Arrangements

Capítulo 88

Aunque no se lo admitiría a nadie, Jungkook nunca había apreciado más una nalgada en su vida, Jamás. Había dormido como un bebé. Su lobo estaba mucho más tranquilo. Así que arreglado. Le estaba dando mucho en qué pensar mientras estaba acostado en la cama, mirando al techo. Jimin le había dado un beso en la frente y había bajado a desayunar, pero Jungkook quería disfrutar de esta paz recién descubierta por un tiempo más.

Esto sucedía de vez en cuando: era lo que Jungkook solía llamar "un problema de Omega". A veces, su lobo solo necesitaba atención. Se preguntó si por eso había irrumpido en la habitación del Pack Alpha el día anterior. Excepto que su Jin-hyung rara vez lo disciplinaba. La mayoría de sus hyungs lo dejarían salirse con la suya porque él era su maknae; su perfecto y angelical Omega. Por lo general, eso estaba bien. Jungkook disfrutó bastante de la libertad que venía al envolver a sus hyungs alrededor de su dedo meñique; definitivamente había ventajas en su posición en la manada.

Todo estaba bien, hasta que ya no estaba llamando su atención. A Jungkook le gustaba la atención. Extrañaba los días en los que entraba en la habitación y olía a todos sus hyungs todo el tiempo que quería; o subirse a sus camas por la noche para acurrucarse cerca; o dejar que lo alimenten en la mesa del comedor cuando Jin-hyung haya cocinado algo especial. No había una buena razón por la que no pudiera tener estas cosas, pero había algo que lo detenía. Las cosas habían cambiado. Jungkook había cambiado, tal vez. Ahora estaba emparejado y no sabía si Jimin le permitiría meterse en la cama con otros miembros de su manada o revolcarse en los olores de otros lobos.

Su mano colgaba a un lado de la cama, descansando sobre su maleta. Ya estaba en su segunda botella de vodka. Solo quedaba uno, un cuarto de litro, envuelto en unos calcetines. Había asaltado el mini-bar de abajo en busca de sus últimos suministros porque hasta ahora nadie más parecía haberse dado cuenta de que el bar existía. Se sentía sucio. Esto no estaba bien. Sin embargo, se encontró sacando la botella de vidrio, desenroscándola y tragando el desagradable líquido hasta que le ardía la garganta.

Terminó el ritual arrastrándose hasta el baño y cepillándose los dientes. El sabor espumoso de la menta mezclado con alcohol lo hizo sentir enfermo. Esto tenía que parar. Sabía que tenía que dejar de hacer esto. Cuando su familia se enterara, estarían decepcionados de él. Estarían enojados. Jungkook secretamente esperaba que su Jin-hyung pusiera su trasero morado... Borró ese pensamiento de su mente. ¿Por qué quería eso? Probablemente un problema de Omega. Deseaba que Taehyung estuviera cerca para hablar de eso.

En el espejo consideró su reflejo; su cabello estaba limpio, pero su piel se veía pálida y sus ojos estaban inyectados en sangre. Esta noche iba a tener algo de tiempo con sus hyungs. Jimin no vendría, así que Jungkook podía acurrucarse en el regazo de alguien sin sentirse culpable por ello. Gimió: ¿ por qué se sentía tan culpable? Nunca se suponía que emparejarse con Jimin borraría sus otras relaciones, entonces, ¿por qué estaba actuando de esta manera?

Decidió unirse a su familia para desayunar. Pequeños pasos. Se necesitaban cambios, y tenía que empezar por alguna parte. Jungkook no quería seguir aislándose o bebiendo hasta una tumba temprana antes de los treinta. Su mochila podría ayudarlo. Jimin podría ayudarlo. Todo lo que tenía que hacer era abrazarlos y todo estaría bien porque eran sus hyungs y lo amaban.

En la mesa del comedor, Yoongi estaba tomando café mientras fingía leer un periódico. Jungkook se deslizó directamente en su regazo. El acto se sintió extraño, pero también perfectamente normal, como si hubiera perdido un libro favorito y ahora finalmente lo estuviera leyendo de nuevo. Yoongi le dio un suave beso, dejando un residuo lechoso en los labios de Jungkook. Lo lamió.

—Buenos días, hyungie—. Apoyó la espalda contra la mesa y miró al Alfa.

Yoongi tarareó y le dio un beso más firme. —Buenos días, niño dormido.