Arrangements

Capítulo 74

Jin se tumbó en la cama sintiéndose decididamente sádico. Estaba irritado con los Alfas de la casa, más que irritado con Namjoon. Su compañero estaba tumbado a su lado. Si no estuviera lleno de hormonas pre-celo, se habría sentido más inclinado a no ser tan duro con Namjoon y menos dolido por el hecho de que Yoongi se acostara con su compañero sin pensárselo dos veces. Sin embargo, tal como estaban las cosas, no se sentía caritativo.

—¿Hyungie?

Le lanzó una mirada fulminante a Namjoon. —¿Sí?

—Lo siento...

—Lo sentirás, cariño.

Namjoon gimoteó. —¿Por favor, hyung?

Jin resopló. —Por favor hyung, ¿qué?

—No quise ser un imbécil—, Namjoon lo perfumó suavemente. —Por favor, no te enfades conmigo.

—Vamos a bajar, y mi Alfa te va a castigar porque está muy cabreado—. Jin se encogió de hombros.

Namjoon gimoteó contra su cuello. —¿Me dejas compensarte?.

Jin se levantó de la cama y arrastró a su compañero con él. No se oponía del todo a la propuesta de Namjoon, pero tenía una idea propia. Había demasiados Alfas en esta casa; demasiadas feromonas; demasiadas hormonas; demasiados lobos olvidando su lugar. Jin ya estaba harto. No era sólo el pobre Hoseok el que necesitaba un recordatorio; de hecho, Jin pensó que sería bueno que el Beta viera que no estaba solo en lo que a disciplina se refería.

En la cocina, Yoongi seguía en la mesa, pero ahora tenía a Hoseok en su regazo. Excelente, pensó Jin, no habría necesidad de ir en busca de nadie. Namjoon seguía haciendo pucheros a su lado. Se volvió hacia el alfa más joven y lo miró a los ojos; eran hermosos y redondos, y el lobo que había tras ellos se sentía increíblemente joven en comparación con los de Jin.

—Quítate la ropa interior, bebé.

Namjoon se retorció. —Hyung...

—No me hagas pedírtelo dos veces—, la voz de Jin se convirtió en hielo.

El alfa empezó a desnudarse. Jin se volvió hacia Yoongi, que ahora evitaba el contacto visual con fiereza. Había muy pocas ocasiones en las que el Alfa de Yoongi necesitara disciplina; Jin estaba agradecido por ello, apreciaba que Yoongi fuera cuidadoso. Hoy era diferente. Jin no veía las acciones de Yoongi como un insulto a su lobo interior, sino a sí mismo como persona. Estaba herido y se iba a asegurar de que el Alfa más joven lo supiera.

—Hoseok, ven y siéntate en esta silla cerca de mí.

El Beta se bajó del regazo de Yoongi y se acercó a Jin. Sacó una silla de comedor. Esto no era realmente un castigo para Hoseok, pero Jin pensó que valía la pena aprovechar la oportunidad para poner a prueba al lobo del Beta. Quería ver si Hoseok estaba asentado hoy. El hombre se sentó en el asiento asignado y miró a Jin.

—Gracias, cachorro. Siéntate sobre las manos. Yoongi, levanta el culo y desnúdate.

A su favor, el alfa no se quejó mientras se desnudaba. Un rubor subió por el cuello de Yoongi, el mismo rubor que Jin solía preferir besar, pero eso no ocurriría ahora. Agradecía que Yoongi siempre le doblara la ropa en estas situaciones. A diferencia de Namjoon, que había dejado un montón en el suelo de la cocina.

—Joon-ah, recoge tu ropa.

El alfa se volvió hacia él, ligeramente confuso, pero hizo lo que le decían. Yoongi estaba a su lado, jugueteando con la cinturilla de sus calzoncillos negros y mirando a Jin con cierta incertidumbre. Jin se apiadó de él.