𝕺𝖇𝖘𝖊𝖘𝖎𝖔́𝖓 [sᴇɴ̃ᴏʀ x x ᴏᴄ]

[23]

Tenía su mente perdida en sus pensamientos, jugaba inconscientemente con un peluche de panda, ni siquiera prestaba atención a la conversación a su alrededor, se sentía ajena a todo ahí, aunque también se sentía familiarizada con ese lugar y sus amigas.

—Color —la llamó una de las chicas sacándola de su burbuja de pensamientos

—¿Ah? ¿Qué pasó? —murmuró algo desorientada

—No pasa nada, es sólo que te vimos muy distraída —habló su mejor amiga, Dixsy, en un tono suave, sabía que ella aún no se acostumbraba a su nueva vida y por ende a ellas también

—¿Por no nos cuentas algo sobre tí? —sugirió Lyna intentando integrarla a la conversación

—¿Algo sobre mí? Mmm... No lo sé, vosotras me conocéis ya ¿no? —dijo queriendo evadir la pregunta

—Bueno, sí, pero pasamos mucho tiempo sin saber de tí que queremos saber de más de tí, ¿cómo te va con tu nueva vida? ¿Te gusta? —preguntó Omega

—Pues sí, supongo —se encogió de hombros jugando con aquel peluche

—¿Qué hay de Sparta? ¿Te agrada? —volvió a preguntar la peliblanca

—Bueno, nos llevamos bien, es mi novio, supongo que debo quererlo ¿no?

—Sí, pero tampoco debes obligarte a nada, seguro con el tiempo volverás a quererlo en serio y volverán a ser como antes —animó la de mechas anaranjadas

—Tal vez... Pero ¿cómo voy a hacer para amar a Sparta y al Señor X por igual? No creo que ambos les guste —expresó un tanto asustada por la idea

—Linda, no puedes amar al Señor X, recuerda que él te secuestró, es un hombre malo —habló esta vez Ela

—Ah, es verdad, lo había olvidado —en momentos como ese su mente se veía confundida

—No te preocupes por eso, sé que lograrás superar ese trauma, nos tienes a todas nosotras para hacerlo —apoyó Dixsy situando una mano en su hombro

Color sonrió ante eso, tal vez no las recordaba mucho, pero se sentía bien con el trato que le daban apesar de todo.

—Me gusta mucho este peluche, ¿me lo regalas? —preguntó la pelinegra inocentemente mostrando dicho objeto

Dixsy rió, ese peluche se lo regaló la pelinegra por uno de sus cumpleaños dado a que era el animal favorito de la rubia, era muy especial para ella, pero decidió dárselo de vuelta.

—Está bien, puedes quedartelo

Eso emocionó a la de ojos marrones y abrazó al panda alegremente, después de todo ni recordaba que ella se lo dió a la rubia, aunque a Dixsy no le molestó, pensó que con Color tendría un mejor lugar.