El comienzo
Denzel
Había llegado quince minutos tarde.
El guardia me lanzó una rápida mirada, una que ya conocía demasiado bien. Aunque solía dejarme pasar sin problemas, esta vez algo había cambiado. Con un gesto, marcó una "x" al lado de mi nombre en la lista de asistencia. Era evidente que las instrucciones eran claras: no se me permitía la entrada. Sabía que no importaba cuánto le suplicara, su decisión no cambiaría.
Mi padre tenía sus ojos en todas partes, y su influencia era ineludible.
Aunque se me prohibió la entrada, aún tenía permitido quedarme en los terrenos del club. Decidí esperar hasta que terminara mi horario, así que me puse mis auriculares y me tumbé en el césped. La mochila reposaba sobre mi cabeza como si fuera una almohada, y con determinación cerré los ojos, dejando que la música me envolviera y me sumiera en un breve letargo.
Mi práctica duraba dos horas y media, un tiempo considerable. Decidí aprovecharlo al máximo y tomarme una siesta.
No por mucho.
O eso creí yo.
Un trapo golpeó mi cara, obligándome a parpadear para acostumbrarme a la luz. Cuando finalmente pude ver con claridad, me encontré con el rostro de Roy. Una familia rica con apellidos conocidos, específicamente MacRury Campbell, eran amigos de mi padre, pero no míos. Creo que esta es la primera vez que cruzo palabra alguna con él.
― ¿Ahora juegas indor? ―Soltó en una sonrisa.
― No.
Me restregué los ojos, aún somnoliento.
― Idiota, te has dormido en la cancha.
Creo que es un buen punto para llamarme idiota, he visto a mi alrededor y si que me veo patético.
― Parecía bastante tranquilo.
― Si, si, si ahora mueve tu trasero lejos de aquí.
Me dedico una rápida mirada, y luego se fue corriendo hasta donde estaban sus demás compañeros.
Acomodé mi mochila sobre mis hombros mientras sacudía mi cabello, desprendiendo algunas briznas de césped. Miré a mi alrededor y un pitido marcó el inicio del partido. El balón comenzó a rodar y una ovación constante resonaba en el aire, pronunciando el nombre del equipo. No se necesitaba ser un experto en fútbol para entenderlo; el equipo que anotara más goles sería el ganador.
El equipo de Roy era bueno.
El marcador al final quedó 3-2, no fue tanta la diferencia, pero ganaron. Me quedé hasta el final, ni yo podía creérmelo, el tiempo pasó volando.
MacRury venía hacia las gradas, había dado la anotación decisiva.
No entendía por qué estaba allí hasta que vi a una chica de cabello largo lanzarse a sus brazos. Él la levantó y le dio una vuelta, creando una escena conmovedora. Me hubiera encantado soltar un comentario sarcástico como "igual van a terminar", pero ni siquiera le conozco como para bromear. Me puse de pie con la intención de irme, pero un grito con mi apellido me detuvo en seco.
― ¿Ya te vas, Kennedy? ―Cuestiono, sonriendo.
Ese era el plan.
― Sí. ―Lo dije sin una pisca de emoción, había sido libre por unas cuantas horas pero, hay que volver a la realidad.
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Hay quienes solo soñamos con ver arder el mundo [✔]
RomanceDenzel Kennedy Dubois, inmerso en la efervescencia de una vida social deslumbrante, donde los reflectores y los buenos modales son su carta de presentación, proyecta la ilusión codiciada de ser el niño rico con padres excepcionales. Sin embargo, det...