Cᥲρίtᥙᥣo 18

4.5K 382 18
                                    

Pocas veces su cabello daba un aspecto desordenado, y ese día era uno de esos, simplemente no había podido evitar jalar las hebras de su cabello rubio, índice de la frustración. No podía o más bien si lo creía, aquella basura expuesta en el profeta tenía que ser una venganza personal por cómo los chicos le habían contestado a sus propias insinuaciones, pero claro a la señora no se le podía poner en su lugar y salir bien librados, detestaba la situación y no sólo por las mentiras, sino que también se había atrevido a meterse con los pequeños que no tenían nada que ver ni tenían por que estar de portada en la primera plana del periódico. Era momento de hablar con el ministro y resolver dos asuntos de una buena vez. 

Se adentró a la chimenea de su apartamento en el que momentos antes se encontraba analizando sus opciones de negocio para cuando le devolviesen su dinero, la correspondencia le llegó vía lechuza, y entre los papeles venía de regalo el periódico que le dejó sin saber cómo reaccionar. No le extrañaría la manera en que llegó a su poder fuese por la misma persona que lo escribió. 

Segundos después el área de apariciones vía chimeneas del ministerio entró en su campo de visión. 

Resopló antes de salir de ahí, recordando lo mucho que detestaba estar en ese lugar. Debía darse prisa para que su estancia fuese lo más corta posible.

Por fortuna no encontró mucha gente a su paso. Llegó rápidamente a la oficina del ministro y se detuvo al ver a Granger con la secretaria de él. Seguramente le diría algo por la noticia y no estaba de humor para eso. Por desdicha de Draco la chica en cuestión se giró terminando la conversación con la mujer y lo vio.

-Malfoy- Habló como si verlo ahí fuese producto de su imaginación. -¿Qué haces aquí?- Preguntó acercándose a paso lento.

-Granger, vengo hablar con el ministro, es importante- Respondió Draco, era la primera vez que hablaba civilizadamente con ella, siendo especifico era la primera vez que hablaban, las ocasiones que compartían diálogo en el colegio no eran más que insultos por parte de Draco y contraataques por cortesía de la mejor amiga de Harry. 

Él rubio notó desconcertada a la chica que pareciera no estar segura que la persona frente a ella fuese Draco Malfoy.

-Claro, te anuncio- Dijo la chica a su vez que daba media vuelta rumbo al despacho del ministro.

Draco espero menos de cinco minutos cuando Granger salió y se dirijo a él.

-Disculpa la tardanza ya puedes pasar- Dijo.

Draco sonrió forzado a modo de agradecimiento y entró a la oficina, divisó a Kingsley sentado detrás del escritorio.

-Ministro buen día- Saludo cortés el rubio.

-Joven Malfoy que sorpresa- Dijo el ministro. -Por favor siéntate- Ofreció.

-Gracias- Respondió el chico. -El motivo de mi visita no le quitara mucho tiempo- Supuso que como ministro y recién controlado el mundo mágico, tenía que continuar reestructurando todo en general.

-No hay problema, dime en qué te puedo ayudar- Preguntó mirándole, recargó las manos entrelazadas por encima del escritorio. 

-No sé si esté enterado pero ha corrido un rumor falso sobre Potter y yo, que bien no es lo importante, me da igual salir en un chisme y estoy casi seguro que a Potter tampoco le interesa, lo que sí es inquietante es que hayan utilizado a dos menores para crear lo que hacen llamar noticias, no es ético haber expuesto la fotografía dónde ellos también salen, así como en el texto- En su relato el rubio mostró seguridad y decisión en sus palabras, no iba a permitir que ninguno de los pequeños se viesen afectados, seguramente Kingsley lo notó.

Amor Infinito || Drarry Donde viven las historias. Descúbrelo ahora