Capitulo 10. A la par

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Al estar en el Hogar de Pony he perdido la cuenta de los días que han transcurridos desde que la señorita Candy partió con su familia, sin darme cuenta me quede aquí enseñando a los niños, generalmente no ha sido de mis actividades favoritas el convivir con niños tan pequeños pero debo admitir que me satisface mucho en el alma estar rodeado de tanto escándalo y demostraciones de afecto tan sinceras. Este lugar es como una pequeña burbuja que resguarda la inocencia y pureza de las personas, estando aquí puedes olvidar la crueldad de las personas y de la crudeza que se vive en la realidad, pero esta sin duda también es una realidad.

Si no fuera por las cartas de la señorita Candy habría perdido la noción del tiempo y el motivo de mi estadía en este lugar. No habían transcurrido demasiados días, aunque se sintieran como meses. Ahora la señorita Candy se enfrentaba a sí misma siendo parte de su familia, simbólicamente por su apellido pero más aun siendo parte de los miembros que la componen. Hasta ahora nadie le había contradicho su lugar como una Ardley, eso le daba tranquilidad, también estaba feliz de poder enfrentarse a la muerte del joven Anthony y del joven Stear, el dolor que anteriormente sentía se transformó en resiliencia, pero aun así le preocupa alguna recaída, tuvo pensamientos y sensaciones que la ponían en alerta.

"Me siento como si en cualquier momento la felicidad que he podido experimentar me sea arrebatada nuevamente por una tragedia, que si fuera así, deseo que sea yo quien sea lastimada y no alguna de las personas a las que amo y aprecio. Aún llego a pensar que yo soy un imán de terribles desgracias. Lo que menos quiero es causar problemas, pero entiendo que estando presente o no le preocupo a todos. Es confuso, me gustaría saber que piensan de mí."

Medite por varias horas como contestarle a la señorita, por lo visto sus distinguidos familiares la mantienen como a una niña que hay que cuidar y proteger sin darle la confianza de que ella puede hacerlo sola.

"Señorita Candy White Ardley, me complace saber que ha podido instalarse con su familia.

He leído sus inquietudes y preocupaciones, me doy cuenta de que se ha dedicado mucho a reflexionar sobre su entorno y de las acciones de sus familiares y amigos. Puedo asegurarle algo señorita Candy, las intervenciones de ellos tienen el propósito de buscar su bienestar, si le molesta que no le brinden la confianza debe demostrarles con el tiempo que pueden confiar en usted, por otra parte sería bueno pedirla y además preguntarles abiertamente cómo la ven a usted, sus pensamientos y sentimientos hacia usted, aunque le advierto que la mayoría de los casos no acostumbramos a formar conceptos certeros y estructurados de las personas, por lo que no le podrán responder a la primera y si pasa lo contrario, tenga por seguro que esa persona ha pensado mucho en usted.

Señorita Candy, usted no es imán del desastre o la desgracia. Todos tenemos un libre albedrio, debido a la influencia de nuestro entorno hemos desarrollado un carácter, una personalidad. Nuestra toma de decisiones depende de nuestras necesidades, deseos, objetivos y metas. El resultado de todo eso afecta a todo nuestro entorno y a su vez el de los demás. Las situaciones desfavorables a las que ha tenido que enfrentarse no fueron por usted, son el resultado de múltiples acontecimientos, no se tome demasiado crédito.

Además de eso, requerimos de un poco de tristeza para poder valorar y disfrutar los momentos más sencillos que nos causen felicidad y placer. Le recomiendo que no trate de reprimir esos momentos de angustia, podemos decir que son momentos de crisis, que al acumular toda la presión de la ansiedad que usted siente llegara a explotar y posiblemente a tomar decisiones que no son razonables, en esos momentos acérquese y permita que se le acerquen las personas que se preocupan por usted, no les tenga miedo. Ellos son su red de apoyo y usted es parte de su red de apoyo de cada uno de ellos."

Desconozco aún si la señorita Candy ya se ha encontrado con el joven actor, no creo que haya algún impedimento en la mente de la señorita que retrase ese momento, desde mi profunda sinceridad deseo que se ocurra de la mejor forma.

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