Para los primeros días de Marzo Terry me sorprendió con dos ángeles de mi vida que no esperaba en lo absoluto. En lo que sería un desayuno de ambos se convirtió en un reencuentro, tantos años que no las veía, las cartas se habían vuelto ocasionales y escasas. Verlas a metros de mi removió en mi un mar de sentimientos apaciguados por el largo tiempo. La señorita Pony y la Hermana Maria estaban en Inglaterra, en mi casa, en mi hogar, a mi lado. En un parpadeo nos encontrábamos abrazadas, llorando y aferrándonos como si fuera la última vez que nos veríamos. Las extrañaba, las necesitaba, solo Dios sabe lo mucho que las amo, no conocí a mi madre Rosemary pero estoy segura de que el amor que ella deseaba darme lo manifestó en estas dos grandes mujeres.
Durante la mañana y la tarde se dedicaron a contarme con detalle todo lo que había pasado en el Hogar de Pony, Albert había cumplido mis deseos de adquirir la propiedad que ahora estaba bajo mi nombre y cuidado, respetó cada una de las decisiones que solicitaba para su restauración y mantenimiento. Los niños eran educados, la mayoría culminaba sus estudios y aprendían algún oficio para poner sostenerse en caso de que no fueran adoptados. Se contrato personal médico, profesores e institutrices para ayudar en la crianza de los niños de modo que toda la responsabilidad ya no caía en los hombros de mis madres, ahora podían darse un respiro y cuidarse de sí mismas.
Se emocionaron al ver a Annie y conocer a sus pequeños, se sentían Abuelas, verlas tan felices me daba mil años de vida y demasiada energía para continuar con mi labores pero sería más adelante por ahora deseaba mostrarles todas las fotografías que había recabado en estos casi tres años desde que recibí la cámara diseñada por Stear. Incluso yo me sorprendía de cada una de las cosas que había vivido, aprendido y conocido, cada una de las fotografías encapsulaba una gran historia y momentos inolvidables. Pude presentarles a muchas personas con las que me cruce, buenas y malas, pero todas me dejaron muchas enseñanzas que me llevaron a este momento.
- Candy no te imaginas lo orgullosa que estamos de ti y podría decir que lo está más la hermana Maria, aunque no quiera aceptarlo tu eres su favorita.
- ¿Cómo podría tener favoritismos? Quiero mucho a Candy como a todos los niños.
- Entonces se quedaría en América conmigo.
- ¿Qué quiere decir señorita Pony?
- La hermana Maria ha renunciado a sus votos y me ha pedido quedarse contigo.
- Hermana Maria ¿Renuncio a sus votos para quedarse conmigo?
- Bueno no exactamente, señorita Pony no debió decirle. Candy ya no soy parte del congreso de Monjas pero lo sigo siendo porque es un juramento que le hice a Dios, lo cierto es que lo hice para poder estar más cerca de ti. Lo más seguro es que te estorbe y más con todo lo que nos han contado. Podría solicitar un perdón y regresar al congreso o simplemente vivir con usted señorita Pony y continuar con mi labor.
- Hermana Maria, no, no se vaya. Le pido que reconsidere quedarse a mi lado. Usted jamás podría estorbarme, tampoco la señorita Pony, si por mi fuera amabas vivirían conmigo pero entiendo que el orfanato es su vida.
- Eres muy comprensible Candy, has madurado mucho.
- Solo un poco señorita Pony. Hermana Maria quédese a mi lado si es su deseo.
Esa misma noche la señorita Pony hablo conmigo a solas. A veces creemos en cierto modo que algunas personas estarán con nosotros toda la vida y por más que se nos repita que el final de la vida siempre es la muerte, la verdad es que te toma por sorpresa aun cuando las personas envejecen. Una enfermedad no muy conocida en el aspecto de que no se sabe cómo aparece ni siquiera tiene síntomas establecidos, mucho menos un periodo de tiempo en que la perdona siga con vida, sin cura ni tratamientos efectivos. La señorita Pony llevaba luchando sola contra el cáncer durante 5 años, este último año su deterioro era muy evidente, por ello cedió su cargo a una persona mejor preparada y comenzó a manipular de alguna forma a la hermana María para que deseara quedarse conmigo en Inglaterra.
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Aceptar
FanfictionNunca conocí mi origen, desconozco la persona que soy, no sabría decir a donde me llevan las decisiones que tomo, se que debo seguir y de alguna forma encontrar la felicidad. Al parecer la felicidad no puede ser una persona, o un lugar al que pueda...