Epílogo

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Terminó de arreglar su cabello mirándose al espejo, terminó de atar la cinta en su cabello ocultando el nudo tras su cabello, justo como el castaño le había enseñado

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Terminó de arreglar su cabello mirándose al espejo, terminó de atar la cinta en su cabello ocultando el nudo tras su cabello, justo como el castaño le había enseñado.

Escuchó como el Señor X la llamaba, apresurandola un poco para irse. Terminó por pasar sus manos por su vestido alisandolo y salió rápidamente, se dirigió hacia el castaño mirando como él terminaba de colocarse una sudadera roja con una S en medio, miró a la pelinegra formándose una sonrisa en su rostro.

—¿Ya estás lista? —le preguntó acercándose a ella

Color asintió con emoción, tomó rápidamente su bolso y lo colgó cruzado en su cuerpo.

—Ah, casi se me olvidan las llaves, esperame un momento —dijo alejándose de ella para ir a su habitación por las mencionadas llaves

Color se quedó en su lugar balanceándose sobre sus pies esperando al castaño, no debía tardar demasiado.

Escuchó como alguien tocaba la puerta y fue a ver quien era, abrió mirando a la rubia parada frente a a la entrada con una sonrisa.

—¡Vixsie! —se emocionó la pelinegra lanzándose a abrazarla

—Hola, Color, ¿cómo has estado? —rió la contraria correspondiendo el abrazo

Se separó de ella aún mirándola con emoción.

—El Señor X vine en un momento, fue a buscar sus llaves —comentó señalando dentro de la casa

—Bueno, pero que se apresure, no tengo todo el día para esto

Después de el regreso de la pelinegra a la vivienda del asesino, tuvo muchas más libertades que antes y en uno de esos días donde aún estaba recién llegada la rubia fue a visitarlo, encontrándose con la pelinegra y preguntándose que hacía ella ahí o que relación tenía con el castaño. Él terminó por explicarle todo lo que pasó esos años donde tuvo secuestrada a Color, algo que dejó en shock a la de ojos jade, no pensó que su amigo fuera capaz de hacer algo como aquello, pero al contarle que la había liberado y ella había vuelto por su cuenta en cierto modo la calmó, incluso iba más seguido para ver a la pelinegra, creando una amistad entre las dos.

—Ah, Vixsie, ya llagaste —habló el castaño llegando a su lado y llamando la atención de ambas chicas

—Hasta que al fin apareces, ¿nos vamos de una vez? Tengo que ir con Hacker luego —se quejó la rubia al verlo

—Bueno, ya, vamos

Los tres se fueron de aquella casa para irse a dar un corto paseo, ahora lo hacía más seguido, más que todo por Color que por otra cosa. La pelinegra se apegó al Señor X tomando su mano, apesar de ya tener la libertad de salir, aún seguía dándole cierto miedo, pero se sentía segura estando junto a alguien.

...

Caminaba muy felizmente junto a la rubia y al castaño, a quien ahora podría considerarse como su novio, como siempre que iban a ese lindo parque, le habían comprado un helado de su sabor favorito, se había vuelto una costumbre en todo ese tiempo que llevaba con ellos.

𝕺𝖇𝖘𝖊𝖘𝖎𝖔́𝖓 [sᴇɴ̃ᴏʀ x x ᴏᴄ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora