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Jisoo

Cinco horas después de mi llamada a la inspectora Lee me confirmaron que el hermano de Rosé y sus dos cómplices fueron detenidos en el terreno que ella nos había indicado.

Al parecer los pillaron por sorpresa y no opusieron resistencia alguna.

Esa noche Rosé se quedó en mi casa a pesar de que en la suya ya no corría riesgo de que su hermano apareciese. Creo que fue un acuerdo silencioso entre las dos, ella no dijo de marcharse y yo no deseaba que lo hiciese.
Fue la primera vez que dormimos juntas y lo que sucedió en el sofá en nuestra primera cita puedo confirmar que solo fue un pequeño anticipo de sensaciones.

Rosé y yo hicimos el amor durante horas y creo que lo experimentamos todo, desde el sexo más salvaje y necesitado hasta el más íntimo y pasional.

Se fue ayer después de comer y todavía siento sus besos y sus caricias recorriendo mi cuerpo.

La sensación es tan agradable que me estremezco cada vez que lo recuerdo y una sonrisa de idiota enamorada se dibuja en mi cara, al menos eso dicen Lisa y Jennie, que han venido a comer aprovechando las dos horas que tengo antes de volver a comisaría y todavía están flipando con todo lo que les he contado, dejando a un lado el tema sexo.

—Joder, qué putada—reniega Lisa de mal humor—a mí un hermano me hace eso y no sé lo que le hago, pero es posible que deje de hablarle durante una buena temporada.

—Yo creo que también—añade Jennie.

Yo no puedo decir nada al respecto, no tengo hermanos y aunque me hago una idea no puedo decir que sepa lo que sentiría con exactitud.

—¿Cómo está Rosé? Tiene que ser difícil recomponerse de algo así—pregunta Jennie.

—Lo está encajando a su manera, quizá incluso le está costando algo menos porque en el fondo, aunque ella se negara a reconocerlo, sabía que su hermano no iba a parar. Ahora se ha cogido unos días libres en la floristería, ha dejado al frente a una empleada de confianza, y hoy ha ido a visitar a su madre.

—Y tú la echas de menos—sentencia Lisa alzando una ceja.

—Más de lo que imaginaba. Ahora me gustaría que me explicaras qué fue lo que le dijiste el día que te la encontraste aquí—le pido entornando los ojos—dijo que venía a dejarme una de sus notas, pero no lo hizo.

—Digamos que le ofrecí una alternativa más divertida y eficaz—asegura dejándose caer hacia atrás en el sofá con una sonrisa que divierte mucho a Jennie.

—¿Qué alternativa? —exijo saber.

—Le propuse que se presentase en el mismo restaurante en el que íbamos a llevarte a cenar, a ser posible acompañada.

—¡Serás maldita! —berreo riendo a la vez que le lanzo un cojín.

—De nada, bonita—dice guiñándome un ojo—¿cuándo volverás a verla?

—Esta tarde, cuando vuelva de casa de su madre.

Nuestro momento de risas se ve interrumpido cuando mi móvil comienza a sonar y veo que la llamada es de comisaría.

—Cuándo vuelva venga directamente a mi despacho, Kim—dice la inspectora Lee al otro lado de la línea.

—Claro, ¿ha pasado algo? —pregunto preocupada.

—Nos han tumbado el caso contra Park.

No me cuenta nada más y la intriga comienza a corroerme por dentro, no me creo que después de todo lo que ha pasado Rosé, ahora no haya caso.

𝐅𝐋𝐎𝐑𝐄𝐒 𝐘 𝐌𝐄𝐍𝐓𝐈𝐑𝐀𝐒 [chaesoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora