Buenos Aires, Argentina.
Venecia.
Tiempo después...
Las olas golpean contra las orillas creando esa espuma blanca que tarda en desaparecer, el sol se esconde en el horizonte dejando que salga a relucir el atardecer, con esos colores tan vibrantes llenos de vida. La suave brisa choca contra mi cuerpo erizandome la piel. Hace mucho que no vivía algo así, estar en la playa viendo el atardecer, con la brisa golpeando contra mi cuerpo, sintiendo esa tranquilidad que este hermoso lugar ofrece.
El tiempo se nos pasó volando, tanto que pasaron algunos meses desde ese primer "te quiero", tres meses para ser exactos, desde que nuestros sentimientos salieron desde lo más profundo de nuestros corazones, dejando en claro el amor que nos tenemos y lo enamoradas que estamos la una por la otra. Dejando que las cosas fluyan a su debido tiempo.
Desde que mencioné lo de mi miedo aquel día lo fuimos trabajando poco a poco con paciencia, con la ayuda de Alessia que hablamos en varias ocasiones sobre el tema. Pero más allá de eso me demuestra su amor y me recuerda cada día que pase lo que pase entre nosotras no la voy a perder, que ella va a estar en todo momento como yo lo estoy para ella y gracias a eso ese miedo fue disminuyendo en este tiempo. Todavía queda un poco de recorrido para que ese miedo desaparezca por completo, pero a su lado todo es más fácil. Ella logra cosas en mi que no sabía de su existencia.
En estos meses pudimos organizar los tiempos de nuestros trabajos para poder vernos o tomarnos unos días para disfrutar la una de la otra a tiempo completo. Pero la distancia no nos ayuda en muchas ocasiones, hay veces en las que se nos complica vernos por la cantidad de trabajo que recibimos día a día y nos hacemos falta. La compañía de la otra es algo que disfrutamos muchísimo, sea lo que sea que estemos haciendo y si no la tengo conmigo siento un profundo vacío en mi pecho que no puedo cubrir con nada, solo ella y su compañía pueden llevar ese vacío.
Unos cálidos brazos me envuelven desde atrás abrazándome, reconozco ese abrazo que me transmite tanta calma y seguridad al mismo tiempo, como la primera vez que nos vimos y tomó mi mano llevándome con ella. Alessia tiene ese algo que me llena de harmonía, que me hace sentir en equilibrio conmigo misma y con nuestra relación, me hace sentir de todo a la misma vez.
- ¿En qué pensas? - Pregunta apoyando su cabeza en mi hombro, siguiendo abrazadas mientras miramos el atardecer.
- En vos, en mi, en nosotras, en el futuro. - No puedo dejar de pensar en eso.
- ¿Yo estoy en ese futuro que te imaginas?
- Lo estás. - Claramente que lo está, sino todo sería diferente.
- ¿Y cómo te lo imaginas?
- Con vos viviendo juntas, siendo felices, compartiendo todos los momentos lindos y malos también. Enamorandonos cada día más, hablando de cualquier cosa sentadas en el patio mientras tomamos mate y vemos el atardecer como ahora, viajando a lugares desconocidos recorriendo las calles tomadas de la mano y haciendo el amor en todos los lugares posibles. Así es como me imagino el futuro con vos. - Me giro entre sus brazos para poder verla y me encuentro con esos ojos adorables que tienen un brillo especial.
- Imaginamos el mismo futuro preciosa, solo te faltó el perro y los hijos pero eso lo veremos en un tiempo lejano.
- Tendremos tiempo de pensar en eso, por ahora pensemos en nosotras y en aprovechar cada momento juntas. - Enrosco mis brazos alrededor de su cuello para quedar más cerca.
- Lo haremos. - Deja un beso en la comisura de mis labios. - ¿Me ayudas con las pizzas?, así no se nos hace tarde y comemos afuera.
- Vamos, no vaya a ser que pase lo mismo que la primera vez que me cocinaste. - Tomo su mano guiandola hacia la entrada de la cabaña.
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Ella | +18
RomanceUna salida al boliche, bebidas alcohólicas que no acababan, un mareo y un acercamiento inesperado. Esa noche termina en una habitación de hotel.