Amor Infinito || Drarry

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Despertó con una enorme sensación de volver todo lo que su estómago había recibido de alimento la noche anterior, todavía faltaba para el desayuno y temía no poder probar bocado gracias a los nervios e incertidumbre de lo que pudiese ocurrir esa mañana. Pero no tenía de otra, ya había aceptado el dichoso desayuno familiar, esperaba que al menos estando en su casa tuviese algo de ventaja.

-Lo hago por Teddy, que quede claro...- Se recordó a si mismo antes de levantarse de la cama.

Al estar de pie frente a la ventana de su habitación la cual era más grande que la de su apartamento, fue testigo de cómo el cielo terminaba de aclararse mientras el sol se posicionaba cada vez más alto, ver el amanecer le traía paz y buen ánimo al comenzar un nuevo día y vaya que lo iba a necesitar.

Comenzó tomando una ducha rápida, necesitaba despabilarse. Al salir se vistió con un pantalón de mezclilla azul marino, una playera básica en de manga larga y como toque final una chaqueta de pana en color negro al igual que la playera. Rara vez iba vestido de otra forma fuera de su casa, a parte era fin de semana y bien podría olvidarse de la vestimenta formal, como lo hacía a la hora de ir con Harry llevando algo cómodo que pudiese darle libertad a la hora de cuidar del bebé.

Se observó en el espejo al peinarse, la expresión en su rostro gritaba lo nervioso que estaba, más le valía clamarse, no estaba dispuesto a tener un ataque de ansiedad, ya los había logrado dominar estando con él, hacerlo de nuevo sería un viejo truco de ahora en adelante. Terminó con aquel look colocándose loción, y ahora sí estaba listo para recibir a la familia Potter.

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Tenía la fortuna de que su pequeño fuese su despertador, de lo contrario se hubiera quedado dormido pasando por completo el desayuno familiar de ese día, tenía que admitir que no se sentía listo, el volver a ver a Draco le hacía revolotear el estómago y no positivamente. Se engañaba a sí mismo, parecía que tan solo anoche no había aceptado el posible enamoramiento hacía Draco. El chico estaba en su mente desde que lo vio frente a la chimenea de su casa, la vestimenta que portaba era muy diferente a cómo vestía en Howgarts, pareciera que constantemente tenía reuniones importantes con gente sangre pura de buenos modales y costumbres, según sus ideas, o con la gente del ministerio. Harry recordaba haberlo visto con trajes en diferentes tonalidades oscuras cuando no llevaba uniforme, nunca le llegó a ver algo en tonos claros, ni siquiera en el yule ball donde a él le hubiera gustado llegar del brazo de una pareja diferente, y hablando del baile de navidad; recordaba haber visto a Draco asistir junto a Pansy Parkinson, siempre creyó que ellos salían y grande fue su sorpresa de ver a la chica paseando felizmente al lado de Theodore Nott después de la guerra y el rubio no parecía afectado. Ahí había algo extraño pero no tenía modo de descubrirlo. Desde entonces desconoció si llegó a estar involucrado sentimentalmente con alguien más, por lo que le era difícil saber si el rubio tenía gustos como los suyos, así podría al menos guiar mejor a su corazón a pesar de que estuviera decidiendo por él.

Se levantó de la cama soñoliento rumbo a la habitación de su pequeño que lloraba, seguramente tendría que cambiarle el pañal así que aprovecharía para bañarlo.

Media hora después el pequeño estaba bañado y cambiado con un conjunto de pants, playera, sudadera y tenis que le habían regalado los padres de Hermione al pequeño casi de recién nacido, la madre de su amiga alegó que era mejor estar prevenido por qué los bebés crecían a velocidad alta y en ese momento comprobó que tenía razón, su niño estaba creciendo demasiado rápido para su gusto. Lo terminó de arreglar y ahora faltaba él de bañarse. Se preguntó cómo llevaría a cabo esa tarea. Optó por dejarlo en la cama de su habitación con un par de juguetes colocándole un hechizo protector para que no se cayera o fuese a lastimarse.