Capítulo 10

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Quédate conmigo...

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—Hey...

No responde, solo seguía durmiendo.

—Molly..— la pecosa la sacudió un poco.

—Hmm 5 minutos más.— dijo tratando de seguir durmiendo, dándole la espalda a Ellie, tapándose por completo con las sábanas.

—Rubia... despierta, tengo que mostrarte el pueblo...— dijo destapandola, mal error, ya que vio que esa ropa le iba algo apretada, haciendo más notorio su dotado cuerpo.

La pecosa soltó un suspiro tembloroso, tratando de que sus hormonas no le jueguen una mala pasada.

—No quiero~.— dijo ya volviéndose acomodar para dormir.

—Parece que no me dejas otra opción...

La rubia dormía plácidamente, cuando de pronto sintió un tirón, despertandola de golpe.

—¡¡¡Ellie!!!.— grito asustada y enojada.

—Lo siento, pero no querías despertar.— dijo mientras la cargaba en su hombro hacia el baño.

—¡¡Hacia mucho tiempo que no dormía tan bien!!.— dijo ofendida con la pecosa.

—Te recuerdo que no es tu casa.— dijo colocandola enfrente suyo aún cargándola, con una mirada neutral.

La rubia se sentía incómoda con sus pies colgando en el aire, así que inconscientemente rodeo sus piernas alrededor de la cintura de Ellie, la pecosa al darse cuenta de eso, se puso nerviosa por lo comprometedora que era esa posición.
Y simplemente la rubia no se daba cuenta, ya que ella no está muy familiarizada con este tipo de contacto, para ella esto no es para nada vergonzoso, por qué con la única que tiene contacto físico es con la pecosa.

—Tienes razón Ellie...— dijo mientras se daba una palmadas en el mejilla para despertarse, ya que el sueño la mataba —Solo déjame aquí, iré al baño y enseguida bajo.— miro al suelo esperando a ser soltada.

Pero al darse cuenta de que no le respondió, miro el rostro de la pecosa, solo observaba un punto específico.

—Emm... ¿Ellie?.— sacudió su mano enfrente de ella y nada.

Lo que la rubia no sabía, es que la pecosa estaba mirando fijamente la pechonalidad de Molly, como si estuviera ignotizada.

Si tan solo la rubia se diera cuenta el poder que tiene sobre la pecosa...

—¿Estas bien?.— dijo tocando con su dedo la nariz de Ellie, ocancionando que parpadee varias veces, reaccionando.

—Oh, em s-si, ve al baño.— dijo nerviosa, dejando con cuidado a la rubia en el suelo —Te deje ropa en la mesita de luz, ¿ok?.

—Esta bien, enseguida bajo Ellie.— dijo mientras entraba al baño, cerrando la puerta.

La pecosa solo soltó un gemido de frustración, va a ser difícil controlarse con la rubia, ya que está empezaba a desprender un olor que la embriagaba, uno que la atraía, solo quería oler su cuello y su cabello... y muchas otras cosas que pasaban por su perturbada mente...


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