Elsie siempre le impedía a Keshan entrar por su propia cuenta. Incluso el rebelde Naito tocabapara ver si podía pasar según el hábito que había adquirido durante mucho tiempo. Sin embargo,Keshan estaba actuando de un modo obstinado. No había ninguna razón para tener paciencia.
Naito se congeló en su lugar y después, cuando se acomodó el pantalón y se levantó para tratar dedecirle algo, Keshan atrapó a Naito y lo estampó contra la pared con demasiada fuerza. Naito,asombrado por el contacto, abrió mucho los ojos. Sacó las manos de las esquinas y lo empujó conbrusquedad:
"¿Qué estás haciendo?"
Cuando Naito se molestó y trató de irse, Keshan atrapó a Naito nuevamente. Estaba loco, tenía lacara roja y una increíble furia brillando en el centro de sus ojos.
"¿¡¡Te acostaste con Elsie!!?"
La cara de Naito se puso blanca. Agarró su brazo y lo apartó.
"No es algo que te importe."
"¿¡Cómo dices eso, Dios mío!? ¡No solo estás durmiendo con un hombre que conociste en laescuela o en un bar! ¡Es Elsie! ¡Es tu maldito hijo! ¡Algo como eso...!"
Keshan, un prostituto de un país extranjero que había venido a este lugar para conseguir dinero,gritó en un idioma bastante mal pronunciado. Era extraño, pero no era difícil de entender. Másbien... Era muy triste así que Naito se tocó el pecho y aguantó la respiración.
Cuando Keshan agarró su brazo con más fuerza, su padre, que lo estaba mirando muy atentamente,se acercó para apartar a Naito de él y lo ocultó bajo sus manos. Naito negó, una y otra vez.Gritando: "¡Keshan lo sabe todo! ¡Sabe todo lo que hiciste! ¡Sabe que eres un maldito loco! ¡Élsabe!"
Naito perdió la cabeza ante la idea de que ese hombre, justamente ese hombre, supiera sobre elsexo que había tenido con su padre. No era solamente él, era un tabú social y un acto que nadiedebería conocer. Estaba tan aterrorizado e histérico que padre lo abrazó más fuerte en un intentodesesperado por darle algo de paz. Dijo, con una voz perdida.
"Saca a Keshan... Sácalo, ¡Sácalo!"
"Todo está bien, yo haré lo que quieras".
Papá estaba enojado, pero se sintió reconfortado por las súplicas de su hijo. Mirándolo yaferrándose a él con la cara llorosa. Se rió...
Después de soltar a su hijo, Elsie se aproximó, agarró las dos muñecas de Keshan con una mano ylo aventó contra el suelo en un acto demasiado salvaje. Papá se agachó y agarró la pequeña y frágilmandíbula del hombre para asegurarse de que pudiera entender: "Ya no te necesito. De hecho, yalo había dicho desde hace una semana. Ya no te necesito ¿Por qué mierda sigues aquí? ¿Esporque no tienes suficiente dinero?"
Era una voz lenta, como si estuviera explicándole algo a un niño. Keshan, que entendió laspalabras de inmediato, miró hacia arriba y frunció los labios. Habló rápidamente en un idiomaextranjero que apenas y sonaba como algo humano... El padre sonrió, y tocó ligeramente sumejilla. No lo golpeó, pero era un comportamiento que podía sentirse tan humillante y vergonzosocomo eso.
"No quiero dinero." Dijo, llorando "Yo, yo... Quiero vivir con Elsie. No me dejes ir. Quierovivir con Elsie. Me gustas."
"¿Y crees que yo quiero vivir contigo?"
Elsie se rió. Soltó la muñeca de Keshan y sacó su cartera del bolsillo. Escogió un grueso fajo deefectivo, lo contó y lo puso en su mano. Como toda una prostituta. Keshan finalmente rompió allorar con toda su fuerza, pero igual a si fuera un mal hábito, llorando y todo, agarró el dinero y loguardó en su pantalón de todos modos. Dijo:
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Una noche solo para dos
General FictionElsie Benjamin Jedan: 38 años. Apuesto, encantador, carismático, tiene labia para conseguir lo que quiere. Pero detrás de esa fachada de hombre de mundo se esconde un monstruo; calculador, violador, sin moral alguna, obsesivo y peligroso. Cuando sus...