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Gastó todo el dinero restante en ir de Soma a Gojan. Lo que quedaba en su cuenta era igual acero. En el primer lugar en el que bajó, Naito hizo todo lo que pudo. Primero limpió y lavó losplatos en la casa donde lo contrataron como sirviente. Pero a los pocos días, el dueño de la casaacusó a Naito y a su amante de tener una aventura y lo echó. No tenía dinero porque trabajaba encondición de embarque y el saldo seguía siendo un 0. Naito, que se convirtió en mendigo, anduvopor un tiempo viviendo en las esquinas y luego comenzó a trabajar como sirviente diario.Asumiendo el arduo trabajo que tenían que hacer de un modo casi religioso. Después, locontrataron para llevar ladrillos. Algo técnicamente muy básico. Traía las herramientas que lepedían y las limpiaba también. La primera vez fue difícil e increíblemente cansado, pero al menosentonces no pudo recordar a su padre en absoluto. Fue agradable poder vivir así. Sin embargo,cuando volvía a su habitación y se acostaba en la oscuridad, sus manos comenzaban a recordar laspiernas de ese hombre entre las suyas y el poder de sus dedos cuando le sujetaban las muñecas.Incluso tenía presente la calidez de siempre. La manera en la que le chupaba los labios, cuánelaboradamente mordisqueaba sus pezones y le dejaba el pene lleno de saliva. Como eyaculaba,gritando... Se rio, todo parecía lento cuando lo pensaba. Como una película o un espejismo. Y lopeor era que cuando se imaginaba con él, su pene reaccionaba primero. Por lo general, cuando elcuerpo está cansado no es posible una erección. Sin embargo, su padre aplastó todo su ser, comoun fantasma que le hacía cosquillas, lo besaba, lo penetraba y le repasaba las bolas en silencio. 

"Tú me amas, y lo haces tanto que me recordarás por siempre". 

Realmente se estaba convirtiendo en una realidad, como dijo.

 Naito estaba en un albergue, pero el sonido de la masturbación igual era poderoso. Agarró la mantay lentamente tocó su pene, pero lo que siempre le seguía a su comportamiento desordenado eran unmontón de placeres ambiguos. Con ojos en blanco, Naito, que miraba las paredes llenas deoscuridad, se tragó las malas palabras y, a medida que avanzaba más y más en sus fantasías, más leera difícil mantenerse cuerdo. No podía borrar a su padre de su memoria, ni siquiera con lamasturbación. Naito se volvió entonces hacia la salida fácil que le proporcionaba el alcohol.Cuando bebía, al menos podía dormir así que después del trabajo, se convirtió en una rutina diariacomprar alcohol, irse a la cama y beber hasta perderse.

Naito, que se había quedado dormido a causa del vino, salió de una habitación compartida conotros empleados a primera hora de la mañana. Se lavó en la ducha pública y fue al comedor solopara encontrarse con la mesa ya servida. No era tan elegante como cuando vivía con su padre, porsupuesto, pero estaba satisfecho con la comida medianamente nutritiva que compraban. Tomó elpan recién horneado, lo partió por la mitad, aplicó mantequilla y mermelada y comió sin pensar.Cuando se volvió al sonido de una silla siendo arrastrada, vio que ya había un hombre con uncuchillo cortando carne a unos centímetros de él.

 Tan pronto como el cuchillo se colocó en la mesa, el hombre abrió la boca y dijo:

"¡Llegamos a la cuota! ¡Este sábado es libre!"

 La gente reunida en la mesa, vitoreó. Naito era bastante indiferente con esto. Centrado en lacomida, el comedor rápidamente se volvió ruidoso por la emoción de salir el sábado, él pensabaque no había tiempo para meterse entre la felicidad de otras personas. Se levantó, con un platoentre las manos... Y observando la espalda de Naito mientras salía del comedor con un ritmolimpio y ordenado, Nicole se levantó también y lo persiguió con cuidado para que Naito no sediera cuenta.

Naito puso sus manos en el fregadero e inclinó la cabeza. El cabello castaño era largo ahora yestaba cubriendo su rostro delgado. Había gotas de agua, cayendo sobre el dorso de su manomientras temblaba como el dobladillo de una cortina. Se quitó la camiseta, mostró sus manchascolor melocotón dispersas por la piel y provocó un incendio en la mente de Nicole. Ver piel blancay el hermoso color melocotón que también tenía en las uñas, provocó que Nicole, que estabasonrojado, solo se estremeciera con fuerza. Los ojos marinos que se extendían interminablementebajo el bombillo revoloteaban con extrañas emociones. Había momentos en que las gotas de aguaque colgaban de sus fosas nasales desaparecían con un estallido y otras en que parecía sollozar.Solo entonces, Nicole se despertó. Naito, que era lo suficientemente guapo como para hacer que sucorazón palpitara, tenía una atmósfera indescriptible ahora. Una atmósfera increíblemente digna.Pero era un crimen observarlo por tanto tiempo así que Nicole, fingiendo estar en el baño porcasualidad, volvió la cabeza y se lavó las manos. Incluso si intentara aclarar su mente mientras selavaba, era difícil dejar de ver el dorso blanco de sus bonitas manos que se veían tan bien como sucara.

Una noche solo para dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora