Prólogo

2.4K 54 35
                                    

[Primero que nada, este libro contiene abusos, maltratos, violaciones, autolesiones y amor tóxico, así que no esperen algo bonito. Si eres sensible a estos temas te pido que por favor te retires y nos evitamos un mal rato]

Un pequeño grupo de amigas pasaba la tarde muy animadamente en la casa de una rubia con apariencia de hada

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Un pequeño grupo de amigas pasaba la tarde muy animadamente en la casa de una rubia con apariencia de hada. Reían y hablaban contando cosas de sus vidas.

—En serio, me hubieráis visto, quería desmayarme en ese preciso momento —narraba una peliblanca de ojos azules, Omega, muy dramáticamente, pero a la vez con emoción

—Es que no me lo imagino, ¿ser la novia de Invictor? Ah, todo un privilegio —le siguió el juego otra de las chicas, una de pelo rubio con puntas anaranjadas, Harumi

Todas rieron ante eso, se divertían haciendo bromas entre ellas.

—¿Qué hay de tí, Color? ¿Cómo va tu relación con Sparta? —preguntó la anfitriona de la pequeña reunión, Dixsy

—Va bien, de hecho tendremos una cita mañana en la noche —contó la nombrada encongiendose de hombros, era la más tímida, de todas ellas Color era la más angelical e inocente

—Uy, la chica enamorada tendrá una cita con su novio —se burló Ela en broma

Color se sonrojó por sus palabras, tenía razón, Sparta y Color eran novios, pero la pelinegra aún no se acostumbraba a que su relación fuera pública.

—¿Cuándo pensabas decirnos? —la molestó la de mechas anaranjadas

—Os estoy diciendo, no entiendo que más quieréis —rió algo apenada por tener toda la atención sobre ella

—No te avergüences, Sparta es super guapo y todo un dios, tienes suerte de ser su novia —halagó una rubia de mechas moradas

—Lyna tiene razón, cuantas chicas se morirían por un chico como él —le siguió Omega

—Ya, no la molestéis tanto, sabéis que no le gusta eso —intervino la castaña de ojos verdes defendiendo a la más pequeña del grupo

Siguieron hablando y riendo por cualquier cosa que decían, eran felices teniendo tardes así.

...

—Eh, sí, ya estoy aquí, ¿tú dónde estás? No te veo —habló la pelinegra por su celular

—Ya estoy llegando, es que tuve un pequeño inconveniente, pero no te preocupes llegaré pronto —contestó aquel castaño que era su novio al otro lado de la línea

—Bien, entonces te espero —sonrió para sí misma con aires enamorados

Está bien... Lor, te amo

—Yo también te amo, Spartita

Cortó la llamada y guardó su teléfono en su bolso teniendo una boba sonrisa en su rostro, se notaba cuan enamorada estaba, le emocionaba verlo, siempre se emocionaba por ver a su novio cada vez que podían. Apenas y podía ocultar su sonrisa de felicidad por ver a Sparta, se removió inquieta en su lugar esperándolo, se sentía muy feliz.

Pensó que tal vez podría darle algún regalo, ¿por qué? No había una razón específica, sólo que él era tan especial para ella que quería darle algo bonito.

Se alejó un poco del punto donde se encontrarían y entró a una pequeña tienda, compró dos pulseras a juego y volvió a salir. Cada pulsera tenía un dije especial, una tenía un sol y la otra una luna, entre ellos dos tenía un significado.

Caminando de regreso tenía una gran sonrisa y un pequeño sonrojo, lo más probable es que se trabara al hablarle cuando le diera el regalo, pero igual se sentía confiada.

Algo pasó.

Alguien salió de un oscuro callejón cuando ella casualmente pasaba por ahí, la tomó desprevenida, tapandole la boca y sujetandola, verificando que no pudiera escapar. Color intentó gritar ante eso, pero le fue imposible, quería pedir ayuda, pero aquella persona se lo impedía.

La llevó consigo dentro del callejón del que salió, ella se removía intentando liberarse, más no podía, aquella persona la tenía bien sujeta como para dejarla escapar.

Casi ni habían personas en la calle, por lo que ni notaron la escena que acababa de ocurrir.

Al verse sin escapatoria pequeñas lágrimas se formaron en sus ojos marrones, amenazando por salir.

—Quédate quieta si no quieres que te mate —escuchó la voz de su opresor, fría y amenazadora, su cuerpo tembló con sólo escucharlo

Ante eso sus intentos de escapar disminuyeron, aunque igual seguía tratando liberarse de aquel hombre.

En un momento quitó su mano de la boca de ella para buscar algo en su bolsillo. Color aprovechó ese descuido para gritar pidiendo ayuda, esperando que alguien la escuchara y fuera en su rescate.

Aquella misteriosa persona colocó un pañuelo en su boca rápidamente, callando sus gritos de ayuda y desesperación. Ella seguía luchando, pero sentía su cuerpo debilitarse lentamente, ya no tenía las mismas fuerzas para gritar o para intentar escapar.

Cuando menos lo esperó, cayó desmayada en los brazos de su opresor.

Cuando menos lo esperó, cayó desmayada en los brazos de su opresor

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝕺𝖇𝖘𝖊𝖘𝖎𝖔́𝖓 [sᴇɴ̃ᴏʀ x x ᴏᴄ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora