Rosé
—No mezclemos las cosas, Jisoo, por favor—le pido sin apartar la vista de esos ojos negros, decorados por dos mejillas sonrojadas que me apetece morder.
—¿Qué no mezclemos? ¿Cómo puedes tener tanta cara, Rosé? Eres tú la que está mintiendo deliberadamente para proteger a un delincuente, no me pidas que haga ver que no pasa nada. Soy policía, por si no te acuerdas—dice dando un paso hacia delante.
—Mi hermano no es un delincuente…
—Para tu información, tu querido hermanito le dió un susto de muerte a una pobre señora ayer por la mañana, y por si eso sirve de algo para que te retractes de tu estúpida decisión de protegerle, tuvieron que llevarla al hospital para que la atendieran por un ataque de ansiedad.
—Lo lamento por ella—digo intentando sonar firme—pero eso no tiene nada que ver conmigo.
—Claro que tiene, tiene que ver contigo y con el angelito de tu hermano, te recuerdo que por su culpa me pegué un golpe importante y me duele entre las piernas de un modo que ni te imaginas—asegura echando fuego por los ojos.
—Yo podría solucionar el tema entre tus piernas—suelto sin pensar.
Para cuando me doy cuenta de lo inoportuno que ha sido mi comentario, Jisoo tiene los labios entreabiertos y me observa como si valorase la posibilidad de que eso sea cierto.
Contengo la respiración y trato de calmar esa excitación que me devora desde que la he visto.
—Eres una fanfarrona y una mentirosa—me ataca con la misma rabia de antes.
—Tal vez sí o tal vez no, Jisoo, no me conoces como para afirmar algo así.
—No sé si quiero conocer a alguien como tú.
—Sí que quieres, y yo también quiero conocerte a ti.
Madre mía, de verdad que por norma me cuesta filtrar, pero es que con ella soy incapaz de controlarme, las palabras salen por mi boca al mismo tiempo que aparecen en mis pensamientos.
—Vamos a añadir la arrogancia a tu bonita lista de cualidades.
Sonrío, sé que a ella no le hace ninguna gracia, pero a veces me mira de un modo que siento que me traspasa por dentro como nunca nadie lo había hecho, y en esos momentos lo único que se me ocurre para salir del paso y disimular ese hormigueo intenso que me provoca, es sonreír. Y lo hago con gusto porque noto que le gusta.
—Se acabó—dice de pronto—vamos a tu casa, quiero que me enseñes esa pistola de perdigones.
—¿Ahora? —pregunto atónita.
—Sí, ahora. No me inspiras ningún tipo de confianza, así que no voy a darte margen a que compres una si me has mentido. Me da igual que estés trabajando.
—No sabes cómo me pone que te pongas autoritaria.
Reconozco que esta vez lo he dicho a propósito, tratar de seducirla es lo más excitante que he hecho jamás.
—No quieras verme sacando las esposas—responde sin amedrentarse ni un poco.
Así no me ayuda, cada palabra que sale de su pequeña boca hace que me guste cada vez un poco más, si es que se puede.
—¿Quieres ponérmelas? —pregunto ofreciéndole mis manos juntas.
—Si te las pongo ahora no será para lo que tú piensas, guapa.
Jisoo abre la puerta y sale del despacho, yo la sigo y me pego a ella hasta casi respirarle en la nuca.
—¿En qué crees que pienso, Jisoo?
ESTÁS LEYENDO
𝐅𝐋𝐎𝐑𝐄𝐒 𝐘 𝐌𝐄𝐍𝐓𝐈𝐑𝐀𝐒 [chaesoo]
FanfictionEn su primer día de trabajo como policía Jisoo se tropieza con un ladrón de poca monta al que persigue en una carrera agónica por toda la ciudad, pero el chico logra escapar después de provocar que la agente acabe cayendo sobre los rosales de una de...
![𝐅𝐋𝐎𝐑𝐄𝐒 𝐘 𝐌𝐄𝐍𝐓𝐈𝐑𝐀𝐒 [chaesoo]](https://img.wattpad.com/cover/334872660-64-k424953.jpg)