Capitulo 5. Compromiso

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A mi habitación entre Dorothi en compañía de Albert, me extendieron mi medicamento con un poco de agua. Se sentía muy extraño recibir demasiada atención tan temprano. Dorothi me llevo una bata para que pudiera salir sin exponerme tanto. Afuera había demasiado ruido, parecía que todo el personal de servicio andaba demasiado ocupado, con los últimos preparativos.

- Señorita Candy venga conmigo. Le daremos un baño y la pondremos hermosa para el evento.

Albert solo me acomodo los risos rebeldes por detrás de mis orejas y salió del habitación. Se veía un poco serio como si algo le molestara, me imagino que George le comento lo sucedido, tendríamos que hablar en el momento adecuado. Sali con Dorothi de la habitación, como pensé todo el personal andaba de un lugar a otro, con la luz del sol iluminando los pasillos de la residencia de los Britter pude darme cuenta de la ostentosa que era. Entramos a otra habitación con una bañera de agua caliente rodeada de Biombos de madera, en una mesita de cristal se encontraba un delicioso desayuno de frutas, mi estomago hizo ruidos al sentir el aroma se los frutos rojos sobre unos parquecitos. Dorothi saco de una bolsa de papel de arroz un precioso vestido color crema, aunque me disguste que lleve demasiadas prendas por debajo me gustaría usarlo. Me dirigí a la comida para saciar mi apetito, en eso dos mujeres del personal de servicio entraron para ayudarme, en la bañera rociaron esencias y lociones provocando que el vapor perfumado me picara un poco la nariz, no tenía idea de que era ese aroma.

Me cubrí la nariz en señal de desaprobación, al verme una de las mujeres abrió la ventana de la habitación dejando escapar todo el vapor, ahora podía distinguirlo, eran esencias de vainilla. Me indicaron entrar a la bañera, con un poco de pena me descubrirme para sumergirme en el agua lo más rápido posible, el agua estaba excelente, hace muchos años que no tenía un baño así. Las mujeres tomaron unas esponjas para comenzar a tallarme los brazos y piernas mientras Dorothi masajeaba mi cabello haciendo demasiada espuma, cada vez que me caía sobre la nariz la soplaba creando burbujas, me gustaría estar todo el día ahí.

Una vez limpia me cambiaron el agua por una limpia pero igual perfumada, recostada en la bañera Dorothi me secaba el cabello con telas, una de las mujeres se dispuso a acomodar todas las prendas que usaría mientras que la otra mujer me acercaba el resto del desayuno, me sentí  muy mimada. Una chicharra se escuchó, venia de un pequeño metrónomo.

- Muy bien Candy es hora de salir del agua o te arrugaras más.

Al salir me cubrieron con una bata nueva, suave, era como tirarse a una cama de algodón. Me sentaron frente al tocador, me dio un poco de vergüenza observarme al espejo, frente a mi estaba yo pero era como si no pudiera reconocerme, tenía mi piel un poco quemada por el sol, reseca, mi cabello no era el más saludable, mis labios partidos. Estaba muy descuidada. Dorothi adivinando mis pensamientos solo sonrió, dio instrucciones para que se me diera una mascarilla y salió de la habitación. Las dos mujeres tomaron de un frasco de porcelana una especie de mantequilla blanca, con una brocha se me coloco en mi cara, cuello, mis hombros y parte de mi pecho. Refrescante, era fría. comenzaron a desenredar mi cabello, curiosamente no dio batalla, era como si todos los nudos nunca hubieras estado en mi cabeza.

Minutos después se me retiro la mascarilla, toque mi piel. Adictivo. Era demasiado suave, al pasar por mi cuello rose un mechos de mi cabello, este también estaba suavecito, me sentí...

- Hermosa.

Las mujeres solo se miraron entre ellas cuando me escucharon, asintieron. Me vistieron, una odisea y mucho dolor, el corset aunque no estaba muy apretado me incomodaba en mis costillas. Tome asiento de nuevo para ser maquillada y peinada. Era alucinante ver como cambiaba pero al mismo tiempo seguía siendo yo, es como si siempre estuviera en blanco y negro y hoy me dieron un color. Me perfumaron, recogieron todo y salieron dejándome sola ahí. Aproveche para hacer caras frente al espejo, camine por la habitación imitando a las señoras de la alta sociedad.

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