18. Recuerdos.

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Buenos Aires, Argentina.

Venecia.

El agua caliente de la bañera cubre nuestros cuerpos desnudos hasta la altura de nuestros pechos, al tenerla detrás mío le facilita el movimiento de sus manos que se pasean por mi espalda dando suaves toques en mi piel que logran erizarla, acompañándolas con besos en mi nuca que al sentir sus labios sobre mi piel suelto un suspiro, estoy totalmente relajada.

Esto es nuevo para mi, el estar enamorada de una hermosa mujer con la que comparto los mismos sentimientos, que me hace sentir viva, vibrante y que me transmite su felicidad. Con la que quiero todo y estoy dispuesta a ofrecerle todos los días de mi vida.

- ¿Te imaginabas que íbamos a terminar así después de esa noche? - El volumen de su voz es tan bajo que si no estaría tan pegada a ella no lo hubiera escuchado.

- No recuerdo haberlo hecho. Todavía sigo esperando a que me pagues. - Escucho su risa.

- Sigo sin comprender porque hice algo así, nunca lo había hecho. - Me comenta, siempre hay una primera vez para todo. - ¿En serio no te molestó la nota?

- Para nada. Tal vez si hubiera sido otra mujer me habría molestado, pero como fuiste vos ni me ofendí, incluso guardo la nota en la mesita de luz.

- Podríamos cambiarla por una nota más cursi. - Me propone pero me niego.

- No quiero cambiarla, así fue como empezó nuestra historia, la primera vez que estuvimos juntas. - La primera vez que la vi y quedé encantada con su belleza sobrenatural.

- Entonces, la dejaremos guardada como un recuerdo de como inició todo. - Sus manos se mueven por mis brazos hasta mis hombros donde hace presión con sus dedos.

- ¿Vos te imaginabas algo así? - Pregunto lo mismo que ella, interesada por su respuesta.

- No, ni siquiera me imaginaba enamorada de una mujer. Pensé que esa noche se iba a quedar en eso, en una noche, pero al parecer el destino tenía otros planes para nosotras y ahora estamos acá, queriéndonos y disfrutándonos.

- Yo pensaba lo mismo de aquella noche, pero estoy feliz con que no haya sido así y de tenerte en mi vida. Te quiero tanto, mi rubia. - Giro mi rostro encontrándome con el suyo, sus finos labios se curvan en una tímida sonrisa.

- Te quiero más, bella mía. - Deja un tierno beso en mis labios.

- ¿Recordas esa noche que nos juntamos con las chicas en el campo? - Alessia asiente. - Pensé que me estabas ignorando, la cara que pusiste al verme fue indescriptible y ni mencionar como se te borró la sonrisa. Me saludaste tan secamente que creí que te pasaba algo conmigo, pero al pasar la noche pasó todo lo contra a lo que llegué a pensar.

- Confieso que ese día se me juntaron todos los tipos de emociones al volver a verte después de ese encuentro en Italia y ya sabes el acercamiento que tuvimos en esa habitación de hotel. - Como olvidar si se fue dejándome con las ganas de volver a probar sus labios. - No sabía como manejar la situación y por eso mi comportamiento, pero al fin y al cabo terminé acercándome a vos esa noche, dejándome llevar porque era eso lo que quería.

- Me sorprendió que que aparecieras en mi habitación, pero lo estaba deseando. - Me alejo un poco de ella para poder dar la vuelta y quedar enfrentadas.

- Yo deseaba que me hagas tuya de esa forma tan única.- Susurra en mi oído al tomarla por la cintura y acercarla a mi, tanto que nuestros pechos se rozan.

- Sabes que unas simples palabras me pueden descontrolar, así que no empieces. - Le pido a pesar de que me cueste hacerlo.

- No es mi culpa que te descontroles tan fácil y tampoco me molesta. - Deja un beso detrás de mi oreja.

Ella | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora