Episodio 35

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23 AGOSTO 1939 - SE FIRMA EL PACTO DE NO AGRESIÓN GERMANO-SOVIÉTICO.

Finalmente iba de camino a la tan ansiada junta en Moscú, había hecho que Reich preparara dos cuadros como regalo para el soviético, de ese modo su visita parecería más amistosa y los soldados soviéticos bajarían un poco la guardia. Se sentía un poco extraño, sus sentimientos y los de Reich estaban mezclados lo que le hacía desconcentrarse en el camino. También algunos de sus pensamientos. Agitó la cabeza levemente mientras caminaba por esos pasillos decorados siendo acompañado por sus guardaespaldas mientras uno de ellos cargaba con los cuadros que había pintado Reich anteriormente, se les notaba que estaban un poco nerviosos ante los ojos de la segunda escolta soviética, Urss los había enviado para guiarlos a la oficina en la que firmarían el acuerdo y su corazón extrañamente latía de la emoción, pero se mantuvo tranquilo, necesitaría esas emociones cuando enfrentara al soviético.

Se detuvieron frente a una puerta bien pintada que fue abierta seguidamente por la escolta soviética, dentro vio a Urss que inmediatamente le dirigió la mirada con una sonrisa, parecía que había estado esperando ansioso.

Minutos atrás el soviético estaba nervioso, ansioso, se paseaba de un lado a otro por la oficina vigilando que todo estuviera ordenado, era la primera vez que Reich vendría a visitarlo y aunque era por asuntos políticos quería que todo fuera perfecto. También sería la primera vez que le vería trabajar en su oficina, no quería admitirlo, pero quería lucir profesional cuando estuvieran trabajando para lucirse frente al alemán.

Ordenó las cosas mil veces y cuando escuchó varias pisadas acercarse fue a sentarse en el escritorio en que el que trabajaba a diario. Espero pacientemente hasta que vio la puerta abrirse y a esa persona que tanto había esperado, no se veían desde hace mucho tiempo por lo que realmente quería lanzarse a abrazarlo y besarlo, pero debía mantener la calma frente a sus soldados y mostrarse serio como de costumbre.

Finalmente estuvieron uno frente al otro, Urss aguantó la respiración mientras el alemán se acercó para sentarse en el asiento frente al escritorio. El soviético hizo una seña a sus soldados para que se retiraran, luego ThirdReich miró a sus soldados quienes le devolvieron la mirada dudosos, los alemanes dejaron los regalos que habían traído apoyados en una de las paredes con sumo cuidado, ambas escoltas salieron, y esperaron fuera de la oficina un poco apartados de la puerta solo porque sabían que hablarían cosas confidenciales.

Al fin cuando ambos estuvieron solos, ThirdReich (Nazi) volteó a mirar a Urss y sonrió como siempre solía hacerlo frente a él, o al menos, como Reich solía hacerlo.

ThirdReich: ¡Tiempo sin vernos Urss! -sonrió ampliamente enseñando sus dientes-.

URSS: Sí, ha pasado mucho tiempo, estuvimos hablando por cartas, pero dime... ¿has estado bien? -sonrió ampliamente también-.

ThirdReich: Sí, aunque supongo que ya te enteraste de las noticias ¿no? -desvió levemente la mirada algo nervioso-.

URSS: Dime... ¿es esto obra del otro tú? -preguntó un poco preocupado-.

Nazi sonrió de manera macabra internamente, pues Urss no había notado para nada que estaba controlando a Reich, cosa que era lo que esperaba que sucediera, ahora pensó un momento en qué responderle, tal vez debería ser honesto ya que Reich siempre lo era con él.

ThirdReich: Me temo que sí... no puedo controlarlo Urss y temo cada vez más por lo que podría llegar a hacer -dijo mostrando un rostro temeroso y preocupado-.

URSS: No te preocupes Reich, la tecnología está avanzando junto con la medicina, estoy seguro que podré encontrar una manera de tener a ese otro tú bajo control... incluso si tengo que pedir favores a otros países lo haré. -dijo completamente decidido-.

Lo que el destino depara. T1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora