•❀•|CAPITULO 81 - EXPLICACIONES|•❀•

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Ray estaba algo confunfido con la palabras de Emma, tampoco entendía por qué Yuugo había actuado de aquella forma.

—¿De que hablas?— Ray retrocedió un poco mirando a Emma —Acaso... No puede ser.

—¿Ray?

—Me estás diciendo... ¡Que soy familiar directo de ese tonto!

—¡¿A quien llamas tonto, mocoso?!

—¡¿Pues a quien más?! Pues a usted— Norman tomo a Ray de los brazos y Emma a Yuugo igualmente para que ambos no se golpearan —¿¡Cómo que es mi tío?!

—No eres el único que se sorprendió al descubrirlo, sabes.

—A decir verdad yo pensaba que la reina Dina y la reina Isabella eran hermanas, pero no pense qué papá Yuugo fuera su hermano de sangre.

—¿De verdad?— Emma miró a Gilda quién estaba a su lado —Bueno, fue una gran sorpresa.

—¿De dónde la sacaste, mocoso?— Ray se quedó cayado —Entregamela.

Ray solo retrocedió jalando a Norman detrás de el para protegerlo.

—Quitemela de las manos.

Ninguno de los demás sabía que ocurría, el ambiente nuevamente estaba tenso y se podían ver muy seguros a Yuugo y a Ray sobre pelear.

—¿Cariño?— Ray miró a Norman, y con esa distracción Yuugo aprovecho para ir hacia Ray y quitarle la navaja.

—¡Dije que pararás!— pero Emma logro darle un fuerte golpe en la cabeza a Yuugo para que se detuviera —¿Que es lo que quieres?

—¡Esas navajas! ¡El debe devolver la otra!

—¡No! Mi padre me la dio antes de morir, jamas la soltaré.

—¡Esa navaja fue hecha solamente para tu padre y la otra para tu madre! Ellos debieron ser enterrados con ellas.

—¡Mamá me la dio antes de morir al igual que papá! ¡Si las quiere me las tendrá que quitar de mi propio cadáver.

—¡Retame, niño!

Ray siguió mirando a Yuugo y cuando Emma iba a golpearlo por tercera vez Ray logro tomar la navaja que Yuugo tenía en manos pero al tomarla se cortó la mano dejando caer su sangre en el suelo, pero eso no le importo.

—¡No las vuelva a tocar!

—¡Ray!

—¿Por qué es que las quiere?— Ray no despegaba la mirada de los ojos de Yuugo —Es lo único que me queda de ellos.

—¡Lo mismo es para mí!— Yuugo miró a Ray, parecía que iba a llorar.

—¿Que?

«Para el carácter que tiene... Esta es la primera vez que lo veo así»

•—Ahora sabes su debilidad•

—¿Papá?— Yuugo miró a Emma quien también estaba impresionada de verlo de esa forma, Gilda estaba a su lado igual de confundida.

Solo se escuchó un suspiro y después de eso Yuugo camino hasta el baño del cuarto sacando un botiquín.

—Siéntate enano, vamos a hablar.

Ray solo camino hasta Yuugo, algo en el tenía la confianza para acercarse.

—Desde hace mas de quince años que las he buscado, exactamente cuando tu madre murió— Ray bajo la mirada viendo como Yuugo lo curaba —Estas por cumplir veintiuno, ¿O no?

Ray solo bajo la mirada nuevamente.

—¿Que sentiste cuando lo descubriste?— Yuugo se quedó cayado terminando de vendar la mano de Ray.

—Me sentí... Tan molesto, estaba tan enojado que no pude hacer nada, ella se había ido para estar con Leslie y después nos enteramos de que con quién se había casado era con ese bastardo pero después ya estaba con Leslie nuevamente ¡Y hasta tuvieron un hijo! No tuvo el valor de decírmelo, ¡No tuvo el valor de pedirme ayuda! Creí que ella... Creí que estaría bien. Creí que ambos podían juntos, hable con Lucas pero para cuando paso eso ya no había nada que hacer y tan solo hace unos años fue que descubrí que eras su hijo, tu, aquel que veía cada que mis pequeñas iba a Neverland, siempre estuviste ahí, y no me di cuenta.

Los ojos de Yuugo brillaban, las lágrimas querían salir pero no quería verse débil ante ellos.

—Emma aún no nacía cuando Isabella se fue del reino para estar con el general de armada de Neverland y el último regalo de mi parte y de Dina y fue esa navaja que tú tienes. No creí que tú las tuvieras, aunque era un poco obvio. No debí meter mano en tus cosas, es solo que al verla, me dio tanta felicidad por qué pensé que ella nuevamente estaba aquí y ahora que te veo bien, eres igual a ella.

Ray miró a Yuugo, el también estaba por llorar.

—De pequeño... Recuerdo que cuando mamá pasaba tiempo con papá, ella hablaba de un idiota malhumorado y terco que no dejaba de mandarle cartas— Ray sonrió un poco —¿Eras tú?

Yuugo río al escucharlo.

—Era la forma en la que tu madre me describía siempre— Yuugo suspiro mirando ambas navajas —En todo el mundo, solo existen cinco navajas igual. Una era mía, la otra de mi querida Dina, la tercera pertenecía a mi mejor amigo, Lucas y las ultimas dos eran de tus padres.

•—Asi que de ahí salio la que tenía Anna•

—¿Era? ¿Acaso ya no tiene la suya?

—Bueno... De hecho está aquí— Gilda hizo a un lado el listón que adornaba su cintura, de ahí saco la navaja con las iniciales de Yuugo —Me la dio hace casi tres años y nunca me despegó de ella.

—¿Y la de la reina?

—Esta conmigo, se suponía que sería para mi hijo... Pero hace unos años el se fue del reino y...

—Creo que sería bueno el dejar está conversación aqui y prepararnos para el gran baile, ¿No?— Emma se levantó de su asiento y se estiró, tomo la mano de Gilda para llevarla con ella.

—Norman, Ray, ¿Podemos hablar más tarde?

—Claro...— Norman se le quedó mirando a Emma y después vio a Yuugo —Ella...

—Tiene razón, hay mucho que hacer para mañana en la mañana y lo mejor será prepararnos— Yuugo se levantó de la cama guardando el botiquín suspirando —Lamento haberte atacado, espero que aceptes mis disculpas.

—Tranquilo, todo bien.

Yuugo sonrió y salió del cuarto, Norman tomo los hombros de Ray viendo su cara y tomando su mano.

—¿Estás bien? Te desmayaste en el carruaje a unos minutos de llegar.

—¿Que? ¿Cuánto tiempo estuvimos haciéndolo?— Ray se sonrojo al escuchar a Norman —Bueno... Sería mejor hablar con Emma.

—Ya sabes lo que te pedirá, ¿O no?

•—¿Que mejor oportunidad que está?•

—Para poder hacerme cargo de este reino no me debería de casar contigo, ¿Estarías bien con eso?

Norman solo suspiro tomando la cabeza de Ray besando su frente y sus mejillas.

—Sin importar cuál sean tus decisiones yo siempre estaré de tu lado, cariño.

DERROCANDO AL REY | TPN •NORRAY•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora