Lunes 23 de marzo de 1936, el día de su cumpleaños finalmente había llegado demasiado rápido. Es increíble como dos semanas completas pueden pasar volando con tanto trabajo. Nazi estaba en un problema y era que lo había olvidado por completo. Peor aún, no faltaban más que unas horas para el soviético llegara a la mansión. Se había sumergido tanto en el trabajo y sus planes que no había pensado en nada que hacer.
Nazi: qué problemático ¿debería decirle que estoy ocupado por medio de un mensajero? -murmuro con el ceño fruncido-. No puede sospechar. No queda opción
Se levanto de su silla de escritorio y camino alrededor de la mansión para decirles a sus empleados que se tomaran el día libre pues quería sentirse relajado en su cumpleaños, los únicos que no pudieron retirarse fueron os guardias que vigilaban la entrada y salida de la mansión en el patio. Ellos no serían un problema, después de todo necesitaba un poco de protección.
Estuvo todas esas horas, que calculo faltaban para la llegada del soviético, encargándose de ocultar documentos y cualquier signo de la existencia de sus planes. Pues si llegaban a filtrarse podrían tirar su nación abajo una vez más y condenarle a muerte.
Se sentó en su escritorio soltando un suspiro y cerró los ojos mientras se apoyaba en el respaldo decidido, era todo o nada después de todo.
Nazi: ¿Estás despierto? -preguntó mirando la burbuja oscura delante de él-.
ThirdReich: ¿Qué quieres? -dijo casi en un susurro-.
Nazi: Urss viene, ¿no quieres verlo? -sonrió levemente haciendo la burbuja más transparente-.
ThirdReich: ¿qué truco es este? -dijo desconfiado sin mirarle-.
Nazi: No es ningún truco, ¿olvidaste que día es hoy? 23 de marzo, tú nacimiento, oops, perdón, nuestro nacimiento. -rió divertido-.
ThirdReich: Oh es cierto -levantó un poco la cabeza-. ¿Y es motivo para alegrarse cuando estoy aquí encerrado mientras tú haces el trabajo? -dijo irónico-.
Nazi: Hey, te estoy ofreciendo la posibilidad de ver a Urss personalmente como un regalo de cumpleaños.
ThirdReich: un regalo de cumpleaños de mí mismo, que irónico. -rió sin ganas-.
Nazi: ¿Aceptas o Declinas? -preguntó impaciente-.
Reich comenzó a pensar, era obvio que esto era un truco de parte de Nazi, pero se sentía tan solo ahí encerrado sin poder hacer nada más que observar, que no le importaba aceptar la oferta con estar al menos un día o dos con el soviético que tanto amaba. Quería verle, abrazarle y sentirse seguro en sus brazos como siempre.
ThirdReich: Acepto -murmuro-.
Nazi: Perfecto, intenta recomponerte, él llegara en cualquier momento. -Sonrió ampliamente antes de poner una mirada siniestra-. Por cierto, justo ahora tú no tienes nada de poder, si intentas revelar algo o pedir ayuda, me encargaré de poseerte y que no actúes por tu propia voluntad, después de todo, la peor tortura es estar consciente de tus acciones pero no poder evitarlas ¿no? Tenlo en mente -soltó una pequeña risita-. Buena suerte.
Abrió sus ojos un poco desorientado y con la vista perdida, no tardó mucho en acostumbrarse. Miró a su alrededor, pudo ver la oficina tal como la recordaba, observó sus manos, las movió libremente y sonrió aliviado. Se sentí al fin en control y más libre, se levantó de inmediato de su lugar, debía preparar al menos una comida para la llegada de Urss ¿no? aunque era su cumpleaños prefería preparar las cosas por sí solo, como una pequeña celebración.
Caminó por el pasillo con notable ánimo, bajó por las escaleras que daban a la entrada y salón principal, entonces vio la puerta abrirse junto con un guardia entrar, iba a preguntar de que se trataba todo, pero lo olvido por completo al ver la persona detrás de él. Muy poco le importo que hubiera un guardia presente, simplemente corrió y se lanzó a abrazar el soviético quien le recibió bastante sorprendido, pero le atrapó de todas formas correspondiendo el abrazo un poco extrañado pero contento por tal recibimiento.
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Lo que el destino depara. T1
Ficción histórica//RESUBIDA// Reich, un joven que tomó el poder luego de la desaparición de su hermano mayor Weimar, se encuentra de cara con las dificultades de mantener a una nación prácticamente en la ruina luego de la guerra en la que su padre participó. Hasta q...