Ella | +18

24. Cumpleaños.

Argentina, ciudad de Ushuaia.

Venecia.

- Que los cumpla feliz, que los cumpla Venecia, que los cumpla feliz. - Despierto por la voz de la rubia y por sus besos en mi rostro. - Feliz cumpleaños, bella mía. - Enrollo mis brazos alrededor de su cuello para atraerla hacia mí y tirarla a la cama.

- Gracias, cariño. - Me subo a su cuerpo dejando una pierna a cada lado, apoyando mis manos por encima de su cabeza.

Sus manos se mueven hacia mi espalda metiéndolas por debajo de la remera para tener contacto con mi piel. Su profunda mirada azulada se encuentra con la mía, los destellos de luz que hay en sus hermosos ojos me atrapan por completo y los pequeños círculos que hace con sus pulgares sobre mi piel me hacen suspirar.

Sus tibios labios rozan los míos sintiendo esa vibración y calentura que esta invadiendo nuestros cuerpos en este preciso instante. Las yemas de mis dedos acarician en contorno de su rostro y sus labios se separan antes de soltar un, casi, inaudible suspiro.

Acaricio su labio superior con la punta de mi lengua para que ese tan anciado beso se prolongue un poco más. Sus dedos suben y bajan por mi espalda, buscando más que simples caricias entre nosotras. Su boca está a milímetros de la mía, nuestras respiraciones entrecortadas mezclándose y nuestras miradas no se despegan.

Una de sus manos sube hasta mi nuca para acortar la poca distancia y así apoderarse de mis labios en ese tan ansiado beso. Su boca se mueve en sincronía con la mía buscando saciar esa sed que tenemos la una por la otra y que cada vez es más difícil de controlar. Nuestras lenguas empiezan una danza que logra aumentar las ganas que estamos teniendo.

- ¿Querés un regalo especial? - Dice al separarse de mi, volviendo a tomar distancia con el poco autocontrol que le queda.

- Sí, quiero todo con vos rubia. - Bajo mi mano peligrosamente por su cuerpo para tomar uno de sus pechos y apretarlo a mi antojo por sobre la tela.

En un ágil movimiento me deja de espaldas al colchón y vuelve a apoderarse de mis labios con tanto deseo que me deja sin aire. Mis manos viajan a su cabellera rubia alborotada, alargando un poco más esta sesión de besos que me tiene completamente descontrolada.

La intensidad de nuestros besos disminuyen hasta que solo es un simple roce de labios. Al abrir mis ojos me encuentro con esa sonrisa encantadora, sus labios hinchados y sus mejillas levemente teñidas de un color rojizo. Ella da unos suaves toques en mis mejillas y deja un beso en mi frente.

- Te preparé algo. - Alessia señala hacia la mesa de luz donde hay una bandeja.

- ¿Vos hiciste eso? - Ella asiente saliendo de arriba mío y yo aprovecho para acercarme a la mesa de luz y tomar la bandeja.

- Es la primera vez que hago algo así, no sé si estará bien.- Me advierte, pero todo se ve rico.

En la bandeja hay distintos tipos de frutas cortadas, tostadas con pasta, panqueques con dulce de leche, medialunas que también hizo ella, café y jugo de naranja. Un tulipán adornando la bandeja junto con unos pétalos, pero lo que más llama mi atención es la nota que hay en ella.

"Te deseo tantas cosas que no me alcanzaría este pedazo de papel para escribirtelas pero que, sin duddas, estoy dispuesta a cumplir cada uno de ellos. Porque te quiero tanto que no puedo pensar en darte menos, porque te mereces todo y más, porque sos todo para mi.

Feliz cumpleaños, amor mío.
Tu mujer."