❧ LI. Dioses del todo

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Y como todo, inevitablemente tiene un final.

Para ese momento, el personaje de Juan se había vuelto más cercano al profeta, tanto para poner celoso a Drako al ser el nuevo consentido, como intentando pasar tiempo con su "padre". Por supuesto, dentro de la serie la mayoría de habitantes estaban escépticos ante ese nuevo cambio de parte del mayor e intentaban hacer entrar en razón a Juan sobre sus verdaderas intenciones.

Sin embargo, este estaba reacio a creerles.

Dioses del todo ¡Escena 2, toma 3, plano 4!

Juan había recibido una oportunidad única, aquella que nunca pensó que llegaría ante él. Pero esa oportunidad, al mismo tiempo, implicaba una decisión que podía poner en riesgo todo aquello que conocía.

Llegó hasta la casa de Zorman esperando recibir un consejo, pero como era costumbre, no resolvió todo al principio. El científico le recomendó aceptar la propuesta, sabiendo que en el futuro quizás no se volviera a repetir algo así.

Solo que corría un riesgo, pero Zorman no lo sabía.

Había una posibilidad de que los dioses aceptaran la asamblea del hechicero, pero si en caso la rechazaran, él quedaría perdido en el vacío, sin poder regresar al mundo terrenal.

Poco después fue con Policarpio, con la idea de despedirse al casi tener la decisión definitiva, pero no espero que este le diera otro consejo.

– La vida es una estación, Juanito, por la que pasan muchos trenes. – Dijo Pol, sentándose en una banqueta fuera de lo que era la Sagrada Familia. – Hoy pasa uno que dirás es el tren de mi vida, pero no, realmente no sabes si es el correcto. Puede ser un tren bala, uno de larga distancia o un cercanías ¿Eres consciente de qué tren necesitas ahora? –

– No, la verdad que no. – Juan se sentó a su lado. – Y creo que ese es el problema. –

Policarpio sonrió. – Igual la vida no es cuestión de un solo viaje de un tren, puede ser un autobús, un taxi o un avión. Puedes esperar. –

– Y ¿esperar no me hace un miedoso? –

– Para nada, te hace un viajero cauto. –

– Ser cauto no está mal. – Murmuró.

El mayor asintió. – Pasarán muchos trenes Juan, cada día, cada hora, y si aún no tienes claro cuál tomar, está bien esperar. –

Quizás eso era lo que necesitaba escuchar.

¡Corte! ¡Queda la toma!

– Eso lo incluiste tú en el guion ¿No? – Le preguntó Juan a Policarpio una vez que ya no estaban grabando. Este asintió. – Sí, no suena algo que Auron podría escribir.

– Auron dejó que me hiciera cargo de esta escena. – Sonrió. – ¿Te recuerda a algo? –

Pero, para su sorpresa, Juan negó.

– Estoy muy seguro que te dije algo parecido cuando entraste en pánico antes de proponerle a Spreen que se casara contigo. – dijo Pol.

El castaño se sonrojó. – ¡Yo nunca entré en pánico-! –

– Juan. –

– Bueno...quizás. –

– Ari me contó que te pusiste tan nervioso que casi regresas el anillo. – Se burló, solo un poco. – Y al final todo terminó bien, que por cierto, nunca me contaste cómo fue esa propuesta. –

– Sí, nadie tiene que saberlo. –

– ¿Tan mal fue? Spreen aceptó ¿No? –

– ¡Creo que Biyin nos está llamando! –

A pesar de los reclamos de Policarpio, Juan solo se rió.

En realidad, era un recuerdo que les gustaba guardar entre los dos. 


Dioses del todo ¡Escena 5, plano 3, toma 5!

Juan había regresado a su santuario luego de platicar con Policarpio. Tal vez lo que decía era cierto, quizás aún no era el momento y se estaba preocupando por algo que podía hacer en el futuro.

¿Pero y si era muy tarde? Vio su reflejo en el pequeño estanque que tenía. Ya ni siquiera parecía él mismo. Volvió adentro a cambiarse, al menos ahora que estaba solo sin que nadie le molestase.

– ¡No lo sé! ¡No sé qué hacer! – Gritó, mirando al cielo. – En este momento algún consejo de su parte sería útil. –

Pero todavía no obtuvo respuestas.

Llegó hasta el salón principal del santuario, sentándose en medio y con la duda presente.

Hay un acercamiento poco a poco a su personaje mientras que el único sonido de fondo son las manecillas del reloj. Juan se ve confundido, enojado y frustrado. Necesita una respuesta y la quiere YA.

La cámara cambia, enfocando ahora su recorrido desde el ala principal del santuario hasta su sitio de invocaciones para hablar con los dioses. Respira profundo y todo un esquema de un portal se traza en el suelo. Tiene que hablar con los dioses.

– Estos últimos meses han sido un completo enigma para mí. No sé que es real, en quién confiar y qué nos depara a todos nosotros. – Suspira y vuelve a observar al cielo. – Y no estoy dispuesto a esperar, por ende, pido a ustedes la oportunidad de conocerlos para resolver todas mis dudas. He sido leal al glorioso propósito que USTEDES me asignaron y creo que ha llegado el momento. –

Pasan unos segundos en silencio hasta que un portal se abre en el cielo. Juan parece un poco asustado hasta que es absorbido por este mismo, pasando por un cruce multiversal como ocurrió la primera vez. No es hasta que choca contra un suelo frío que se da cuenta que ha llegado a un lugar desconocido.

La cámara se coloca en tercera persona mientras se le ve caminando por un largo camino con unas voces que le hablan en su recorrido. Asumen que ellos son los dioses del todo. Contándole sobre su legado, su historia y...su destino.

Pero sobre todo, su misión no como cualquier otro hechicero supremo, sino como él, Juan Cubito, hechicero supremo, guardián de las dimensiones y amo de la realidad.

Así, se presentó ante las 3 deidades.

La plática continúa, resolviendo parte de sus dudas sobre su pasado, su familia y lo que vendría después. Esto también implica una señal al final de su personaje y con ello, una oportunidad para quedarse con los dioses.

– Y cuando mi momento llegue ¿Qué pasará conmigo? –

– Te esperaremos aquí, donde perteneces. –

El mayor de los tres dioses asintió. — Bueno, parece que ya tomó una decisión. –

Juan iba a volver a su mundo para cumplir su glorioso propósito que ya estaba a punto de llegar. Se despide de los tres y otro portal lo lleva de regreso al santuario. La toma muestra a Juan mirando al cielo con una pequeña sonrisa y luego se escucha a Zorman llamándolo, preguntándole si se encontraba bien. El hechicero sonríe y sale de la toma, diciéndole que estaba meditando. El episodio, como los anteriores especiales, cierra con "Lo malo de ser bueno" para complementar la escena. 


~*~

¡Corte! [AU - Spruan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora