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No podía aguantar tanta emoción que sentía, se movía inquieta en su lugar, cuando el castaño quitó la llave y abrió la puerta los ojos de Color se iluminaron al ver afuera

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No podía aguantar tanta emoción que sentía, se movía inquieta en su lugar, cuando el castaño quitó la llave y abrió la puerta los ojos de Color se iluminaron al ver afuera.

La tomó de la mano y caminó con ella fuera de la casa, Color tembló un poco al sentir la brisa golpear su piel, hace mucho que no sentía esa sensación y sinceramente, ni siquiera la recordaba. Siguió al Señor X sin soltar su mano, su expresión de emoción decía todo por ella, miraba hacia todos lados admirando todo, para ella todo eso era nuevo.

Miraba a algunas personas pasando por la calle y se sintió maravillada por eso, después de tanto tiempo volvía a la civilización, ya no veía sólo personas en la televisión.

Después de tantos años volvía a ver la luz del sol por su propia cuenta.

Se aferraba con insistencia al Señor X, pero a la vez quería ir a ver todo ella misma, aunque tampoco quería separarse de él, se sentía segura a su lado. El castaño veía como ella se emocionaba por cualquier cosa que miraba, llamándolo para que viera dicha cosa, en verdad estaba muy emocionada, verla de esa manera se le hacia adorable. Ella veía de todo, personas, coches, perros y gatos, otras casas, algunas tiendas pequeñas, jardines que llamaban su atención, incluso los carteles con los nombres de las calles indicadas.

Ni siquiera sabía hacia dónde se dirigían, después de todo se le olvidó preguntarle al Señor X y tampoco le preguntaría, ahora estaba más ocupada admirando el mundo exterior, tanto se había acostumbrado a aquellas paredes que la privaban de su libertad que ahora todo le parecía maravilloso. Algunas personas la miraban un poco extraño por la gran emoción que tenía, pero ella sólo los miraba y saludaba como si los conociera.

—¿Qué es este lugar? —preguntó impresionada viendo toda aquella área libre y verdosa

—Es un parque, aquí las personas vienen a pasar un bonito rato —explicó el castaño

Color pasó su mirada del Señor X volviendo a ver el parque con fascinación. Se encontraban pocas personas en aquel parque, se escuchaban aves cantar y los árboles y flores hacían ver más bonito el parque.

En un momento la pelinegra salió corriendo, pero aún así no soltó la mano del castaño haciéndolo seguirla, se detuvieron en un punto y ella miró el suelo con curiosidad. Le dió su cuaderno y colores al Señor X, y casi sin pensarlo se tiró sobre el pasto dando vueltas sobre este con emoción y rió ella sola sintiéndose alegre. Él rió por su acción, cubrió su rostro mientras negaba para sí, sintió algo de vergüenza por las miradas que se posaron en ellos ante lo que hizo Color, pero no le tomó mucha importancia, sólo le importaba verla alegre.

—¡Señor X, ven! ¡Esto es super suave! —lo llamó sentándose en el pasto, queriendo que él imitara su acción

—Está bien, no hace falta, solamente me quedaré aquí —se negó, pero aún así se sentó en el suelo a una distancia de ella

𝕺𝖇𝖘𝖊𝖘𝖎𝖔́𝖓 [sᴇɴ̃ᴏʀ x x ᴏᴄ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora