Cielo Azul

Capítulo 9

Comienza mi nueva vida...
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—¿Pero que te paso!?.— exclamó con horror Maria, al ver que a la pecosa al tomar un cubierto, le faltaban dos dedos de la mano izquierda.

—Fue Abby.— pronuncio el nombre un poco molesta, sumado con algo de irritación —La montaña de músculos me los arranco cuando estaba intentando... ahogarla.— dijo con tono aburrido.

Por no decir que la muy idiota le coloco la mano en la cara al momento de querer ahogarla.

—Carajo, al menos dime qué le bajaste algunos dientes.— dijo Tommy colocando la palma de su mano en su frente.

—¿Solo los dientes?.— dijo levantando una ceja para luego tensarse, bajando un poco la mirada, entrando en un pequeño trance, apretando la mano libre en forma de puño y clavando su mirada en la mesa —Se va acordar de mi casa vez que se mire al espejo...— dijo para luego darse cuenta de su actitud.

Parpadeó varias veces, cambiando sus facciones a una más calmada.

Ese cambio de actitud había descolocado un poco a la rubia, que estaba sentada a su lado, nunca la había visto hablar de esa manera, solo escuchaba en silencio mientras comía la comida que la señora María le había dado, que por cierto, se lo había acabado muy rápido, y tenía más hambre, pero no sé atrevía pedir más por qué le daba pena.

—Ahora que lo recuerdo, también le enterré media navaja en el pecho...— dijo mientras se apoyaba contra el respaldo de la silla.

—Suficiente.— exclamó María sintiendo náuseas.

Ya que todavía no se acostumbra a ese tipo de cosas.

De acuerdo... lo último que dijo la pecosa, había asustado un poco a Molly, ya que se quedó en plan "¿con que Ellie estuve todo este tiempo?".

Tommy se había sentado en la silla a un lado de María, para luego quedarse callado varios segundo para luego hablar.

—Quería disculparme contigo Ellie.

—¿Huh?..

—Estaba tan cegado que te pedí que hicieras una locura, tenías una vida tranquila y por mi culpa ya no estás con-

—Esta todo bien Tommy.— dijo la pecosa interrumpiendo con una mirada comprensiva —Lo que pasó se queda en el pasado, ya no hay nada que se pueda hacer.

Tommy soltó un suspiro pesado, no muy convencido.

—Con el pasar del tiempo, entendí que matar a esa bastarda, no me traerá de vuelta a mi hermano...— dijo con una mirada desolada.

—Por esa misma razón no pude hacerlo... no pude matarla.. yo... me di cuenta muy tarde....— dijo con la mirada baja para luego mirar a Tommy.

—Aún así, estoy feliz de que estés de regreso, para nosotros siempre serás una Miller.— dijo el más grande con una sonrisa cálida —Y nuevamente te pido perdón Ellie.

—Está bien Tommy, yo también estoy feliz de regresar y poder verlos, ya no hace falta que te disculpes ¿ok?.— dijo la pecosa sonriendo levemente, tranquilizandolo.

Tommy asintió varias veces satisfecho por la repuesta, ahora más tranquilo que la pecosa no está enojada.

—¿Y que has estado haciendo todo este tiempo?.— pregunto María un poco angustiada, con el ceño levemente fruncido.