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Todos parecían pasarla bien en un día como ese, pero la pelinegra parecía estar más emocionada que todos, después de todo era su cumpleaños ¿por qué no estarlo? Al fin había llegado esa fecha tan esperada para ella, desde que el castaño le había d...

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Todos parecían pasarla bien en un día como ese, pero la pelinegra parecía estar más emocionada que todos, después de todo era su cumpleaños ¿por qué no estarlo? Al fin había llegado esa fecha tan esperada para ella, desde que el castaño le había dicho sobre eso no dejó de hablar sobre su cumpleaños y de contar con días en el calendario.

Estaba comiendo su porción de pastel sentada en las piernas de Sparta, este hablaba tranquilamente con Mike, los demás Compas y las amigas de Color hablabam entre ellos, el ambiente estaba muy animado por ser un día especial, era el primer cumpleaños de Color que pasaba junto a ellos otra vez.

—¿Quieres? —le preguntó a Sparta ofreciéndole un poco de su pastel

—Está bien, come tú, es tu porción —sonrió el castaño rechazado amablemente—. Tienes un poco de pastel aquí

Le señaló donde y ella intentó limpiarse con la manga de su camiseta, en un intento fallido.

—Déjame te ayudo —rió un poco al ver lo adorable que se veía intentando limpiarse

Con su pulgar la ayudó a limpiarse y además la besó quitando lo que quedaba, Color rió ante eso, había sentido unas cosquillas, pero aún así dejó que él la besara. Se miraron un momento teniendo ambos una sonrisa, siendo la pelinegra la de la iniciativa de besar a su novio, se había acostumbrado a convivir con él, ahora ya no pensaba que el Señor X era su novio, sólo pensaba en Sparta, en cierto modo ya había olvidado al otro castaño.

—Eh, no antojen —intervino Mike a su lado con ironía y diversión, haciendo que ambos chicos se separaran

La pelinegra sólo se sonrojó y bajó la mirada apenada, mientras que Sparta sólo rió por eso, le había causado gracia las palabras de su amigo.

—¿Puedo hacerte un dibujo? —le preguntó esta vez al chico mitad perro

—Claro, sabes que me gustan mucho tus dibujos —expresó el aludido con una gran sonrisa

Eso emocionó a la menor y se levantó, dejándole el plato con su pastel a Sparta.

—Vale, buscaré mi cuaderno. Ya vuelvo —avisó rápidamente y se fue escaleras arriba

Se dirigió rápido en su habitación, entrando en esta con prisa y buscando entre sus cosas el cuaderno mencionado, además sus colores también. No recordaba donde los había dejado, supuso que tal vez estarían abajo, pero pronto vió su cuaderno sobre el armario, ni siquiera supo como llegaron ahí, pero igual intentó alcanzarlo con su baja estatura impidiéndoselo.

En un momento logró alcanzarlo, pero lo tiró accidentalmente, mirando un montón de hojas salir y esparcirse por todos lados. Se asustó por esa acción, más luego se agachó para recoger todos aquellos dibujos sueltos que había hecho alguna vez.

En un momento se quedó mirando uno de los dibujos más a detalle, dándose cuenta que ese no era el cuaderno que usaba para dibujar. Miró los demás dibujos notando que eran dibujos antiguos que había hecho cuando estaba con el Señor X. Había olvidado la existencia de ese cuaderno, incluso recordó que lo había dejado ahí arriba para no verlo más y por ende olvidar también al castaño, eso era lo único que le quedaba de él.

Mirando los dibujos muchos recuerdos de su secuestro llegaron a ella, malos y buenos, pero aún así su expresión era de sorpresa y tristeza al recordar todo aquello. En un momento observó el dibujo que había hecho la última vez que estuvo con el Señor X, en ese momento una lágrima silenciosa recorrió su mejilla, todas esas memorias le llegaban como una lluvia, recordándole que todo lo que vivió fue una mentira, ella en verdad nunca se imaginó que todo fuera un engaño y él la usaba para su beneficio.

Limpió las otras lágrimas que salieron queriendo olvidar todo lo que vivió, odiaba que no pudiera vivir su vida en paz porque siempre algo pasaba para hacerle daño.

Tomó con fuerza aquel cuaderno y lo volvió a colocar donde lo encontró de manera brusca, deseando no volverse a topar con él nunca más en su vida, sólo quería estar con sus amigos y su novio, ellos eran lo único real que tenía. Siguió buscando su cuaderno hasta encontrarlo en su escritorio, salió de la habitación y bajó las escaleras buscando su mejor sonrisa para engañar a los demás, no quería que se dieran cuenta de lo que pasó.

—Lor, ¿por qué tardaste tanto? —la llamo Sparta al verla

—Ah, es que no encontraba mi cuaderno, pero sólo estaba en el escritorio —sonrió mostrando dicha cosa

—Bueno, ven, Mike te espera —ella asintió ante sus palabras y caminó hacia el castaño oscuro que la esperaba

Intentaba ocupar su mente con otras cosas para no pensar en lo que pasó arriba, no quería pensar más en el castaño de ojos morados, ella sólo amaba a Sparta, no tenía porque tomarle importancia al Señor X...

O bueno, quería convencerse de eso.

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𝕺𝖇𝖘𝖊𝖘𝖎𝖔́𝖓 [sᴇɴ̃ᴏʀ x x ᴏᴄ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora