando a su entrenador.

—Por el momento, creo que lo mejor es ocultarle la verdad.

—Hacer eso no le hará bien a la larga, solo una medida temporal, y lo sabes.

—Lo sé, pero ¿qué esperas que yo...?

Crag

Un sonido quebradizo se escuchó desde la cocina, todos salieron en urgencia para verificar el origen de ese pequeño estruendo. Al llegar, se encontraron con una escena en tensión, todo el grupo estaba ahí observando a Laura que estaba de frente a Ana, con una expresión sombría y de enojo, gritando cosas que no se entendían hasta estar lo suficientemente cerca.

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