¡Corte! [AU - Spruan]

❧. XVII. Rueda de prensa

Y así llegó el evento más esperado por todos: La Velada.

El recinto era sorprendente. Spreen sabía que este especial era gracias a la colaboración de Ibai con Auron y todo el equipo detrás. Desde el uso del estadio donde estaría ubicado el ring, como el lugar donde sería la conferencia de prensa. Aquello no sería un set, una pantalla verde o solo un espacio ambientado, sería tal cual una explanada donde Auron e Ibai estarían como comentaristas, presentando a los próximos luchadores.

La selección no fue aleatoria, salvo algunos casos como ya se enterarán, y creaba ciertas expectativas para quienes no estuvieran enterados o fueran parte de la escena. Las cámaras estaban puestas, tratando de captar las diferentes perspectivas de todos y tener la mayor cantidad de tomas para ese episodio, incluso si solo estaban tonteando previa presentación. Había contado tres en movimiento, pero seguro habrían un par más de forma estática desde el segundo piso.

– ¿Y sabes quiénes pelearan? – preguntó Mariana. – Por ahí vi que Mayichi había dicho algo. –

– Ni idea capo. – Respondió Spreen. – Somos bastante, quizás alguno que otro personaje que haya tenido sus riñas. –

– ¿Cómo Juan y tú apá? – Se burló, sin olvidarse del accidente de la bachata, como bien varios lo llamaron.

No lo vio en vivo, pero en un grupo rotaron el video de aquella toma tan divertida.

Spreen gruñó. – Creí haber dicho que hablaran sobre eso. –

Antes de que Mariana pudiera responder, Ollie lo llamó, dejando a Spreen solo nuevamente en ese espacio donde estaba sentado. Suspiró, sabía bien que seguro Carre había pasado el video luego de pedírselo a Biyin, ya se vengaría, primero tenía que nivelar las cosas con Juan.

Él le estaba llevando ventaja y no iba a permitirlo. Bien podría aprovechar alguna escena de la Velada para aprovechar.

Pero la realidad, era que Juan ya había pensado en eso.

Mientras esperaban en sus asientos, la música empezó a sonar y algunos, por hacer el tonto, comenzaron a bailar las de Bad Bunny que sonaban por los parlantes. Uno de esos tontos, por supuesto, fue su novio, quien se acercó hasta su asiento luego de unos minutos.

– ¿Qué hacés boludo? –

– Solo pasando, nadie nos está prestando atención ahorita. – Comentó, sonriendo. – No es necesario ponerte nervioso Spreen. –

– Yo creo que el nervioso es otro. –

– ¿En serio? –

Juan había captado las cámaras alrededor, ninguna enfocándose en ambos ya que seguro esperarían a cuando entraran los presentadores, y sus amigos, más distraídos a causa del propio ambiente. Estaba por cometer una locura, pero podría valer la pena.

Se acercó y, de pie frente al pelinegro, movió sus caderas a un ritmo lento, pero entrecortado de modo que parecía sentarse en su regazo. La música le ayudó a seguir un ritmo establecido, para aparentar que solo estaba bailando. Pudo sentir la ligera tensión en el cuerpo de Spreen ante la cercanía, pero eso no lo detuvo en tomar los hombros de su novio y brevemente quitarle aquellos lentes oscuros que llevaba todo el tiempo.

Tan solo con mirarse a los ojos se olvidaban dónde estaban, no era la primera vez que hacían eso, pero sí estando en público y quizás en un ambiente un poco peligroso.

Juan siempre se ha enorgullecido de tomar esos riesgos.

Está lo suficientemente cerca para disimular, sin que puedan notar que está a unos centímetros de rozar la entrepierna del más alto y que sus labios se acercan peligrosamente a la boca del otro, sin llegar a tocarlos.

– No juegues un juego que no querés perder, Juan. – Consiguió decir Spreen.

— ¿Quién dice que yo estoy perdiendo? –

Cuando sintió que Spreen movía sus manos para sujetarlo, se alejó rápido y seguro de no ser atrapado. Se relamió los labios, sonriendo, en el preciso instante que una cámara parecía llegar ante ellos.

– Chicos necesitamos un par de tomas, Auron e Ibai están por ingresar. –

– ¡Ya lo tengo! – Exclamó el castaño. – ¿Quieres que te baile Spreen? –

Spreen disimuló que casi se ahoga con una tos. – ¿Por qué boludo? ¿Por qué? –

– Es divertido, mira quédate sentado, te voy a perrear. –

Y eso solo consiguió molestar más al pelinegro porque Juan lo estaba provocando muy descaradamente con una simple "broma", tuvo que cruzarse de piernas y mantenerse lo más serio posible. Lo peor era que no podía hacer nada mientras el tonto se reía y la camarógrafa seguía grabando en donde estaban ellos. Al menos que llegaran los demás para seguirle el juego lo ayudó a aliviarse.

Juan se las iba a pagar.

Hijo de puta. – pensó.

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