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Jisoo

Justo acabo de llegar de comprar algún postre especial para esta noche, cuando me ha sonado el teléfono y un número desconocido se ha mostrado en la pantalla.

Al principio me ha costado mucho ponerme en situación, porque la mujer que llamaba se ha presentado como Bae Suzy, o lo que es lo mismo, la exnovia de Rosé.

—Necesito que nos veamos, es urgente.

—¿Para qué? —pregunto sin comprender nada.

—Es por Rosé, pero necesito que lo hablemos en persona.

—¿Le ha pasado algo? —pregunto asustada.

—No, nada físico, pero se volverá loca si no me ayudas.

Sin entender una mierda, me cito con Suzy en una cafetería cercana a comisaría.

Cuando llego no me cuesta reconocerla, es la única persona del local que va vestida con un traje chaqueta y carga con un maletín.

Es la imagen de una abogada de manual, fiscal en este caso.
Se pone en pie en cuanto me presento y me tiende la mano.

Me pido un café y ella comienza a contarme lo que ha sucedido con todo lujo de detalles.

—¿Rosé detenida? —pregunto perpleja.

—No está detenida, pero si no colabora pueden retenerla hasta setenta y dos horas, ya sabes cómo va esto.

—Vale, ¿y en qué puedo ayudar? —pregunto preocupada.

—Los hechos se produjeron ayer entre las siete y las once de la noche, de diez a once los más graves.

—Ella no puede ser, estaba conmigo—afirmo sin dudarlo.

—Eso me ha dicho, pero se niega a decírselo a la subinspectora—dice dejándome completamente descolocada.

—¿Por qué?

—No lo sé, dice que no piensa implicarte en esto.

Realmente parece preocupada por ella, de hecho, que esté aquí y haya tenido que pedir favores para poder hablar con Rosé ya dice mucho. ¿Me he de preocupar? No sé si puedo competir con alguien como ella.

No es ni guapa ni fea, ni tiene un cuerpo de escándalo, pero tiene carisma y además parece buena persona, un nudo en forma de bola de celos se aposenta en mi estómago.

—Pero es la verdad, no me está implicando en nada, estaba conmigo—aseguro sin comprender por qué se comporta así.

—Por eso te he llamado, la conozco, Jisoo, y es una auténtica cabezota, ni tú ni yo lograremos convencerla, pero tú sí que puedes ayudarla.

—Hablando con la inspectora—resuelvo en voz alta.

—Exacto, no necesita contarlo ella, basta con que lo hagas tú.

—De acuerdo—digo sin dudarlo un segundo.

—Muchas gracias—dice sincera, mientras coge mi mano y la aprieta con afecto.

Yo solo le dedico una sonrisa cómplice, al fin y al cabo, las dos queremos lo mismo, a Rosé.

Entro en comisaría seguida de Suzy, que se queda en una de las salas mientras yo voy directa al despacho de la inspectora Lee.

—¿Puedo pasar?

—Sí, Kim—afirma como si me estuviese esperando.

Cuando entro veo que la subinspectora John, a la que conozco de vista, también está en el despacho, pero al ver que la inspectora no le pide que salga, yo tampoco lo hago porque entiendo que no le importa que hable delante de ella.

𝐅𝐋𝐎𝐑𝐄𝐒 𝐘 𝐌𝐄𝐍𝐓𝐈𝐑𝐀𝐒 [chaesoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora