"Ah... Ah, ah... Justo así."
No había señales de que la sensación de placer que persistía en el interior de su cuerpo, desapareciera. Era como si le estuviera pegando hasta chocar contra su ombligo. El pene largo y grueso sacudía su interior y mantenía un placer increíblemente espantoso. Naito pensó que era aterrador estar tan estimulado así que para salir de ese estado, se arrastró hacia adelante por la cama hasta casi llegar a la esquina. Si hacía algo más, pensó que definitivamente moriría. Su pared interior tenía un hormigueo que le provocó perder sus sentidos y dejar los ojos en blanco... Si el pene que estaba atascado ahora, se escapaba, parecía que su pared interior se saldría junto con él.
Para sobrevivir, agarró la sábana. Tuvo que hacer una pausa por un momento en el que su cintura tembló. Su pared interior reaccionó con sensibilidad y se puso a palpitar, excitándose con el movimiento que hizo papá para salirse.
"Eres lindo."
Escuchó esta oración junto con una pequeña risa. Los dientes de Naito se apretaron ante el sonido tan alegre de la voz de su padre. Habían estado varias horas teniendo sexo, así que ahora estaba agotado. Al principio, pensó que ya había terminado allí porque papá le ofreció un beso profundo, pero ese pensamiento se desvaneció cuando comenzó a acariciarle el pene. Incluso si parecían toques amables, si lo manejaba mientras lo miraba como si quisiera comérselo, era inevitable que su respiración se calentaría hasta el extremo.
Maldita sea.
Mientras maldecía por dentro, Naito logró sentir ese grueso pene justo en su entrada. Tan húmedo, que no creía que pudiera lograr mojarse todavía más. Podría intentar sacarlo al moverse solo un poco, pero su padre, que lo vio, no lo permitió. Elsie miró también su nombre escrito en una espalda llena de músculos fuertemente tejidos. Emocionado, lo agarró fuerte por el área baja de su cintura y lo penetró hasta que su interior, caliente y suave, pareció apretarle el pene hasta un nivel interesante. Padre exhaló bajo, saboreando el interior que cubría sus genitales tan deliciosamente.Comparado con eso, Naito simplemente sollozó en un estado que estaba completamente cerca de la locura. Colocó la frente en su antebrazo y lloró sin saber exactamente por qué lo hacía. Había lágrimas y gemidos impotentes que se derramaron sobre la cama.
"Ah, ah, ah, ya no puedo... Detente. Siento que voy a morir."
Naito, llorando, estiró su mano y apretó el vientre de su padre como para intentar anclarse a algo.Por otro lado, papá bajó el brazo bruscamente y tocó la entrada que estaba goteando con semen blanquecino y un montón de gel. El agujero rojo e hinchado envolvió su dedo y Naito entonces lloró por la extraña sensación. El pene era más ancho que el límite para adaptarse y el orificio que apretaba correctamente el pene de papá pareció arder. Entonces, Naito también estiró su dedo índice para penetrar un agujero que había comenzado a morder el pene de su padre. Se sentía increíblemente desconocido.
"Lo odio..."
"Pero está delicioso aquí, parece que está pidiendo más semen."
Naito cerró los ojos ante palabras que sonaban desagradables. Era bastante parecido a su madre, Jan. Parecía elegante y fresco. Tenía los ojos enrojecidos y las lágrimas, que colgaban como rocío, eran bonitas y ligeras, por lo que el padre no pudo soportarlo y terminó por presionar al hijo todavía más contra la sábana. Naito exhaló igual a si se hubiera rendido ante la mano coercitiva de su padre. Agarró la almohada con fuerza... De todos modos, ya era un lugar que parecía creado específicamente para poder sentir cada sensación de placer y de hambre. Algo hecho a su imagen.Naito apretó los dedos con fuerza mientras el interior se le abría aún más. Padre lo agarró de vuelta hasta que su vello púbico y sus testículos se pegaron una y otra vez contra su trasero, así que, el placer, acompañado de un inmenso dolor, golpeó por completo el cuerpo de Naito.
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Una noche solo para dos
General FictionElsie Benjamin Jedan: 38 años. Apuesto, encantador, carismático, tiene labia para conseguir lo que quiere. Pero detrás de esa fachada de hombre de mundo se esconde un monstruo; calculador, violador, sin moral alguna, obsesivo y peligroso. Cuando sus...