𝐃𝐘𝐍𝐀𝐒𝐓𝐘 | ʜᴏᴜꜱᴇ ᴏꜰ ᴛʜᴇ ᴅʀᴀɢᴏɴ | DAEMON TARGARYEN.

『 𝟘𝟘𝟠. 』

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108 d.C.

│❝  𝖇𝖗𝖔𝖓𝖟𝖊 𝖜𝖎𝖓𝖌𝖘 ❞│

Los maestres coincidían en que el año 108 fue uno en donde más avistamientos de Vermithor se vió desde la muerte del viejo rey Jaehaerys. La gran e imponente Furia de Bronce fue vista desde Driftmark hasta Winterfell.

Y el comienzo de sus viajes dio inicio sobre los cielos de King's Landing en dirección a los mares que llevaban hacia Dragonstone, pero con el desvío hacia su primera parada. Driftmark.

Corlys Velaryon siempre fue un hombre que se mostró cordial con ella. Después de todo ambos coincidían en un tema en particular, su esposa y hermana de Alyssane, Rhaenys, tendría que haber sido la heredera al trono de hierro. Aunque claro, el hombre mostraba aún más su indignación y rencor por eso a diferencia de ella. Incluso la propia Rhaenys ya estaba dejando en el pasado aquella injusticia. Pero si los tres eran sinceros, siempre habría una parte de ellos que no podrían hacerlo.

Y de todas formas Alyssane podía comprender el rencor tan grande que tenía el hombre por los sucesos, después de todo sus hijos habrían sido herederos al trono seguidos de su madre. Era lo que todo padre añoraba para sus hijos, éxito y grandeza.
Se decía a si misma que si estuviera en su situación, pensaría y haría lo mismo.

Quizás le gustaba aquella mentalidad que ambos compartían, a diferencia de Viserys, Corlys apoyaba el reclamo de su esposa como la reina que Westeros merecía. Algo que Viserys a pesar de no ser culpable de la elección de los lores del reino, no hacía. Después de todo por ello era que él y Aemma intentaban tanto tener un varón, él necesitaba aquel heredero que fuera su sucesor. Sólo esperaba que pronto tuvieran aquel hijo que ambos añoraban para evitar que Aemma siguiera sufriendo tantos embarazos y finales trágicos del bebé. Así podrían ser una familia y estar enfocados en sus hijos sin dejar de lado a Rhaenyra por el niño que tanto anhelaba el rey.

Aunque nunca podría decir a ciencia cierta lo que los demás pensaban o decían, era muy fácil opinar y tener una visión desde el exterior sin saber las presiones y lo que conllevaba cada acto. No dudaba que Viserys amaba a Rhaenyra, eso estaba más que claro. No por desear un varón significaba que no quería a su hija. Si la amaba con toda su alma de la misma forma que amaba a Aemma, es solo que su posición le requería más de lo que deseaba. El reino ya había dejado en claro que deseaban un hombre en el trono, y el debía verse en la obligación de ver por su gente.

Algo que sin duda si Alyssane estuviera involucrada, lo cambiaría sin pensar. ¿Qué podía ofrecer diferente un hombre sobre una mujer para ser apto de gobernar? Nada, absolutamente nada. Solo su miembro capaz de generar herederos que llevaran su apellido para mantener su línea. Ella era fiel creyente que la mujer podía conservar su apellido y dárselo a sus hijos de ser necesario, algo que agradecía estar de acuerdo con Brandon Stark. Él pensaba similar a ella en ese aspecto, y estaba dispuesto a que sí llegaran a tener hijos en algún futuro lejano, llevaran ambos apellidos de sus padres. Era la mejor forma de honrar a ambos. Después de todo la creación de un bebé era trabajo de dos personas, no una. ¿Por qué uno debía llevarse más el crédito que otro? El hombre podía entregar una futura vida, pero la mujer era la que la cargaba en su vientre y sangraba para que pudiera vivir realmente.