Jisoo
—No quiero ir a casa, Jisoo—suelta de pronto cuando subimos al coche—como le dé por ir allí te juro que lo estrangulo con mis propias manos.
—Puedes venir a casa conmigo unos días, hasta que todo esto pase—digo con suavidad, poniendo una mano sobre su pierna con afecto.
—¿No te importa? Podría ir a casa de mi madre, pero no quiero preocuparla con esto.
—Para nada, puedes quedarte lo que necesites, pero antes pasáremos por tu casa para que tomes lo que haga falta. ¿Te parece bien?
Rosé asiente y vuelve a perder la mirada a través del cristal.
No quiero ni pensar lo que debe pasar ahora por su cabeza, y no es que sea psicóloga ni nada de eso, pero creo que ahora mismo necesita asimilar lo que ha sucedido, así que no le digo nada y hacemos todo el camino en silencio, tanto hacia su casa como hacia la mía.
Cuando entramos en mi portal, casualmente salen Lisa y Jennie.
Ambas sonríen al vernos, sobre todo Lisa cuando enfoca a Rosé, no comprendo nada.
—Hola, pareja—saluda Jennie sonriente.
Las sonrisas se borran de su rostro cuando se acercan más y se dan cuenta de que Rosé no tiene buena cara.
Yo sigo más perdida que un elefante en una cacharrería, pero ahora mismo lo único que me preocupa es llevar a Rosé a casa e intentar que se sienta bien.
—¿Todo bien? —pregunta Lisa en voz baja dirigiéndose solo a mí.
—Sí, tranquilas. Hablamos en otro momento, ¿de acuerdo?
—Claro, cariño. Si nos necesitan dan un grito.
Nos despedimos de ambas y entramos en el ascensor.
—¿Las conoces? —no quería preguntarle, pero es que la curiosidad me está matando.
—Me tropecé con Lisa el otro día, me pilló en tu puerta a punto de dejarte una notas, estuvimos hablando un rato—reconoce con una sonrisa cansada, pero de esas que tanto me gustan.
El ascensor llega y entramos a mi casa.
—¿No dejaste la nota o yo no la vi? Perdona, ya sé que no tienes el cuerpo para esto, es que me mata la curiosidad.
Rosé se acerca a mí haciendo un esfuerzo por mostrarme su sonrisa matadora y me besa.
—No la dejé—dice en un susurro tras romper el beso—¿Te importa si me doy una ducha?
Cuando sale la estoy esperando con la mesa puesta, imagino que comer no es lo que más le apetece, pero tiene que llenar el estómago para digerir mejor el disgusto.
—Gracias por todo, en serio—dice cuando ya hemos terminado.
—No has de darme las gracias, he hecho lo que tenía que hacer. Y estaría bien que me explicases por qué no querías dar mi nombre, ¿en qué pensabas? —pregunto con un tono algo brusco.
—En ti, y en lo que te hice.
—Joder, ¿en serio?
—Sí. No tengo derecho a pedirte nada, no cuando mentí descaradamente aun sabiendo que no estaba bien.
—Tenías tus motivos, me los explicaste y yo los acepté. Final de la historia, ¿me oyes?No quiero que te sientas mal por ello, no conmigo.
Rosé acerca su silla a la mía y me estampa un sonoro beso que me deja tonta más rato del que me gustaría que ella presenciase. Las palabras no salen de mi boca por mucho que lo intento y al final ella suelta una risa que me contagia.
Salimos a la pequeña terraza para que nos dé un poco el aire y seguimos la conversación allí, porque esto no ha terminado.
—¿Tienes idea de dónde puede estar tu hermano?
Me dedica una mirada de ceño fruncido que me incómoda, lo último que me gustaría es que pensase que me acerco a ella para tratar de sacarle información, así que se lo aclaro rápido.
—No pienses nada raro, solo trato de ayudar. Siempre has hecho todo lo posible por proteger a tu hermano, ¿no?
—Sí.
—Pues si ahora quieres protegerle lo mejor que puedes hacer por él es decir dónde está si lo sabes. Estará asustado y nervioso, y en esas condiciones las decisiones que se toman no suelen ser las más razonables, lo último que necesita es meterse en más líos.
—¿Qué le pasará?
—Es decir, que lo sabes. Joder—cabeceo rodando los ojos.
—No lo sé, no estoy en su cabeza y no sabes cuánto me alegro de ello, pero hay un sitio en el que podría estar.
—¿Qué sitio?
—Respóndeme, ¿qué le pasará?
—Dependerá del juez y de las pruebas, pero esta vez no creo que se libre de pisar la cárcel, y eso rezando para que ese chico al que han disparado se recupere bien y no le queden secuelas.
Trato de hablarle con la mayor sinceridad posible, no quiero alentarla o animarla asegurándole que no le pasará nada porque es mentira.
—Quiero que lo encierren una temporada—su voz suena más para sí misma que para mí al principio.
Tras su afirmación se hace un silencio, en su caso porque piensa, yo por la sorpresa y en parte la alegría que me ha producido, mantiene la mirada perdida en el horizonte unos segundos hasta que se gira hacia mí y se reafirma en su comentario.
—Merece ser castigado—dice con ojos acuosos—es un descerebrado que como alguien no lo pare, solo no va a parar, no tiene voluntad ni interés en hacerlo, y yo he tardado demasiado en darme cuenta.
—A veces nos cuesta ver lo que tenemos delante, y más cuando se trata de la familia.
Su comportamiento no es culpa tuya, has hecho todo lo posible, pero hay veces que tenemos que saber alejarnos para que sean otros los que nos ayuden.
Le acaricio la mejilla y ella me devuelve un nuevo modelo de su sonrisa, su sonrisa triste, y aunque me haga daño verla así, esta también me gusta.
—Llama a la subinspectora, es posible que mi hermano esté en uno de sus terrenos, hace un par de años se compró una caravana y la colocó allí, muchos fines de semana va con sus amigos a ponerse ciego de porros y cerveza.
—¿Sabes en cuál de los dos?
—Si te soy sincera no he llegado a ir nunca, pero la caravana la tiene en un terreno de regadío no urbanizable, si está escondido, estoy segura de que está allí.
—Haces lo correcto, Rosé—digo antes de marcar el número de la inspectora.
ESTÁS LEYENDO
𝐅𝐋𝐎𝐑𝐄𝐒 𝐘 𝐌𝐄𝐍𝐓𝐈𝐑𝐀𝐒 [chaesoo]
FanfictionEn su primer día de trabajo como policía Jisoo se tropieza con un ladrón de poca monta al que persigue en una carrera agónica por toda la ciudad, pero el chico logra escapar después de provocar que la agente acabe cayendo sobre los rosales de una de...
![𝐅𝐋𝐎𝐑𝐄𝐒 𝐘 𝐌𝐄𝐍𝐓𝐈𝐑𝐀𝐒 [chaesoo]](https://img.wattpad.com/cover/334872660-64-k424953.jpg)