-Vamos a mí habitación -Pide entre pequeños gemidos, abrazándose al otro con piernas y brazos para sostenerse.
-Lo que pidas bonito -Minho pasa sus manos por sus muslos, tomándolo desde allí y dejando sus manos en su trasero.
Se levanta con cuidado, guiandose a su habitación mientras él se encargaba de dejar marcas en Minho también.
Una vez tirados en su cama, sus labios se encuentran con hambre de nuevo, sus lenguas encontrándose mientras los dos soltaban gemidos y suspiros de por medio por sus caricias.
-Voy a meter un dedo Lix -Avisa en un susurro separandose apenas, un diminuto hilo de saliva conectando sus labios.
-Sólo hazlo -Murmura también, acomodandose y subiendo su cabeza inconcientemente, buscando desesperadamente los labios del coreano casi como si fuera adictivo.
El peli gris no puede evitar sonreír, tomándolo del cuello y poniéndolo de nuevo contra su almohada.
-Desesperado? -Lo burla, no sé siente mal por eso, Minho sabe ya que le gusta lo rudo, la humillación y todo lo que conllevaba, adoptó un buen rol que lo satisface cada vez más y es ciertamente preocupante.
-Por favor -Susurra, sabe también que al contrario le gusta que le rueguen, así que Lee está muy bien con su súplica.
El agarre en su cuello se aprieta más, dejándolo en la fina línea entre la asfixia y poder respirar al mismo tiempo.
Le encanta.
Finalmente vuelven a un beso hambriento, Lee saca de su mesa de luz un lubricante y se lo extiende al mayor, quien lo toma y se embarra tres dedos sin separarse del pecoso.
El primer dedo entra en él con facilidad, una buena virtud suya es acostumbrarse rápido y Minho parecía el más agradecido con eso, digamos que el mayor no era el más paciente del mundo.
Siente una mordida en su labio inferior, luego por fin lo deja respirar, entre el apretón en su cuello y el beso quedó literalmente sin aliento.
Minho baja por su mandíbula a su cuello, dando una lamida larga que le manda escalofríos y se remueve cuando el segundo dedo entra en él, el sentimiento de satisfacción comenzando a aparecer dentro de su estómago poco a poco.
-Dios -Murmura, su visión está nublada y siente el aire entrar en sus pulmones con fuerza puesto que la mano de Lee se quitó de donde estaba para pasarlo a sus caderas y sostener con fuerza.
-Ya estás tocando el cielo -El peli gris ríe un momento, besando detrás de su oreja mientras Felix arqueaba la espalda.
La presión en su cadera, los dos dedos dentro suyo moviéndose sin amabilidad y los besos en sus zonas más erógenas conocidas por Minho lo estaban llevando al cielo, como había dicho.
-Ya... Entra -Logra decir entre balbuceos y gemidos, aferrandose a la espalda del contrario y encarnando sus uñas.
-Seguro? -El coreano notaba en Lee sensibilidad extrema, más que antes y otras veces, le gustaba sobre estimular al bonito, pero Felix solía estarlo incluso antes de que comenzara, lo que él hacía podía catalogarlo como aprovechar sus debilidades.
El australiano era sensible, pero le gustaba lo rudo, le gustaba terminar destrozado, le gustaba estar agitado, no pensar, no entender a su alrededor, todo le encantaba.
-Que sí -Es casi una queja, haciéndolo reír mientras quitaba sus dedos y ponía más lubricante sobre su pene erecto.
-Te voy a acomodar -Toma a Félix con ambas manos, dándolo vuelta y dejándolo de rodillas en la cama.
El menor no se molesta en apoyarse con las manos ni brazos, dejando su cabeza contra su almohada y respirando pesadamente.
Sentía sus muslos temblar con fuerza mientras la cabeza del pene de Minho acariciaba su entrada, enviándole escalofríos y por insistencia tirando las caderas hacia atrás intentando hundirse en el mayor desesperadamente.
-Cómo se dice?~ -La voz de Minho es endulzadora, se inclina sobre él, siguiendo la figura de su espalda para acabar con la boca cerca de su oreja. -Es educación bonito -Susurra más ronco, poniendo su erección entre las nalgas del contrario, tentandolo aún más.
Ya más consciente de si mismo, Lix gira los ojos para verlo, ojos brillantes por parte de ambos.
-Por favor Minho, dame tan duro hasta que no pueda caminar ni pensar ni respirar -Rogaba, una sonrisa de satisfacción es lo que basta para sentir como toda la longitud del coreano entraba en él, ni lento ni rápido, pero se siente lleno y satisfecho, abriendo la boca en una bocanada de aire mientras sus manos se aferraban a la almohada a ambos lados de su cabeza.
Las manos del otro recorren su cuerpo hasta sus pezones, acariciandolos, apretando y tirando suavemente para distraerlo y que se acostumbrara más rápido a su tamaño, aunque la mezcla de dolor y placer era casi una gloria para Felix, no quería lastimarse y menos ahí abajo.
Aparezco 🤙
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Call Me Daddy (ChanJin/HyunChan)
FanfictionHyunjin tiene 18 años y es hijo de un millonario importante. La cosa es cuando empieza a liarse con una de las manos derechas de este, lo único que le jodía era la obsesión de este con que lo llame "Daddy", por que mierda todos los millonarios tenía...