Santa Fe, Argentina.
Venecia.
Y como era de esperarce el domingo llegó más rápido de lo que pensé y con ello la cena en la casa de la abuela. Después de insistirle tanto a Alessia entre medio de besos y caricias que subieron a otro nivel, la pude convencer de venir conmigo, sumándole el hecho de que mi madre me llamó a cada rato pidiéndome que por favor no la deje sola con las lechuzas.
Las reuniones siempre terminan siendo un caos cuando están mis tías presentes y ahora se suman sus hijas que son iguales a ellas. Que se comparan con mi hermana y conmigo creyendo que son superiores a todo aquel que se les cruza en el camino. Llevo algunos años sin verlas y lo único que sé de ellas es por escuchar a sus madres, pero ahora nos volveremos a ver y no creo que salga algo bueno de esa cena.
El avión aterrizó hace unos veinte minutos, el calor y el sol son nuestros acompañantes de camino a la casa de mis padres. Alessia, que va de copiloto, no deja de mover sus manos que están sobre su regazo, lo hace cada vez que está nerviosa o ansiosa.
- Tranquila, rubia. Mi familia ya sabe de vos y estoy segura que les vas a caer bien. - Dejo una mano sobre su pierna sin despegar mi mirada de las calles.
- Lo sé, pero eso no quita mi nerviosismo. - Apoya su mano sobre la mía dando ligeros toques en esta.
- No es la primera vez que conoces a los padres de la persona con la que estás. - No hace falta mencionar al ex.
- No es lo mismo, a mi no me importaba si les agradaba a los padres de él o no porque no estaba enamorada de él, si lo quería. Es distinto porque estoy enamorada hasta los huesos de vos y quiero impresionar a tus padres. - Estacionaría el auto al costado de la calle para abrazarla y llevarla de besos.
- Sólo tenes que ser vos y con eso los vas a dejar encantados. Además, mi familia es un pan de dios, no van a dejar que te sientas incómoda con ellos y me tenes a mi que no me voy a separar de vos en ningún momento. Todo va a salir bien.
- Eso espero. - Doblo en una esquina adentrándome al barrio de mis padres. - También me preocupan tus tías, sé que tenes buena relación con ellas.
- Así es, pero no le des importancia a ellas que no se lo merecen. Estando ellas presentes no pueden faltar los comentarios fuera de lugar y si en algún momento querés huir decímelo.
- Lo tendré en cuenta. - Estaciono el auto frente a la casa de mis padres. Como llegamos por la tarde estaremos en la casa de mis padres por un rato, hasta que sea la hora de ir a la casa de la abuela.
- ¿Lista? - Miro a la rubia que tiene la vista puesta en la casa.
- No, pero por vos lo que sea. - Dejo un beso en sus labios que ella alarga tomándome de las mejillas.
- Todo saldrá bien, ya verás.
Bajamos del auto y al llegar a su lado tomo su mano caminando hacia la entrada. Toco el timbre mirando a la rubia de reojo que le está echando un vistazo a la casa, segundos más tarde la puerta se abre y ahí están los tres. Mi madre pega un chillido al ver a mi acompañante y camina hacia nosotras.
Mi madre se acerca a la rubia después de saludarme y la estrecha en sus brazos, dándole un abrazo de recibimiento, no me esperaba esto de mi madre, para nada. Mi padre y mi hermana también se acercan a nosotras saludandonos con besos y abrazos, iniciando con las presentaciones.
- Si mi madre te recibe así es porque sos la primera mujer que Vene trae a la casa. - Zoe me sonríe divertida.
- ¿Así que soy la primera? - Alessia me mira con sus mejillas en un tono rojizo y una tímida sonrisa. Ella tiene bien en claro que lo es.
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Ella | +18
RomanceUna salida al boliche, bebidas alcohólicas que no acababan, un mareo y un acercamiento inesperado. Esa noche termina en una habitación de hotel.