Cᥲρίtᥙᥣo 24

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Sentía que las emociones en su vida eran manejadas por un tipo en una montaña rusa siendo único pasajero, dónde el carrito iba cayendo en picada sintiendo un enorme vacío en el estómago, todo había resultado peor de lo que imaginó, fue completamente una tontería la razón de aquella pelea o tal vez no tanto. Entre tanta palabrería con Weasley recordó haberle dicho que Harry no merecía su amistad, claro que él estaba muy lejos de conocer cómo se llevaban, siempre iban juntos a todos lados y bastaba decir que el mismo pelirrojo fue la persona que tuvo que rescatar de las profundidades del lago negro. Le fue inevitable recordar la venda en los ojos con la que Potter solía vivir, o nunca le importó que Diggory sacara del mismo lago a quién ahora tenía de amante; Cho Chang. A esas alturas era inútil pensarlo, lo que sí le iba servir era tomar una decisión muy importante, le daba igual si le ponían otra peligrosa misión o una penalización monetaria, todo con tal de no volverle a ver la cara de idiota a Potter.

Llegó a la oficina del ministro y la primer persona que vio al llegar a la oficina del ministro fue a Granger, debió suponer que estaría ahí, tenía que aprovechar el momento y disculparse, así tendría la conciencia tranquila el resto de su vida.

-Buenos días Granger- El repentino saludo desconcertó a la chica en cuestión.

-Malfoy... Buen día- Aun le era difícil hacerse a la idea que Draco Malfoy era amable con las personas a su alrededor, específicamente con ella.

-Buenos días Katheryn- Saludó a la secretaria del ministro con la misma amabilidad.

-Señor Malfoy- La nombrada devolvió el saludo, se encontraba sentada frente a un escritorio a la vista de todos a un lado del pasillo, esto con el fin de tener facilidad al momento de querer ver al ministro o a Granger quién era su asistente personal y Katheryn la secretaria de ambos.

-Vengo hablar con el ministro, ¿Está?-

-No, salió un momento al Wizengamot, no debe tardar, si gustas puedes esperarlo en mi oficina- Ofreció la castaña.

Draco asintió a la propuesta, no le apetecía ver a nadie, a como estaba su humor era capaz de responder negativamente hasta las miradas que recibía estando ahí. Vio cómo terminaba la conversación con la secretaria, entregándole una carpeta antes de reunirse con él y caminar a la oficina.

-Pasa- Le dijo abriendo la puerta.

-Las damas primero- Dijo y la chica entró con una leve sonrisa.

Draco cerró la puerta antes de tomar asiento frente al escritorio de Granger.

-¿Te puedo ayudar o prefieres hablar directamente con Kingsley?- Preguntó la chica dejando la carpeta sobre el escritorio. -Te lo digo porque suelo ayudarle con su trabajo, más ahora que hemos reestructurado todo el ministerio-

Draco lo pensó por un momento, tal vez si debía contarle al fin y al cabo iba enterarse, así que le daba igual que lo supiera por él y con un poco de suerte su estancia sería más corta. 

-En realidad vengo a... Pedirle que cancele la misión que tengo, no importa si hago algo peligroso o lo que sea menos eso- Sus palabras venían cargadas de dolor a pesar de su intento por ocultarlo.

-¿Puedo saber por qué?- Esperaba que lo sucedido la noche anterior no haya detonado esa decisión.

-Me di cuenta que Potter no supo valorar mi ayuda ni lo que pudo haber pasado entre nosotros...- Se encogió de hombros. -Anoche me echó de su casa y decidí renunciar, ya verá él como se las arregla-

Hermione se dio cuenta del dolor en su voz y comprendió que el enojo de Harry había sido más fuerte de lo que creyó. 

-No lo entiendo... todo entre ustedes iba tan bien hasta...-

Amor Infinito || Drarry Donde viven las historias. Descúbrelo ahora