Episodio 36

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ThirdReich: Mnn~ -soltó bajito al sentir un beso en su cuello-.

El menor de ambos se encontraba con el saco y la camisa abiertos desde arriba mientras los dedos de URSS se aseguraban de ir desabotonando ambas cosas mientras se hacía camino con sus besos por el pecho de su amado.

El menor de ambos se encontraba con el saco y la camisa abiertos desde arriba mientras los dedos de URSS se aseguraban de ir desabotonando ambas cosas mientras se hacía camino con sus besos por el pecho de su amado

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ThirdReich: No me quites la ropa -dijo en medio de un jadeo afirmando las ropas que el soviético intentó quitar-.

URSS: ¿Por qué? Se van a ensuciar -respondió en tono bajo-.

ThirdReich: Después será molesto volver a ponérmelas, así que no las quites -dio un pequeño respingo al sentir los dedos del soviético jugueteando con uno de sus pezones-. Ngh -se mordió el labio inferior para aguantar ese lascivo sonido-.

URSS: -le miró curioso un momento-. ¿Por qué muerdes tus labios? ¿No me dejarás escucharte? -pellizco un poco más el pezón ajeno viendo como el menor mordía más sus labios-.

ThirdReich: H-Hay gente afuera -respondió a duras penas con la voz más clara que pudo-.

URSS: Tienes razón es una pena que no pueda escuchar esos lindos sonidos en ese caso -dejó un beso en su mejilla comprensivo con la situación, de todos modos, haría una que otra cosa traviesa-.

ThirdReich: Es bueno que entiendas -acarició su mejilla con dulzura-.

Urss se sintió muy bien con esa caricia cariñosa que tanto añoraba desde su separación, se apoyó un momento en su mano para disfrutar del tacto antes de seguir moviendo sus manos por el cuerpo contrario, desabrochando el cinturón opuesto y quitándose el abrigo para estar más cómodo.

El euroasiático retomo sus besos en el cuerpo contrario, haciendo nuevamente un camino desde sus labios, cuello, pecho y abdomen, volviendo a subir para besar esos botones ya endurecidos por el anterior contacto con sus dedos. Besó y lamió estos como siempre le gustaba hacerlo, mordiéndolos suavemente para no lastimarlo observando de reojo como su pequeño soltaba pequeños jadeos mientras hacia un gran esfuerzo por no gemir en voz alta. Tenía muchas ganas de hacerlo gritar, pero sabía que podría llevarse una paliza en recompensa si lo hacía.

Sus manos desabrocharon el pantalón del menor con cautela, pensaba que tal vez Reich iba a sentirse demasiado avergonzado de hacerlo en su oficina cuando las escoltas seguían afuera, era una suerte que el ruido no se saliera mucho del lugar, pero de todos modos había que ser cuidadosos. Bajó el pantalón del menor con su ayuda hasta los muslos, junto con su ropa interior, pues seguía sentado sobre su escritorio y la vista que ahora tenía le encantaba demasiado. Se sorprendió un poco cuando fue jalado desde su ropa hacia el menor que le miraba claramente avergonzado de ser el único exponiéndose. Urss entendió la indirecta sonriendo levemente, tomando su mano y dejando un beso en su palma. Volvió a acercar sus labios al menor para besarlo de manera lujuriosa, mientras una de sus manos buscaba en los cajones cercanos una pequeña botella que finalmente tomó separándose también de los labios de su amado.

Lo que el destino depara. T1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora