Episodio 14

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Urss miraba al jóven alemán sentado delante de él bebiendo su taza de café con tranquilidad y hasta elegancia. Tenía una duda que no podía sacarse de la cabeza, sobre algo que le había comentado luego de la broma de mal gusto que le había hecho minutos atrás; "La última vez que dispare una a alguien casi le amputan una pierna".

Sin dudas quería preguntar por lo que pudo pasar en ese momento, así que cuando vio al menor apoyar la taza sobre el platillo aprovechó para hablar.

URSS: Reich, ¿puedo preguntarte algo?

ThirdReich: acabas de hacerlo -sonrió divertido-.

URSS: -rió levemente-. Bueno, dos preguntas entonces -sonrió mirando al menor-.

ThirdReich: Esta bien... ¿Qué es? -preguntó echándose un pequeño pedazo de pastel de chocolate a la boca, cosa que había pedido antes para acompañar el café-.

URSS: Antes dijiste que alguien casi pierde una pierna por tu disparo, ¿A quién te referías?

ThirdReich: -trago lo que tenía en su boca y se quedó unos minutos en silencio-. Al general que me entrenó -respondió después de suspirar-.

URSS: -le miro con notable confusión-. Creí que se llevaban bien...

ThirdReich: oh si, nos llevábamos muy bien, pero sus muestras de afecto fueron un poco... ¿Diferentes? -dijo dudoso de la palabra que escogió-.

URSS: ¿a qué te ref-

ThirdReich: ¡Eh! -le interrumpió-. Ya respondí tu pregunta, así que dejemos ese tema -frunció el ceño levemente antes de volver a tomar de su taza de café y comer su pastel-.

URSS: -se quedó en silencio algo pensativo, haciendo lo mismo que el contrario-.

Así estuvieron un par de horas, porque se tomaban su tiempo en degustar el café y los pasteles que habían pedido según su gusto. En algún momento la conversación había vuelto a salir, nuevamente conversando de cosas triviales. Reich sin esperárselo se estaba divirtiendo, claro que no lo admitiría tan fácilmente. El soviético por su parte adoraba como a veces lograba avergonzar al menor recordándole algunas cosas que había hecho de niño.

Ahora mismo caminaban nuevamente por las calles de Berlín, Reich había dicho que le mostraría a Urss las tiendas que recordaba visitar de niño con su padre, el menor se veía emocionado y hasta contento, todas esas tiendas (no eran muchas claros) se encontraban en una misma calle y cuadra.

ThirdReich: ¡Oh! Esa calle es... -apresuró el paso para llegar a la dicha calle-.

URSS: Espérame Reich -apresuró el paso también para no quedarse atrás, bajo la velocidad cuando vio al menor detenerse abruptamente-.

El mayor no comprendía el repentino actuar, pero al desviar su mirada del menor a la calle comprendió todo de inmediato, la calle estaba desierta prácticamente, ¿las tiendas? Todas cerradas sin excepciones, o al menos en esa cuadra de la calle. Casi de inmediato después de ver la situación, el ruso miro al menor a su lado con preocupación, este tenía sus manos hechas puño y la cabeza gacha mientras se mordía el labio inferior.

URSS: Reich...

ThirdReich: Esto es lo que hizo ese tratado... -dijo de repente interrumpiéndole-.

URSS: ¿Hablas de Versalles? -preguntó para confirmarse-.

ThirdReich: ¿Cual más? De todos los que impusieron creo que ese fue el peor de todos -dijo con notable odio en sus palabras frunciendo el ceño-.

URSS: -bajó un poco la cabeza sin saber que decir, se sentía un poco culpable-. Estoy seguro que saldrás de esta Reich, después de todo eres muy fuerte... -intentó animarle con esas palabras-.

Lo que el destino depara. T1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora