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El castaño terminó de recoger la mesa, había vuelto a comer solo porque Color seguía alejada de él, intentaba convencerla para hablar sobre lo que pasaba, pero ella simplemente no quería o lo sacaba de su habitación queriendo no verlo nunca más, y...

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El castaño terminó de recoger la mesa, había vuelto a comer solo porque Color seguía alejada de él, intentaba convencerla para hablar sobre lo que pasaba, pero ella simplemente no quería o lo sacaba de su habitación queriendo no verlo nunca más, y eso, le rompía el corazón de una manera horrible.

Terminó de lavar los platos y los organizó, secó sus manos y se dirigió hacia la sala de estar. En un momento detuvo su andar, llevó su mirada escaleras arriba pensando en la pelinegra, no le gustaba estar mal con ella, pero no podía hacer nada si ella no quería hablar con él, ni siquiera verlo. Se preguntaba como fue que la perdió, en un momento ella estaba enamorada de él y ahora sólo lo quería lejos de ella.

No la había visto desde la mañana y eran al menos las cuatro de la tarde, soltando un suspiro de pesadez subió las escaleras, no iría precisamente a buscar a la pelinegra, sólo fue a su habitación. Se colocó su típica sudadera celeste y volvió a bajar, y al hacerlo convenientemente tocaron la puerta, fue a abrir, no esperaba a nadie que el recordara. Al ver, eran los Compas y las amigas de Color, se extrañó de verlos a todos, pero igual los dejó pasar.

—Chicos... ¿Qué os trae por aquí? —les saludó poniendo su mejor sonrisa, no se sentía con ánimos, pero no les dejaría ver que no estaba bien

—Vinimos a ver como estabáis, hace bastante que no os vistabamos —Trollino fue el primero en hablar, en el fondo sabía que algo no iba bien, lo había notado desde la última vez que habló con el castaño por teléfono, por eso llamó a todos para ir a ver que le pasaba y levantarle el ánimo

—Pues, Color y yo estamos bien, no hay necesidad de que os preocupéis tanto —se limitó a decir caminando hacia uno de los sillones, sentándose en este

Los demás le siguieron y se sentaron también, entraron en un silencio un tanto incomodo, aunque el castaño quisiera ocultar su estado emocional sus amigos notaban como en realidad se encontraba.

—¿Estás bien, Sparta? —se atrevió a preguntar Dixsy rompiendo aquel silencio

Él sólo pensó su respuesta, teniendo su mirada perdida en un punto muerto de aquella sala de estar.

—No, no estoy bien —confesó en un murmullo, casi inconscientemente respondió, pero en parte quería contarles la verdad

—¿Por qué? ¿Qué pasó? —preguntó esta vez Timba con preocupación

—Color y yo... Estamos teniendo algunos problemas —contó sin dirigirles la mirada—. Ella encontró su viejo cuaderno de dibujos y ahora le entró la idea de querer volver con su secuestrador

Sus amigos se quedaron sin palabras, no supieron que decir ante eso, no esperaron que la situación fuera esa, en ese caso no podían hacer mucho por su amigo para ayudarlo a resolver sus problemas.

—Color está arriba y no ha querido salir de su habitación desde que tuvimos una discusión por eso hace unos días —señaló escaleras arriba

—¿Y cómo está ella? ¿Cómo lo está llevando? —quiso saber Omega

𝕺𝖇𝖘𝖊𝖘𝖎𝖔́𝖓 [sᴇɴ̃ᴏʀ x x ᴏᴄ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora