Cᥲρίtᥙᥣo 17

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Llegó tan pronto la chimenea le apareció en San Mungo, le urgía el dinero. Se había gastado lo último que tenía bebiendo en un bar de mala muerte, inclusive las últimas dos noches se había ido sin pagar provocando peleas sin sentido y justo la última noche le advirtieron que no querían volver a verlo y ahora necesitaba otro lugar donde emborracharse hasta olvidar la miseria en la que se había envuelto por gusto propio porque no sólo se había quedado sin familia, si no también sin amigos y trabajo, la única persona que tenía a su lado era quién iba a buscar en ese instante, Cho Chang.

Divisó a la chica en la recepción con su compañera de nombre Mauren Klilton, ambas miraban lo que parecía ser un periódico, seguramente una edición del profeta con otro de los chismes de Skeeter, hizo caso omiso del tema, lo importante era el efectivo.

-Cho...- Habló recién llegó a su altura.

La mencionada volteo hacia él, no era la primera vez que la visitaba en San Mungo, donde  trabajaba como medibruja. 

-Cedric te he dicho que no vengas aquí, pueden sancionarme y necesito el trabajo, sabes que de milagro no me despidieron luego del escándalo con Harry- Le reclamó en voz baja mientras tomaba su brazo apartándole de la recepción.

-Lo siento amor, sabes que necesito dinero y eres la única que me puede ayudar- Respondió el chico mirándola con algo parecido a adoración.

Cho rodó los ojos.

-Ya sabes que puedes hacer, tú solución es tan clara como el agua- Le recordó una vez más sus palabras. -Ir al mundo muggle a buscar trabajo, ahí tienen mil propuestas cariño-

Cedric frunció el ceño ante eso. Odiaba tener que trabajar fuera del mundo mágico pero sus opciones estaban reducidas, estaba más que claro que no le dejarían volver al ministerio o trabajar en alguna tienda del Callejón Diagón, pero tal vez si en las tiendas mágicas de servicio al cliente como la comida rápida y él se negaba a rebajarse a eso. La otra opción era lo que Chang venía diciéndole semanas atrás: trabajar en el mundo muggle y ni loco caería tan bajo. Según su idea todavía tenía dignidad. 

-Ya te dije mis razones, me gustaría hacer algo por mi cuenta pero necesito dinero para eso- Aquel dulce tono de voz que utilizaba cuando quería algo, le hacía sentir un cosquilleo a la chica, ella estaba muy enamorada de él, por eso a pesar de ser hombre casado había aceptado ser su amante, ahora su relación había pasado al siguiente nivel, eran novios.

-Necesitas ganar dinero de alguna manera, está bien que gane lo suficiente para mí pero a uno más no puedo mantener- Dijo la chica mostrando una expresión seria, por más que quisiera al chico tenía una realidad que afrontar.

-No me tocó nada de dinero después de mi divorcio aunque tuviera el derecho y eso me dejó así- Era la explicación que le daba cada que ella tocaba el tema. 

-Sigue sin ser excusa, además él ya continua con su vida, tú mismo lo dijiste cuando decidimos ser novios- Se pasó los dedos por las puntas de su cabello en un intento de peinarlo. 

-En ese caso no tengo alternativa más que hablar con él...- Dijo el chico, a pesar de que él ya lo había visto en el club, Cho desconocía esa información. 

-Con los brazos abiertos no te va a recibir, créeme que lo sé de muy buena fuente- La chica hablando en tono seguro le hizo poner en conflicto sus pensamientos. 

Cho suspiró antes de ir a la barra de la recepción dónde yacía el periódico, al tomarlo caminó de nueva cuenta hacía él y se lo tendió sin decir nada, la imagen hablaría por sí misma. 

El castaño tomó la edición del profeta mirando a la chica con una expresión indescifrable, pareciera estar confundido o no queriendo ver lo que decía, seguramente no le importaba, pero ella sabía que lo sería una vez que lo viera, de todos modos no tardaría en enterarse, a esa hora de la tarde la noticia debió ser esparcida hasta el mundo muggle. 

Amor Infinito || Drarry Donde viven las historias. Descúbrelo ahora