Capítulo 22 (Final)

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Un mes después.

La rubia se encontraba durmiendo plácidamente, hasta que empieza a sentir unos leves movimientos, ocasionando que empezará a despertar.

Aún así, quería seguir durmiendo.

—Cariño.. despierta.— susurro la pecosa mientras la sacudía despacio.

—Mmm...— la más baja soltó un gruñido.

—Vamos, despierta dormilona.— dijo mientras le plantaba pequeños besos por todo su rostro.

—No quiero~...— decía mientras sentía los besos, aún con los ojos cerrados.

—Te traje sándwiches.

Con decir eso, fue suficiente para que la más baja abra los ojos, encontrándose con el rostro de Ellie al costado de la cama, al parecer estaba arrodillada en el suelo para estar a su altura.

También se dió cuenta de que ella ya estaba vestida, con su mochila puesta.

—¿Saliste?.— pregunto para luego tallarse los ojos, ahora viendo a la pecosa.

—Si, fui a buscarte comida, por cierto, los hizo María, te van a encantar.— dijo mientras se quitaba la mochila y de está sacaba los sandwiches que estaban envueltos.

—Que bendición.— dijo sorprendida —No debiste tomarte la molestia.

—Si es por ti no me molesta.— dijo con cariño, para luego acercarse al rostro de la contraria y plantarle un beso en los labios.

La rubia le correspondió gustosa.
Desde que la pecosa la empezaba a despertar de esta manera todos los días, había mejorado mucho su relación.

Se siente como en un sueño del que no quiere despertar.

Y estos sándwiches hechos por María lo hacía mejor.

—Ire a preparar todo para lo de hoy, así que en 15 minutos vendré a buscarte ¿ok?.— dijo Ellie mientras acariciaba los cabellos dorados de la más baja.

—¿Que?, ¿a dónde iremos?.

—¿No te acuerdas?.— la pecosa levanto una ceja —Hoy será tu primer día de patrullaje.

—¡Es verdad!, lo había olvidado.— dijo mientras se daba una palmada en la frente.

—Estas muy dormida aún, dejaré que te despiertes por completo.— dijo dándole un beso en la frente, para posteriormente levantarse e ir a la puerta.

—Que flojera.— dijo resignada la rubia, sentándose en un costado de la cama.

—Nena, mucha flojera y todo.-— dijo mientras miraba el "pijama" que usaba —Pero tu sabes lo que pasará si no estás lista para cuando vuelva.— decía ahora dándole una mirada traviesa.

—¡¡Ellie!!.— exclamó sonrojada la rubia, viendo cómo la pecosa salía por la puerta con una sonrisa en el rostro, dejándola ahora sola en la casa.

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—Se que siempre lo digo, pero María hace los mejores Sándwiches.— decía la más baja terminando de dar el último bocado.

La rubia ya estaba preparada, tenía puesto una chaqueta marrón junto a unos jeans azules y unas botas negras.

Había tomado su mochila y se dirigió a la puerta.

Una vez fuera, se disponía esperar a Ellie, pero justo cuando salió ella ya estaba llegando.

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