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Otra día más, se encontraba sentada en aquel sillón mientras miraba la televisión, abrazada al castaño que también veía dicho aparato

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Otra día más, se encontraba sentada en aquel sillón mientras miraba la televisión, abrazada al castaño que también veía dicho aparato.

La pelinegra se sorprendía por todo lo que ocurría dentro de aquella película, eran muchas emociones juntas para ella. Se sobresaltó cuando se escuchó un fuerte sonido proveniente de la televisión, ella se giró rápido hacia el Señor X tirando de su camiseta haciendo que él despertara de su pequeña ensoñación, aún seguía pensando demasiado.

—Señor X, ¿Por qué ese hombre le hizo eso al otro hombre? —preguntó con intriga de saber

—Le ha disparado para matarlo —le dió una breve explicación

—¿Por qué? —quiso saber

—Porque era un hombre malo

Ante eso Color se quedó pensando, no entendía por qué pasaba eso, pero decidió seguir viendo en silencio; aunque tampoco creía mucho lo que pasaban, después de que el Señor X le dijera que la televisión miente, perdió el interés y la maravilla con lo que veía el mundo exterior.

En un momento ella miró al Señor X, observando como este volvía a su semblante pensativo. Tocó suavemente su rostro volviendo a despertarlo de su ensoñación, se preguntaba porqué él estaba así.

—¿En qué piensas? —preguntó ladeando un poco su cabeza

—Nada, no es nada importante —contestó simplemente

—¿Por qué no piensas en mí? Así tendrás tu mente ocupada —dijo con inocencia

El castaño sólo rió, una pequeña parte de él en verdad la quería.

—Siempre pienso en tí, Lor, más bien ya no sé que hacer para sacarte de mi cabeza —frotó suavemente su nariz contra la de ella haciéndola reír—. Además, no sé qué haría sin tí

Color sólo lo miró sonriendo, luego se abrazó más a él recostando su cabeza en su pecho.

—Yo tampoco sé que haría sin tí

...

Dibujaba en el suelo de su habitación, estaba recostada boca abajo con sus piernas inclinadas suspendiendo en el aire, las balanceaba casi inconscientemente, ponía toda su concentración en aquello, por lo que sacaba levemente la lengua como si eso la ayudara en su concentración. En verdad su personalidad se había vuelto más infantil estando ahí dentro y más con aquella manía que había cogido de sacar la lengua para dibujar, pero no le importaba, eso la mantenía feliz.

De pronto escuchó al Señor X llamarla, salió de su concentración para levantarse e ir hasta donde se encontraba el castaño. Él estaba en la cocina, preparando lo que sería su almuerzo.

—¿Me llamaste, Señor X? —preguntó llamando su atención

—Sí, quería hablar contigo —dejó un momento lo que hacía para acercarse a ella

Color sólo lo miró atenta a cualquier cosa que dijera, era de esos momentos donde ella se quedaba en silencio para que él hablara.

—La cosa es que mañana voy a tener que salir —le dijo con pesar

—No —expresó entristecida, se acerco a él y agarro su camiseta como queriendo no dejarlo ir—, no te vayas, no me gusta que me dejes sola

A eso el de ojos morados tomó su mano libre y la sostuvo del mentón suavemente.

—Es por eso que lo estaba pensando y decidí que puedes venir conmigo —sinceró viendo como ella se sorprendía por sus palabras

—¡¿En serio?! —preguntó incrédula, era como si eso fuera un sueño para ella

Él asintió afirmandolo.

—Te has portado muy bien, hace mucho que no te haces daño y eres muy obediente a todo lo que te digo

Eso la emocionó más, pero su mirada se apagó un momento.

—Pero tú dijiste que el afuera era peligroso y también dijiste que no tenía porqué salir, y que no lo deseara más —dijo pensándolo mejor

—Pues, sí sé lo que dije, pero estarás conmigo, así que no te pasará nada —reconoció

La emoción volvió a la pelinegra viendo que él en serio estaba dispuesto a dejarla salir a ver el mundo de afuera. Por alguna razón sintió ganas de llorar, pero no de tristeza o miedo como siempre lo hacía, eran buenas esas ganas de llorar que tenía, porque quería hacerlo por la felicidad que sentía en ese momento.

Se lanzó hacia él abrazandolo con emoción, nunca en su vida se había sentido de esa manera, o bueno, al menos no que ella lo recordara. Tanto era ese sentimiento de alegría que besó al castaño eufórica, casi nunca era ella la que tomaba esa iniciativa, pero no le importaba eso, porque se sentía muy feliz.

—Te haré un dibujo por eso, será el más bonito de todos y será un regalo para agradecerte —expresó con emoción, apenas podía contener todo lo que sentía en ese momento

—Estoy seguro de que lo será —animó sonriendo

Color dejó un último beso en sus labios y luego salió corriendo a su habitación, se notaba cuan emocionada estaba por esa noticia.

El Señor X por otro lado la miró alejarse dirigiéndose a su habitación, sonrió para sí mirando su emoción, pero no duró mucho hasta que su expresión cambió a una desanimada. Fijó su mirada en el suelo perdiendo su mente entre sus pensamientos, no podía creer lo que estaba pensando hacer, podría entristecerlo, pero...

Después de todo era lo correcto.

Después de todo era lo correcto

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𝕺𝖇𝖘𝖊𝖘𝖎𝖔́𝖓 [sᴇɴ̃ᴏʀ x x ᴏᴄ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora