Amor Infinito || Drarry

Extra - El cumpleaños de James

Siempre creyó ser un hombre afortunado, desde qué era un niño se acostumbró a vivir con todo lujo y comodidad posible. Desde nacer en una familia millonaria hasta cumplir cada uno de sus caprichos, nunca tuvo la necesidad de patalear demasiado si quería qué su padre le comprara un juguete, normalmente cedía con un par de llamadas de su hijo, evitando así un berrinche del menor, razón por la qué Draco se acostumbró a tener lo que quería, hablando de lo material.

Aunque a él le hubiera gustado tener la atención de su padre y no sustituir ese cariño con regalos caros y ostentosos. Sin embargo, su madre le brindó todo el cariño qué le fue posible, a pesar de todas las adversidades con la próxima llegada del señor oscuro y qué Lucius Malfoy pensaba seguir. Narcisa tampoco estuvo de acuerdo con dejarle portar la marca tenebrosa a Draco, pero Voldemort no iba a tomar en cuenta su opinión.

Draco fue consciente de qué la vida era muy corta y no quería el bando de su padre hasta el momento en qué descubrió su sexualidad y se enamoró. Lamentablemente tomó decisiones equivocadas por la tristeza qué le causaba ver a Harry con otra persona y le tocó pagar ese error tan grande.

Ahora la vida le pintaba diferente, tenía a su familia unida y feliz, él había cambiado y su entorno también.

—Amor, se nos hace tarde y si mi suegra y Molly nos esperan demasiado no van a estar felices —dijo Harry entrando a la habitación de James.

Draco se encontraba hincado junto a la cama terminando de arreglar al pequeño niño qué durante los cinco meses de relación qué tenía con Harry se dedicó a verlo cómo su hijo. El rubio salió de su trance y terminó de atar los cordones de los zapatos de James.

—Lo siento, me quedé pensando un poco —se disculpó.

—No importa cariño, tenemos que irnos —dijo el azabache.

Draco sonrió y se levantó del suelo para quedar más cerca de Harry y darle un beso en los labios. Desde qué se convirtió voluntariamente en el padre de James, daba lo mejor de sí, cosa qué Harry le agradeció en el alma, no se veía compartiendo esa etapa de su vida con nadie más.

—Te amo —dijo Draco

—Te amo más —respondió Harry—. ¿Estás listo?

—Sí, vamos

—¡Teddy! ¡Hora de irnos! —anunció el azabache.

—Voy —dijo el niño y segundos después estaba en el umbral de la puerta arreglado y listo para irse.

Draco observó brevemente a Harry quién también ya estaba listo, inclusive traía la pañalera de James colgada de su hombro.

Draco se inclinó para cargar a James quién se encontraba bañado, arreglado y perfumado. La ropa qué usaba el menor constaba de una camisa verde oscura y unos shorts cafés. Según palabras de Draco, a su novio le faltaban unas clases de moda en niños, afortunadamente él creció sabiendo vestir bien y puso en práctica sus habilidades en Teddy y ahora con James.

Caminaron de la mano hasta la chimenea de su casa, la pareja estuvo de acuerdo en vivir juntos para así cuidar mejor del menor y compartir su día a día, la química qué surgió luego del secuestro de Harry y James los ayudó a forjar lazos aún más fuertes entre ambos. Ellos se amaban demasiado y se lo recordaban mutuamente en cada oportunidad.

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La madriguera estaba llena de algarabía por doquier, personas entraban y salían por la puerta principal hacía el jardín con la intención de dejar algo en el punto de reunión qué era el jardín, el cual era cubierto por una carpa blanca, alrededor había mesas para los invitados y justo en medio por la entrada principal a la carpa había una mesa especialmente para los tres y al lado una mesa con regalos para James.