"Te espero en 30 minutos afuera. Terry"
Una inevitable sonrisa escapo de mis labios al leer su nota. Habíamos llegado hace una semana a su casa para pasar la navidad con los Grandchester en el palacio de Richmond, hogar milenario de la familia de Terry. Acababa de volver de caminar con la Duquesa y Selene su hermana.
- Dorothi... ¡Dorothi!
- Si Candy.
- ¿Hace cuanto dejo Terry está nota?
- Bueno, el entro aquí hace unos 20 minutos más o menos.
- Gracias, no me esperen y tampoco me busquen, voy a salir.
- Pero acabas de volver ¿A dónde vas y con quién?
- Con Terry.
- Oye no, ¿Qué le diré al señor Ardley cuando me pregunte por ti?
- Pues la verdad.
- Candy, una dama no hace esas cosas, mucho menos alguien de la nobleza como tú.
Le guiñe el ojo antes de tomar mi abrigo y salir corriendo de mi habitación. Cada que me cruzaba con alguien se detenían para al menos inclinar su cabeza ante mí, algo curioso e innecesario pero en caso de no ser así era sumamente considerado como lo peor para la Duquesa y los hermanos varones de Terry.
Afuera del palacio ya se encontraba Terry en su caballo y junto a él uno más para mí.
- Mi Lady.
- Mi Lord.
- Sube, tenemos que irnos.
- ¿Acaso me pide que me dé a la fuga con usted?
- ¿Si se lo propongo aceptaría?
- ¿Si aceptara, me lo propondría?
- Quizás.
- Entonces lo sigo mi Lord.
Cabalgamos hasta entrar en la profundidad del bosque más cercano, el viento helado del invierno me adormecía las mejillas y la nariz. Llegamos hasta la cima de una pequeña colina con un enorme abeto, era casi idéntico que el Hogar de Pony.
- Es lo más parecido que encontré en Inglaterra.
Aun estando en los caballos comenzamos a darle vueltas al abeto de manera de juego. No me había percatado de que la barba le sentaba muy bien a Terry, se veía mucho más maduro y atractivo, este año cumplió 25 años y yo por hoy cumplo 22 años. Ya no quedaba mucho de esos adolescentes que se enamoraron hace unos años.
- Tanto tiempo he buscado el momento perfecto.
- Creo que siento a que te refieres.
- Lamento que haya tardado tanto tiempo. No hay dudas en mis sentimientos, lo que pasa es que es difícil de creer cuando es perfecto.
- Estar contigo es tan perfecto y creo que ha llegado el tiempo.
- ¿De unir tus mares con mis vientos? ¿Compartir una memoria hasta el final? ¿Comenzar una nueva página de nuestra historia?
- Déjame contestar alguna de tus preguntas.
- Solo una, pero dime que sí. Eres la mujer más increíble que he conocido, admiro tu bondad, dedicación, no hay nada en ti que no me guste y que no me vuelva loco y la verdad prepare un discurso para esto pero me pusiste nervioso solo dime ¿Quieres ser mi esposa?
- Si.
Acerque más mi caballo hacia el sin dejar de mirarlo a los ojos. No sabría como describir este momento, solo sé que siento algo tan profundo que no tiene explicación, no hay razón ni lógica en mi corazón. Nos dimos un apasionante beso que fue interrumpido por la incomodidad de los caballos. Ambos reímos por nuestra inesperada separación, mi felicidad era tan grande que ni siquiera puedo recordar lo que es estar triste. Justo ahora todo en mi vida parecía estar en su lugar, ojala Dios escuchara mi plegaria y mi deseo de unirme a este hombre para toda la eternidad porque gracias al pude encontrar una razón para vivir.
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Aceptar
FanfictionNunca conocí mi origen, desconozco la persona que soy, no sabría decir a donde me llevan las decisiones que tomo, se que debo seguir y de alguna forma encontrar la felicidad. Al parecer la felicidad no puede ser una persona, o un lugar al que pueda...